viernes, 24 de junio de 2011

SECCIÓN XII. “NORMAS DE LA VIDA FAMILIAR" EL HOGAR CRISTIANO. (EGW).


52. El Gobierno del Hogar
Principios guiadores para los padres.-
En el mundo, muchos dedican sus afectos a cosas que en sí son tal vez buenas, pero se satisfacen con ellas y no procuran el bien mayor y más elevado que Cristo desea darles. No debemos tratar ahora de privarlos bruscamente de lo que consideran estimable. Revelémosles lo bello y precioso de la verdad. Induzcámoslos a contemplar a Cristo y su amabilidad. Entonces se apartarán de todo lo que desvíe de él sus afectos. Tal es el principio que debe regir la actuación de los padres en la educación de sus hijos. Por vuestra manera de obrar con los pequeñuelos podéis, mediante la gracia de Cristo, amoldar su carácter para la vida eterna.*

Los padres y las madres debieran dedicar su vida al estudio de como lograr que sus hijos se acerquen tanto a la perfección del carácter como puede lograrlo el esfuerzo humano combinado con la ayuda divina. Ellos han aceptado esta tarea con toda la importancia y responsabilidad que entraña, por el hecho de que trajeron hijos al mundo.*

Se necesitan reglas para gobernar el hogar.-
Todo hogar cristiano debe tener reglas; y los padres deben, en sus palabras y su comportamiento mutuo, dar a los niños un precioso ejemplo vivo de lo que desean que lleguen a ser. Enseñad a los niños y jóvenes a ser fieles a Dios y a los buenos principios; 275 enseñadles a respetar y obedecer la ley de Dios. Entonces esos principios regirán su vida y se cumplirán en sus relaciones con los demás.*

Deben seguirse los principios de la Biblia.-
Es necesario velar constantemente para que los principios en que se basa el gobierno de la familia no sean despreciados. El Señor quiere que las familias de la tierra sean símbolos de la familia celestial. Y cuando las familias terrenales sean dirigidas correctamente, la misma santificación del Espíritu se comunicará a la iglesia*
Antes de que puedan representar correctamente el gobierno que Dios quiso que hubiera en la familia, los padres mismos deben ser convertidos y saber lo que es mantenerse sumisos a la voluntad de Dios como niñitos, manteniendo sus pensamientos sujetos a la voluntad de Jesucristo.*

Dios mismo estableció las relaciones familiares. Su Palabra es la única guía segura en el gobierno de los hijos. La filosofía humana no ha descubierto más de lo que Dios sabe ni ha ideado, en lo que respecta a actuar con los niños, un Plan más sabio que el dado por nuestro Señor. ¿Quién puede comprender todas las necesidades de los niños mejor que su Creador? ¿Quién puede interesarse más hondamente en su bienestar que Aquel que los compró con su propia sangre? Si la Palabra de Dios fuese estudiada cuidadosamente y obedecida con fidelidad, habría menos angustia en el alma de los padres por la conducta perversa de hijos malvados.*

El respeto por los derechos de los niños.-
Recordad que los hijos tienen derechos que deben ser respetados.*
Los niños tienen derechos que sus padres deben reconocer y respetar. Tienen derecho a recibir una educación y preparación que los hará miembros útiles de la sociedad, respetados y amados aquí, y les dará idoneidad moral para la sociedad de los santos y puros en la vida venidera. Debe enseñarse a los jóvenes que su bienestar presente y futuro depende en 276 gran medida de los hábitos que adquieran en la niñez y la juventud. Deben acostumbrarse temprano a la sumisión, la abnegación y la consideración por la felicidad ajena. Debe enseñárseles a subyugar el genio vivo, a retener las palabras coléricas y a manifestar invariablemente bondad, cortesía y dominio propio.*

A un padre cegado por el afecto.-
El afecto ciego, manifestación de amor de poco valor, le lleva muy lejos. Es fácil echar los brazos alrededor del cuello; pero Vd. no debe alentar tales manifestaciones a menos que una obediencia perfecta compruebe que tiene un valor real. Su indulgencia, su desprecio de lo requerido por Dios, es una verdadera crueldad. Vd. fomenta y disculpa la desobediencia diciendo: "Mi hijo me quiere." Un amor tal es de poco valor y engañoso. Ni siquiera es amor. Este, el amor verdadero que se ha de cultivar en la familia, tiene valor porque es atestiguado por la obediencia....

Si Vd. ama el alma de sus hijos, llámelos al orden; pero una abundancia de besos y evidencias de cariño ciega sus ojos, y sus hijos lo saben. Haga menos caso de estas manifestaciones exteriores de amor en abrazos y besos; descienda a lo hondo de la conducta y muéstreles lo que constituye el amor filial. Rehuse esas manifestaciones como un fraude y engaño, a menos que las apoyen la obediencia y el respeto por sus órdenes.*

Ni afecto ciego ni severidad indebida.-
Si bien no hemos de ceder al afecto ciego, tampoco debemos manifestar indebida severidad. Los niños no pueden ser llevados al Señor por la fuerza. Pueden ser conducidos, mas no arreados. Cristo declara: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen." No dice: Mis ovejas oyen mi voz y se las fuerza a seguir la senda de la obediencia. En el gobierno de los hijos, debe manifestarse amor. Nunca deben los padres causar pena a sus hijos por manifestaciones de dureza o exigencias que no 277 sean razonables. La dureza empuja a las almas a la red de Satanás.*

La influencia combinada de la autoridad y del amor permitirá sostener firme y bondadosamente las riendas del gobierno familiar. Un deseo sincero de que Dios sea glorificado y de que nuestros hijos le rindan el tributo que le deben nos guardará de la debilidad y de sancionar el mal.*

La obediencia no requiere dureza.-
Nadie se imagine... que la dureza y la severidad sean necesarias para obtener obediencia. He visto casos en que se mantenía el gobierno familiar más eficaz sin una palabra o mirada dura. He estado con otras familias donde se daban constantemente órdenes en tono autoritario, y con frecuencia se administraban reprensiones y castigos severos. En el primer caso, los hijos seguían la conducta de los padres y rara vez se hablaban unos a otros en tono áspero. En el segundo, los hijos imitaban también el ejemplo paterno; y de la mañana hasta la noche se oían palabras de ira, críticas y disputas.*

Deben refrenarse las palabras que intimiden, infundan temor y destierren el amor del alma. Un padre prudente, tierno y temeroso de Dios no introducirá en el hogar un temor servil, sino un elemento de amor. Si bebemos del agua de vida, brotará agua dulce de la fuente, no agua amarga.*

Las palabras duras suelen agriar el genio, hieren el corazón de los niños, y a veces esas heridas se curan difícilmente. Los niños resienten la menor injusticia, y al sufrirla algunos se desaniman y entonces ya no querrán prestar atención a las órdenes dadas a gritos y con ira, ni tampoco a las amenazas de castigo.*
Existe el peligro de criticar con excesivo rigor las cosas pequeñas. Las críticas demasiado severas y los reglamentos muy rígidos inducen a despreciar toda reglamentación; y con el tiempo los niños así educados manifestarán el mismo desprecio por las leyes de Cristo.* 278

Se necesita firmeza uniforme y desapasionada.-
Los niños son por naturaleza sensibles y amantes. Es fácil complacerlos, o hacerles sentirse desdichados. Mediante una disciplina suave de palabras y actos amables, las madres pueden ligar a sus hijos con su propio corazón. Es un grave error manifestar severidad y ser autoritario con los niños. La firmeza uniforme y un gobierno sereno son necesarios para la disciplina de toda familia. Decid con calma lo que queréis decir; obrad con consideración, y cumplid sin desviación lo que decís.

Hallaréis compensación si manifestáis afecto en vuestro trato con vuestros hijos. No los desalentéis por falta de simpatía hacia sus juegos, goces y pesares infantiles. No permitáis jamás que un ceño frunza vuestras cejas ni que escape de vuestros labios una palabra dura. Dios escribe en su registro todas las palabras tales.*

No bastan la restricción ni la cautela.-
Amados hermanos, como iglesia habéis descuidado tristemente vuestro deber hacia los niños y jóvenes. Mientras les imponéis reglamentos y restricciones, debéis tener gran cuidado de revelarles la fase cristiana de vuestro carácter y no la satánica. Los niños necesitan constantemente cuidado vigilante y tierno amor. Vinculadlos con vuestro corazón, y recordadles siempre el amor tanto como el temor de Dios. Los padres y las madres no dominan su propio espíritu y por lo tanto no son aptos para gobernar a otros. Refrenar y precaver a los niños no es todo lo que se requiere. Aún tenéis que aprender a obrar con justicia y a amar la misericordia, así como a andar humildemente con Dios.*

Consejos a la madre de una niña de voluntad fuerte.-
Su hija no le pertenece; Vd. no puede hacer con ella lo que le agrade, porque es propiedad del Señor. Diríjala con firme perseverancia; enséñele que pertenece a Dios. Con tal preparación se desarrollará y será una bendición para quienes la rodeen. Pero Vd. necesitará un discernimiento claro y 279 agudo para reprimir la inclinación de ella a gobernarlas a ambas, a salir con la suya y a obrar como le agrade.*

Un gobierno firme y sereno.-
He visto a muchas familias naufragar por exceso de gobierno de parte de su cabeza, mientras que mediante consultas y acuerdo todos podrían haber progresado bien y armoniosamente.*
La falta de firmeza en el gobierno de la familia causa mucho daño; es en realidad tan mala como la falta absoluta de gobierno. Se pregunta a menudo: ¿Por qué resultan los hijos de padres religiosos tan frecuentemente tercos, desafiadores y rebeldes? El motivo reside en la preparación recibida en el hogar. Demasiado a menudo los padres no están unidos en su gobierno de la familia.*
Un gobierno caprichoso, en el que una vez se sostienen las riendas con firmeza, y en otra ocasión se permite lo que se había condenado, significa la ruina para un niño.*

Una ley para los padres y los hijos.-
Dios es nuestro Legislador y Rey, y los padres han de sujetarse a su gobierno. Este prohibe toda opresión de parte de los padres y toda desobediencia de parte de los hijos. El Señor abunda en bondad, misericordia y verdad. Su ley es santa, justa y buena, y debe ser acatada por padres e hijos. Los preceptos que han de regir la vida de padres e hijos proceden de un corazón rebosante de amor, y la rica bendición de Dios descansará sobre los padres que apliquen su ley en sus hogares y sobre los hijos que la acaten. Se ha de sentir la influencia combinada de la misericordia y la justicia. "La misericordia y la verdad se encontraron: la justicia y la paz se besaron." Las familias así disciplinadas andarán en el camino del Señor, para obrar justicia y juicio.* 281

53. Un Frente Unido
Deben compartiese las responsabilidades.-
Unidos y con oración, el padre y la madre deben llevar la grave responsabilidad de guiar correctamente a sus hijos.* Los padres han de actuar juntos como una unidad. No debe haber división. Pero muchos padres se contrarían, y los hijos quedan perjudicados por la mala administración. . . . Sucede a veces que uno de los padres es demasiado indulgente y el otro demasiado severo. Esta diferencia milita contra la posibilidad de obtener buenos resultados en la formación del carácter de los hijos. No ha de ejercerse fuerza bruta en la ejecución de reformas, pero tampoco debe manifestarse una debilidad indulgente. La madre no debe procurar ocultar al padre los defectos de los hijos, ni debe inducirles a ellos a hacer lo que el padre les prohibió. Ella no debe implantar en la mente de sus hijos una sola semilla de duda acerca de la sabiduría manifestada por el padre en su administración, ni debe contrarrestar por su propia conducta la obra del padre.*

Si arribos padres están en desacuerdo, y uno de ellos procura contrarrestar la influencia del otro, la familia se desmoralizará, y ni el padre ni la madre serán objeto del respeto y la confianza que son esenciales para una familia bien gobernada.... Los niños disciernen prestamente cualquier cosa que inspire desprecio por los reglamentos de una casa, especialmente los que restriñen sus acciones.* El padre y la madre deben estar unidos en la disciplina de sus hijos; cada uno debe llevar su parte de la responsabilidad, 282 reconocer que Dios le ha impuesto la solemne obligación de educar a su descendencia de manera que le asegure, en todo lo posible, buena salud física y un carácter bien desarrollado.*

Cómo se dan lecciones en el engaño.-
Algunas madres cariñosas les permiten a sus hijos costumbres que no debieran ser toleradas por un momento. A veces se le ocultan al padre las faltas de los hijos. La madre concede ciertas prendas de vestir o algunas otras complacencias, con el entendimiento de que el padre no sabrá nada de ello; porque él reprendería tales cosas.

Con esto se les enseña eficazmente a los niños una lección de engaño. Luego, si el padre descubre estas faltas, se presentan excusas, pero se dicen medias verdades. La madre no es franca. No considera debidamente que el padre tiene el mismo interés que ella en los hijos, y que no debiera dejarle ignorar los males o debilidades que se les debiera corregir mientras son jóvenes. Se ocultan las cosas. Los hijos conocen la falta de unión que hay entre los padres, y ello tiene su efecto. Los hijos empiezan desde muy jóvenes a engañar y a encubrir tanto a su padre como a su madre las cosas y presentarlas con matices muy diferentes de los verdaderos. La exageración se vuelve un hábito, y se llega a contar mentiras abiertas con pocos remordimientos de conciencia.

Estos males se iniciaron cuando la madre ocultó las cosas al padre, que tiene igual interés que ella en el desarrollo del carácter de sus hijos. El padre debiera haber sido consultado libremente. Debiera habérsele revelado todo. Pero la conducta opuesta, seguida para ocultar los yertos de los hijos, estimula en ellos una disposición a engañar y falta de veracidad y sinceridad.*

Debe ser siempre un principio fijo para los padres cristianos mantenerse unidos en el gobierno de sus hijos. Algunos padres fallan al respecto; les falta unión. El defecto 283 se advierte a veces en el padre, pero con más frecuencia en la madre. La madre cariñosa mima a sus hijos. El trabajo del padre le obliga a menudo a ausentarse de la casa y de la sociedad de sus hijos. La influencia de la madre se hace sentir. Su ejemplo contribuye mucho a formar el carácter de los hijos.*

Las divergencias confunden a los hijos.-
La sociedad de la familia debe estar bien organizada. El padre y la madre deben considerar juntos sus responsabilidades, y emprender su tarea con clara comprensión. No debe haber divergencia entre ellos. Nunca deben criticar en la presencia de sus hijos los planes y el criterio de su cónyuge. Si la madre no tiene experiencia en el conocimiento de Dios, debe razonar de la causa al efecto, y comprobar si su disciplina tiende a aumentar las dificultades del padre mientras trabaja para salvar a los hijos. La pregunta de suma importancia que debe dirigirse es ésta: ¿Estoy siguiendo el camino del Señor?*

Si los padres no concuerdan, auséntense de la presencia de sus hijos hasta que hayan llegado a entenderse.*
Con demasiada frecuencia, los padres no están unidos en su gobierno de la familia. El padre, que acompaña muy poco a sus hijos, e ignora las peculiaridades de su disposición y temperamento, es duro y severo. No domina su genio, sino que corrige con enojo. El niño lo sabe, y en vez de subyugarle, el castigo le llena de ira. La madre pasa por alto en una ocasión faltas que castigará, severamente en otra. Los niños no saben nunca qué esperar, y se sienten tentados a ver hasta donde pueden transgredir con impunidad. Así se siembran malas semillas que brotarán y darán fruto.*

Si los padres están unidos en esta obra de disciplina, el niño comprenderá lo que se requiere de él. Pero si el padre, por sus palabras o miradas, demuestra que no aprueba la disciplina administrada por la madre; si le parece que ella es demasiado estricta y considera que debe expiar la dureza mediante 284 mimos e indulgencias, el niño quedará arruinado. Pronto aprenderá que puede hacer lo que quiere. Los padres que cometan este pecado contra sus hijos tendrán que dar cuenta de la ruina de sus almas.*

Los ángeles miran a cada familia con intenso interés, para ver cómo son tratados los niños por sus padres, guardianes o amigos. ¡Cuánta administración errónea presencian en una familia entre cuyos padres hay divergencias! El tono de la voz del padre y de la madre, sus miradas y sus palabras, todo manifiesta que no están unidos en el gobierno de sus hijos. El padre acusa a la madre e induce a los hijos a que desprecien la ternura y el afecto que ella siente hacia los pequeñuelos. La madre se cree obligada a dedicar mucho afecto a los hijos, a complacerlos y mimarlos, porque considera al padre duro e impaciente, y que a ella le toca contrarrestar la influencia de esa severidad.*

Se necesita mucha oración y serias reflexiones.-
El afecto no puede durar, ni siquiera en el círculo del hogar, a menos que la voluntad y el temperamento estén en armonía con la voluntad de Dios. Todas las facultades y pasiones deben ponerse en armonía con los atributos de Jesucristo. Si, en el amor y temor de Dios, el padre y la madre unen sus intereses para ejercer autoridad en el hogar, verán la necesidad de orar mucho y de reflexionar seriamente. Y mientras busquen a Dios, sus ojos se abrirán para ver que los mensajeros celestiales están presentes para protegerlos en respuesta a la oración hecha con fe. Vencerán las debilidades de su carácter y progresarán hacia la perfección.*

Corazones unidos por el amor.-
Padre y madre, vinculad vuestros corazones en la unión más estrecha y feliz. No os apartéis el uno del otro, sino estrechad aún más los lazos que os unen. Entonces estaréis preparados para unir con el vuestro el corazón de vuestros hijos mediante el cordón de seda del amor.* 285
Seguid sembrando para este tiempo y para la eternidad. Todo el cielo observa los esfuerzos de un padre cristiano.* 286

54. La Religión en la Familia
Definición de la religión.-
En la familia la religión consiste en criar a los hijos en la disciplina y admonición del Señor. Cada miembro de la familia debe ser sustentado por las lecciones de Cristo, y el interés de cada alma debe protegerse estrictamente, para que Satanás no engañe a nadie ni lo aparte de Cristo. Tal es el ideal que cada familia debe procurar alcanzar, resuelta a no fracasar ni a quedar desalentada. Cuando los padres son diligentes y vigilantes en su instrucción, cuando enseñan a sus hijos a procurar sinceramente la gloria de Dios, cooperan con él y él coopera con ellos en la salvación de las almas de aquellos hijos por quienes Cristo murió.*
La instrucción religiosa significa mucho más que la instrucción común. Significa que debemos orar con nuestros hijos, enseñarles cómo deben acercarse a Jesús y hablarle de todo lo que necesitan. Significa que en nuestra vida debemos demostrar que Jesús lo es todo para nosotros y que su amor nos hace pacientes, bondadosos y tolerantes, aunque firmes en lo que se refiere a mandar a nuestros hijos después de nosotros, como lo hizo Abrahán.*

Según os conduzcáis en vuestro hogar, queda anotado vuestro nombre en los libros del cielo. El que quiera llegar a ser santo en el cielo debe ser primero santo en su propia familia. Si los padres son verdaderos cristianos en la familia, serán miembros útiles en la iglesia y podrán dirigir los asuntos de ésta y de la sociedad como manejan lo que concierne a 287 su familia. Padres, no permitáis que vuestra religión consista simplemente en profesarla, mas dejadla ser una realidad.*

Es parte de la educación dada en el hogar.-
La religión del hogar se descuida terriblemente. Hombres y mujeres manifiestan mucho interés por las misiones en países extranjeros. Dan para éstas en forma liberal y así procuran tranquilizar su conciencia, pues piensan que al dar para la causa de Dios expían la negligencia en que viven con respecto a dar el buen ejemplo en su hogar. Pero éste es su campo especial y Dios no acepta excusa alguna por el descuido en que dejan ese campo.*

Cuando la religión es algo práctico en el hogar, se logra mucho bien. La religión inducirá a los padres a hacer la obra que Dios quiso que se hiciera en la familia. Los hijos se criarán en el temor y admonición del Señor.*
El motivo por el cual los jóvenes de la época actual tienen tan poca inclinación religiosa estriba en que su educación es defectuosa. No se manifiesta verdadero amor hacia los hijos cuando se les permite ceder a la ira, o cuando se deja sin castigo la desobediencia a nuestras leyes. Como se tuerce la rama, así se inclina el árbol.*

Para que la religión influya en la sociedad, debe influir primero en el círculo del hogar. Si se enseña a los niños a amar y temer a Dios en la casa, se verá que cuando a su vez salgan al mundo estarán preparados para educar a sus propias familias para Dios, y así los principios de la verdad se implantarán en la sociedad y ejercerán una influencia poderosa en el mundo. La religión no debe divorciarse de la educación dada en la familia.*

Precede a la de la iglesia.-
En el hogar se echa el fundamento de la prosperidad que tendrá la iglesia. Las influencias que rijan la vida familiar se extienden a la vida de la iglesia. Por lo tanto, los deberes referentes a la iglesia deben comenzar en el hogar.* 288

Teniendo buena religión en el hogar, tendremos excelente religión en las reuniones. Defendamos el fuerte del hogar. Consagremos nuestra familia a Dios, y luego hablemos y actuemos en casa como cristianos. Seamos bondadosos, tolerantes y pacientes en casa, sabiendo que enseñamos. Cada madre es una maestra y debe aprender en la escuela de Cristo, a fin de saber enseñar a sus hijos y modelar correctamente su carácter.*
En el hogar donde falta la religión, la profesión de fe no tiene valor.... Muchos se están engañando al creer que el carácter será transformado cuando venga Cristo; pero cuando él aparezca no se convertirán los corazones. Tendremos que habernos arrepentido de nuestros defectos de carácter y tendremos que haberlos vencido por la gracia de Cristo durante el tiempo de gracia. Aquí es donde debemos prepararnos para formar parte de la familia celestial.*

La religión es muy necesaria en el hogar, y las palabras que en él pronunciemos han de ser del carácter debido o de nada servirán nuestros testimonios en la iglesia. Nuestra religión será inútil si no manifestamos mansedumbre, bondad y cortesía en el hogar. Si hubiese más religión genuina en la familia, habría más poder en la iglesia.*

Postergar la instrucción religiosa es un error.-
Dejar a los niños crecer sin conocer a Dios es algo muy grave.*
Los padres cometen un terrible error cuando descuidan la obra de dar a sus hijos educación religiosa, por pensar que saldrán bien y que, al tener más edad, anhelarán obtener experiencia religiosa. ¿No podéis ver, padres, que si no implantáis las preciosas semillas de la verdad, el amor y los atributos celestiales, Satanás sembrará cizalla en el campo del corazón?*

Con demasiada frecuencia se deja que los niños crezcan sin religión porque sus padres piensan que son aun muy tiernos para que se les impongan deberes cristianos.... 289
Lo referente al deber de los niños en asuntos religiosos debe decidirse en forma absoluta y sin vacilación mientras son miembros de la familia.*

Los padres ocupan frente a sus hijos el lugar de Dios para decirles con firmeza y perfecto dominio propio lo que deben hacer y lo que no deben hacer. Todo esfuerzo hecho en favor de ellos con bondad y dominio propio cultivará en su carácter los elementos de la firmeza y la decisión. . . . Los padres tienen el deber de decidir temprano esta cuestión para que el niño no piense en violar el sábado ni en descuidar el culto religioso o la oración en la familia, como no piensa en robar. Las manos de los padres son las que deben construir la valla.*

Desde la más tierna edad debe iniciarse y llevarse adelante una sabia educación en lo que enseñó Cristo. Cuando los corazones infantiles son impresionables, se les ha de enseñar lo concerniente a las realidades eternas. Los padres deben recordar que viven, hablan y obran en presencia de Dios.*
Padres, ¿qué conducta seguís? ¿Guía vuestra obra la idea de que en asuntos religiosos vuestros hijos deben estar libres de toda restricción? ¿Los estáis dejando sin consejo ni admonición durante su infancia y juventud? ¿Les estáis permitiendo que obren como les agrade? Si obráis así, estáis descuidando las responsabilidades que Dios os dio.*

Adáptese la instrucción a la edad del niño.-
Tan pronto como los pequeñuelos tienen entendimiento, los padres deben contarles la historia de Jesús para que puedan absorber la preciosa verdad acerca del Niño de Belén. Inculcad en los niños sentimientos de piedad sencilla, que se adapten a sus años y a su capacidad. Llevad a vuestros hijos en oración a Jesús, pues él hizo posible que ellos aprendan la religión mientras aprenden a formular las palabras del idioma.*
En muy tierna edad, los niños son susceptibles a las influencias divinas. El Señor dedica a estos niños su cuidado especial; y cuando se crían en la disciplina y amonestación del 290 Señor, resultan en una ayuda para sus padres, y no en un estorbo.*

Ambos padres deben cultivar la religión en el hogar.-
Al padre y a la madre incumbe la responsabilidad de sostener la religión en el hogar.*
No se cargue la madre con tantos cuidados que no pueda dedicar tiempo a las necesidades espirituales de su familia. Soliciten los padres a Dios que los guíe en su obra. Arrodillados delante de él, obtendrán una verdadera comprensión de sus grandes responsabilidades, y podrán confiar a sus hijos a Aquel que nunca yerra en sus consejos e instrucciones....

El padre de la familia no debe dejar a la madre todo el cuidado de dar instrucción espiritual. Una gran obra debe ser hecha por los padres y las madres, y ambos deben desempeñar su parte individual en la preparación de sus hijos para el gran examen del juicio.*

Padres, haced participar a vuestros hijos en vuestros ejercicios religiosos. Arrojad en derredor de ellos los brazos de vuestra fe, y consagradlos a Cristo. No permitáis que cosa alguna os haga descuidar vuestra responsabilidad de educarlos correctamente, ni que interés mundanal alguno os induzca a dejarlos rezagados. No toleréis que vuestra vida cristiana os aisle de ellos. Llevadlos con vosotros al Señor; educad sus intelectos para que se familiaricen con la verdad divina. Dejadlos asociarse con los que aman a Dios. Llevadlos al pueblo de Dios como niños a los cuales procuráis ayudar en la edificación de un carácter idóneo para la eternidad.*

¿Qué no logrará la religión en el hogar? Realizará la obra misma que Dios quiso que se hiciera en cada familia. Los hijos se criarán en la disciplina y admonición del Señor. Serán educados y preparados, no para ser esclavos de la sociedad, sino miembros de la familia del Señor.*

Esperan ver a sus padres vivir en forma consecuente.-
Todo deja su impresión en la mente juvenil. Ella estudia 291 el rostro, siente la influencia de la voz, e imita la conducta ajena. Los padres irritables dan a sus hijos lecciones acerca de las cuales, en alguna época de su vida, querrán con toda el alma que fuese posible hacérselas olvidar. Los hijos deben ver en la vida de sus padres un espíritu consecuente con su fe. Llevando una vida que concuerde con sus principios y ejerciendo dominio propio, los padres pueden amoldar el carácter de sus hijos.*

Dios honra a una familia bien ordenada.-
Los padres y las madres que ponen a Dios en primer lugar en su familia, que enseñan a sus hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, glorifican a Dios delante de los ángeles y delante de los hombres presentando al mundo una familia bien ordenada y disciplinada, una familia que ama y obedece a Dios, en lugar de rebelarse contra él. Cristo no es un extraño en sus hogares; su nombre es un nombre familiar, venerado y glorificado. Los ángeles se deleitan en un hogar donde Dios reina supremo, y donde se enseña a los niños a reverenciar la religión, la Biblia y al Creador. Las familias tales pueden aferrarse a la promesa: "Yo honraré a los que me honran."*

Como se trae Cristo al hogar.-
Cuando Cristo está en el corazón, se le trae a la familia. El padre y la madre sienten cuán importante es vivir en obediencia al Espíritu Santo para que los ángeles celestiales, quienes sirven a los que han de heredar la salvación, los atiendan como maestros en el hogar y los eduquen y preparen para la obra de enseñar a sus hijos. Es posible tener en el hogar una pequeña iglesia que honre y glorifique al Redentor.*

Hágase atractiva la religión.-
Hágase atractiva la vida cristiana. Háblese del país donde han de establecer su hogar los que siguen a Cristo. Mientras hagáis esto, Dios guiará a vuestros hijos a toda la verdad, llenándolos del deseo de hacerse idóneos para las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los que le aman.*  Los padres no deben obligar a sus hijos a tener una forma de religión, sino presentarles de una manera atractiva los principios eternos.*
Por su buen ánimo, su cortesía cristiana y su simpatía tierna y compasiva, los padres han de hacer atractiva la religión de Cristo; pero deben ser firmes al exigir respeto y obediencia. Los principios correctos deben quedar establecidos en la mente del niño.*

Necesitamos presentar a los jóvenes un incentivo para hacer el bien. No bastan para ello la plata ni el oro. Revelémosles el amor, la misericordia y la gracia de Cristo, la preciosidad de su Palabra y los goces del vencedor. Mediante tales esfuerzos se hará una obra que durará por toda la eternidad.*

¿Por qué fracasan ciertos padres?-
Aunque profesan ser religiosos, ciertos padres no recuerdan a sus hijos el hecho de que debemos servir a Dios y obedecerle, sin que las conveniencias, los placeres o las inclinaciones nos impidan cumplir lo que él requiere de nosotros. "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría." Este hecho debe entretejerse con la vida misma y el carácter. El concepto correcto de Dios por el conocimiento de Cristo, quien murió para que fuésemos salvos, debe inculcarse en la mente.*
Tal vez penséis, padres, que no tenéis tiempo para hacer todo esto, pero debéis tomaros tiempo para hacer vuestra obra en la familia; de lo contrario Satanás suplirá la deficiencia. Eliminad de vuestra vida todo lo que os impida hacer esa obra, y preparad a vuestros hijos de acuerdo con las órdenes divinas. Descuidad cualquier cosa de naturaleza temporal, contentaos con vivir económicamente, reducid vuestros deseos, pero por amor de Cristo no descuidéis vuestra propia preparación religiosa ni la de vuestros hijos.*

Cada miembro de la familia dedicado a Dios.-
Las instrucciones que Moisés dio acerca de la Pascua rebosan de 293 significado, y se aplican a los padres y a los hijos en esta época del mundo....

El padre debía actuar como sacerdote de la familia y si él había fallecido, el hijo mayor entre los que vivían debía cumplir el acto solemne de rociar con sangre el dintel de la puerta. Es un símbolo de la obra que debe hacerse en cada familia. Los padres han de reunir a sus hijos en el hogar y presentarles a Cristo como su Pascua. El padre debe dedicar cada miembro de la familia a Dios y hacer una obra representada por la cena pascual. Es peligroso dejar este solemne deber en manos ajenas.*

Resuelvan los padres cristianos que serán leales a Dios, y reunan a sus hijos en derredor suyo en el hogar, para rociar el dintel con sangre que representa a Cristo como el Unico que puede proteger y salvar, para que el ángel destructor pase por alto el amado círculo de la familia. Vea el mundo que obra en el hogar una influencia más que humana. Mantengan los padres una relación vital con Dios, declárense de parte de Cristo y demuestren por la gracia de él cuánto bien puede lograr la actuación paterna.* 295

55. Normas Morales
Satanás procura pervertir la institución del matrimonio.-
Hizo Satanás [en la época antediluviano] un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio.*

Satanás conoce muy bien el material con el cual ha de vérselas en el corazón humano. Por haberlos estudiado con intensidad diabólica durante miles de años conoce los puntos más vulnerables de cada carácter; y en el transcurso de las generaciones sucesivas ha obrado para hacer caer a los hombres más fuertes, príncipes de Israel, mediante las mismas tentaciones que tuvieron tanto éxito en Baal-peor. A través de los siglos pueden verse los casos de caracteres arruinados que encallaron en las rocas de la sensualidad.*

Una tragedia en Israel.-
La licencia fue el crimen que atrajo los castigos de Dios sobre Israel. El atrevimiento de las mujeres para entrampar almas no terminó en Baal-peor. No obstante el castigo que alcanzó a los pecadores de Israel, el mismo crimen se repitió muchas veces. Satanás ponía de manifiesto su mayor actividad al procurar que fuese completa la caída de Israel.*

La práctica licenciosa de los hebreos logró en ellos lo que no pudieron lograr todas las guerras de las naciones ni los encantos de Balaam. Quedaron separados de su Dios, quien les quitó su protección y se volvió enemigo suyo. Fueron tantos 296 los príncipes y los del común del pueblo que se hicieron culpables de licencia que ésta vino a ser un pecado nacional, a causa del cual Dios se airó contra toda la congregación.*

La historia se repetirá.-
Al acercarse el fin de la historia de esta tierra, Satanás obrará con todo su poder de la misma manera y con las mismas tentaciones con que tentó al antiguo Israel cuando estaba por entrar en la tierra prometida. Tenderá lazos para los que aseveran guardar los mandamientos de Dios, y que están casi en los límites de la Canaán celestial. Empleará hasta lo sumo sus poderes para entrampar almas y hacer caer en lo que respecta a sus puntos más débiles a los que profesan ser hijos de Dios. Satanás ha resuelto destruir por sus tentaciones y contaminar por la licencia las almas de quienes no hayan sujetado las pasiones inferiores a las facultades superiores de su ser, a los que dejaron correr sus pensamientos por el canal de la satisfacción carnal de las pasiones más bajas. No apunta especialmente a los blancos menos importantes, sino que se vale de sus engaños mediante personas a quienes puede alistar como agentes suyos para inducir a los hombres a permitirse libertades que la ley de Dios condena. Sabiendo que quien transgrede en un punto es culpado de todos, y él, Satanás, domina así todo el ser, ataca a quienes ocupan puestos de responsabilidad, a los que enseñan lo exigido por la ley de Dios, a aquellos de cuya boca rebosan los argumentos para vindicar dicha ley, y dirigiendo contra ellos sus poderes infernales, pone sus agentes a trabajar, para hacer caer a esos hombres en los puntos débiles de su carácter. La ruina abarca la mente, el alma y el cuerpo. Si se trata de quien fue mensajero de la justicia, poseedor de mucha luz, o si el Señor lo usó como obrero especial en la causa de la verdad, entonces ¡cuán grande es el triunfo de Satanás! ¡Cómo se regocija él! ¡Cuánto deshonor para Dios!*

La inmoralidad prevalece hoy.-
Se me ha presentado un horrible cuadro de la condición del mundo. La inmoralidad 297 cunde por doquiera. La disolución es el pecado característico de esta era. Nunca alzó el vicio su deforme cabeza con tanta osadía como ahora. La gente parece aturdida, y los amantes de la virtud y de la verdadera bondad casi se desalientan por esta osadía, fuerza y predominio del vicio. La iniquidad prevaleciente no es del dominio exclusivo del incrédulo y burlador. Ojalá fuese tal el caso; pero no sucede así. Muchos hombres y mujeres que profesan la religión de Cristo son culpables. Aun los que profesan esperar su aparición no están más preparados para ese suceso que Satanás mismo. No se están limpiando de toda contaminación. Han servido durante tanto tiempo a su concupiscencia, que sus pensamientos son, por naturaleza, impuros y sus imaginaciones, corruptas. Es tan imposible lograr que sus mentes se espacien en cosas puras y santas como lo sería desviar el curso del Niágara y hacer que sus aguas remontasen las cataratas.... Cada cristiano tendrá que aprender a refrenar sus pasiones y a guiarse por los buenos principios. A menos que lo haga, es indigno del nombre de cristiano.*

Prevalece un sentimentalismo amoroso enfermizo. Hombres casados reciben atenciones de mujeres casadas o solteras, que parecen hechizadas y pierden la razón, el discernimiento espiritual y el buen sentido; hacen aquello mismo que la Palabra de Dios condena, así como lo condenan los testimonios del Espíritu de Dios. Les son presentados claros reproches y amonestaciones, y sin embargo recorren la misma senda que otros han recorrido antes que ellos. Parecerían participar en un juego que los llena de infatuación. Satanás los induce a arruinarse, a poner en peligro la causa de Dios, a crucificar nuevamente al Hijo de Dios y a avergonzarle públicamente.*

La ignorancia, el amor a los placeres y los hábitos pecaminosos, que corrompen el alma, el cuerpo y el espíritu, llenan el mundo de lepra moral; un mortífero paludismo 298 moral está destruyendo a millares y a decenas de millares. ¿Qué debe hacerse para salvar a nuestros jóvenes? Poco es lo que nosotros podemos hacer, pero Dios vive y reina, y él puede hacer mucho.*

En contraste con el mundo.-
Las libertades permitidas en esta era de corrupción no deben modelar el criterio de quienes siguen a Cristo. Las manifestaciones de familiaridad que se estilan hoy no deben existir entre los cristianos que se preparan para la inmortalidad. Si la lascivia, la contaminación, el adulterio, los delitos y el homicidio están a la orden del día entre los que no conocen la verdad y se niegan a ser regidos por los principios de la Palabra de Dios, ¡cuán importante resulta que les muestren un camino mejor y más noble aquellos que profesan ser discípulos de Cristo y estar estrechamente aliados con Dios y los ángeles! ¡Cuán importante viene a ser que por su castidad y virtud se destaquen en contraste con los que son dominados por brutales pasiones!*

Aumentan los peligros.-
En esta era de degeneración se encontrarán muchos que están tan ciegos con respecto a la gravedad del pecado que prefieren una vida licenciosa porque se aviene con la inclinación perversa del corazón natural.
En vez de ponerse frente al espejo de la ley de Dios y elevar su corazón y carácter a la altura de la norma divina, permiten que los agentes de Satanás erijan la norma de éste en sus corazones. Los hombres corrompidos piensan que interpretar mal las Escrituras para que éstas los apoyen en su iniquidad es más fácil que renunciar a su corrupción y pecado, y ser puros en el corazón y la vida.  Los hombres de esta índole son más numerosos de lo que muchos se han imaginado, y se irán multiplicando a medida que nos acerquemos al fin del tiempo.*

Cuando el poder hechizador de Satanás domina a una persona, ésta se olvida de Dios y ensalza al ser humano lleno de propósitos corruptos. Esas almas engañadas practican como 299 si fuese una virtud la licencia secreta. Es una especie de brujería. . . . Hay siempre un poder hechizador en las herejías y la licencia. La mente queda tan seducida que no puede razonar inteligentemente, y una ilusión la desvía Continuamente de la pureza. La percepción espiritual se embota, y personas que hasta entonces se rigieron por principios de alta moralidad quedan confundidas por sofismas engañadores presentados por agentes de Satanás que profesan ser mensajeros de luz.

Este engaño es lo que da poder a estos agentes. Si ellos se presentasen audazmente e hiciesen abiertamente sus proposiciones, serían rechazados sin un momento de vacilación; pero obran primero de tal manera que inspiran simpatía y confianza como si fuesen santos y abnegados hombres de Dios. Como sus mensajeros especiales, empiezan entonces su artera obra de apartar las almas de la senda de la rectitud, y procuran anular la ley de Dios.*

Hombres y mujeres deben conservar su lugar.-
La mente de un hombre o de una mujer no desciende en un momento de la pureza y santidad a la depravación, corrupción y delincuencia. Se requiere tiempo para transformar lo humano en algo divino, o para degradar a los que fueron formados a la imagen de Dios al punto de comunicarles características brutales o satánicas. Por la contemplación nos transformamos. Aunque creado a la imagen de su Hacedor, el hombre puede educar de tal manera su mente que el pecado que antes le repugnara le resulte agradable. Al dejar de velar y orar, deja de custodiar la ciudadela de su corazón, y participa en el pecado y los delitos. El intelecto queda degradado, y es imposible elevarlo de la corrupción mientras se le educa de un modo que esclavice sus facultades morales e intelectuales y las sujete a las pasiones más groseras. Debe reñirse una guerra constante contra el ánimo carnal; y necesitamos que nos ayude la influencia refinadora de la gracia de Dios, que 300 atraerá la mente hacia arriba y la habituará a meditar en cosas puras y santas.*

No hay seguridad para hombre alguno, sea joven o anciano, a menos que sienta la necesidad de solicitar el consejo de Dios a cada paso. Sólo aquellos que se mantienen en estrecha comunión con Dios aprenderán a valorar a los hombres como él los valora, y a reverenciar a los puros, los buenos, los humildes y los mansos. El corazón debe ser custodiado como lo fue el de José. Entonces se hará frente con decisión a las tentaciones a apartarse de la integridad, diciendo: "¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" La tentación más poderosa no disculpa el pecado. Por intensa que sea la presión a la cual nos veamos sometidos, el pecado es un acto nuestro. La sede de la dificultad está en el corazón irregenerado.*

En vista de los peligros de este tiempo, y como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, ¿no habremos de apartar de nosotros todo pecado, toda iniquidad, toda perversidad? ¿No habrán de vigilarse estrictamente a sí mismas las mujeres que profesan la verdad, a fin de no estimular la menor familiaridad injustificable? Pueden cerrar muchas puertas de tentación si observan en toda ocasión una reserva estricta y una conducta apropiada.*

Alta norma de conducta para las mujeres.-
Con corazón angustiado escribo que en esta época las mujeres, casadas y solteras, con demasiada frecuencia no observan la reserva necesaria. Coqueteando, estimulan las atenciones de hombres solteros y casados y los que son moralmente débiles quedan seducidos. Al tolerar estas cosas, se amortiguan los sentidos morales y se ciega el entendimiento de manera que el delito no parece pecaminoso. Se despiertan pensamientos que no se habrían despertado si la mujer hubiese conservado su lugar con toda modestia y seriedad. Puede ser que no tuvo ella misma propósito o motivo ilícito, pero estimuló a hombres 301 que son tentados, y que necesitan toda la ayuda que puedan obtener de quienes los traten. Si ellas se hubiesen mantenido circunspectas y reservadas y si, en vez de permitirse libertades y recibir atenciones injustificables, hubiesen tenido un alto tono moral y una dignidad apropiada, podría haberse evitado mucho mal.*

Hace mucho que quiero hablar a mis hermanas y decirles que, por lo que agradó al Señor mostrarme en una oportunidad, hay un gran defecto entre ellas. No son cuidadosas en cuanto a abstenerse de toda apariencia de mal. No son todas discretas en su conducta, como conviene a mujeres que profesan la piedad. Sus palabras no son tan selectas y bien escogidas como debieran serlo las de quienes recibieron la gracia de Dios. Son demasiado familiares con sus hermanos. Se demoran en derredor de ellos, se inclinan hacia ellos, y parecen preferir su compañía. Sus atenciones les dan mucha satisfacción.

De acuerdo con la luz que el Señor me ha dado, nuestras hermanas debieran seguir una conducta muy diferente: ser más reservadas, manifestar menos audacia y ataviarse "con vergüenza y modestia." Tanto los hermanos como la hermanas se entregan demasiado a la conversación jovial cuando están juntos ambos sexos. Las mujeres que profesan tener piedad dejan oír muchas bromas y risas. Esto no es propio y contrista al Espíritu de Dios. Estas manifestaciones revelan una falta de verdadero refinamiento cristiano. No fortalecen el alma en Dios, sino que producen grandes tinieblas, ahuyentan a los ángeles celestiales puros y refinados y rebajan a un nivel inferior a quienes participan de estos males.*

Con mucha frecuencia son las mujeres las que tientan. Con un motivo u otro, requieren la atención de los hombres casados o solteros, y los llevan adelante hasta que transgreden la ley de Dios, hasta que su utilidad queda arruinada y sus almas están en peligro.... Si las mujeres quisieran tan sólo 302 elevar sus vidas y trabajar con Cristo, su influencia sería menos peligrosa; pero con sus sentimientos actuales de despreocupación acerca de las responsabilidades del hogar y de los requerimientos que Dios les hace, su influencia se hace sentir con frecuencia en el sentido del mal, sus facultades son empequeñecidas, y su obra no lleva la impresión divina.*

Hay tantas señoritas atrevidas y mujeres audaces que tienen la facultad de hacerse notar, poniéndose en la compañía de hombres jóvenes, invitando las atenciones y flirteos de hombres casados y solteros, que a menos que Vd. se concentre en Cristo y sea firme como el acero, será arrastrado a la red de Satanás.*
Como embajadora de Cristo, os suplico a vosotros que profesáis la verdad presente, para que rechacéis cualquier avance de la impureza, y abandonéis la sociedad de aquellos que emiten una sugestión impura. Repudiad estos pecados contaminadores con el más intenso odio. Apartaos de aquellos que, aun en la conversación, permiten que su mente siga esta tendencia; "porque de la abundancia del corazón habla la boca."...

No debierais ni por un momento dar cabida a una sugestión impura y disfrazada; porque aun eso manchará el alma, como el agua impura contamina el conducto por el cual pasa.*
Una mujer que permita que en su presencia se pronuncie una palabra o sugestión impúdica, no es como Dios quisiera que sea; la que permite cualquier familiaridad indebida o sugestión impura no conserva su calidad de mujer semejante a Dios.*

Protegidas por un círculo sagrado de pureza.-
Nuestras hermanas deben cultivar la verdadera mansedumbre; no deben ser habladoras ni atrevidas, sino modestas, humildes y tardas en hablar. Pueden ser corteses, pues agradarán a Dios si son bondadosas, tiernas, compasivas, perdonadoras y humildes. Si asumen esta actitud, no se verán molestadas por 303
atenciones indebidas de parte de los hombres en la iglesia o fuera de ella. Todos sentirán que hay en derredor de estas mujeres que temen a Dios un círculo sagrado de pureza que las protege de cualesquiera libertades injustificables.

En el caso de algunas mujeres que profesan tener piedad, existe una libertad de modales descuidada y vulgar que induce al mal. Pero las mujeres cuyo ánimo y corazón se dedican a meditar en temas fortalecedores de la pureza en la vida y elevadores del alma para que comulgue con Dios, no se extraviarán con facilidad de la senda recta y virtuosa. Las tales serán fortalecidas contra los sofismas de Satanás, y preparadas para resistir sus artes seductoras.*

Os suplico que, como quienes siguen a Cristo y lo profesan altamente, que cultivéis la preciosa e inestimable joya de la modestia, que es guardadora de la virtud.*

El dominio de los pensamientos.-
Debéis dominar vuestros pensamientos. Esta tarea no será fácil, y no podéis cumplirla sin esfuerzo aplicado y aun severo. Sin embargo, es lo que Dios os exige; es un deber que incumbe a todo ser que ha de dar cuenta. Sois responsables delante de Dios por vuestros pensamientos. Si os entregáis a imaginaciones vanas y permitís que vuestra atención se espacie en temas impuros, sois en cierta medida tan culpables delante de Dios como si vuestros pensamientos se hubiesen puesto en ejecución. Todo lo que impide la acción es la falta de oportunidad. El soñar de día y de noche, así como el edificar castillos en el aire, constituyen malos hábitos, excesivamente peligrosos. Una vez arraigados, es casi imposible deshacerse de ellos y dirigir los pensamientos hacia temas puros, santos y elevados.*

Cuidado con la adulación.-
Quedo apenada cuando veo a ciertos hombres alabados, adulados y mimados. Dios me ha revelado que algunos de los que reciben estas atenciones son indignos de pronunciar su nombre. Sin embargo, son ensalzados hasta el cielo en la estima de algunos seres finitos, 304 que leen tan sólo la apariencia externa. Hermanas mías, nunca miméis ni aduléis a pobres hombres falibles y sujetos a yerros, sean jóvenes o ancianos, casados o solteros. No conocéis sus debilidades, y no sabéis si estas mismas atenciones y profusas alabanzas no han de provocar su ruina. Me alarma la cortedad de visión, la falta de sabiduría que muchos manifiestan al respecto.

Los hombres que están haciendo la obra de Dios, y que tienen a Cristo morando en su corazón, no rebajarán la norma de la moralidad, sino que tratarán siempre de elevarla. No hallarán placer en la adulación de las mujeres, ni en ser mimados por ellas. Digan los hombres, tanto solteros como casados: "Guardemos distancia. Nunca daré la menor ocasión para que mi buen nombre sea vilipendiado. Mi buen nombre es capital de mucho más valor para mí que el oro o la plata. Déjenme conservarlo sin mancha. Si los hombres atacan ese nombre, no será porque les haya dado ocasión de hacerlo, sino por la misma razón por la cual hablaron mal de Cristo, a saber, porque odiaban la pureza y santidad de su carácter; porque les era una constante reprensión."*

El pastor y la tentación.-
Las menores insinuaciones, cualquiera que sea su origen, que os inviten a pecar o a permitir la menor libertad injustificable con vuestra persona, deben considerarse como los peores insultos a vuestra dignidad de mujeres. El beso destinado a vuestra mejilla, en momento y lugar inoportunos, debe induciros a rechazar con desagrado al emisario de Satanás. Si proviene de alguien altamente situado que trata con cosas sagradas, el pecado es diez veces mayor y debiera hacer retroceder con horror a una mujer o joven temerosa de Dios, no sólo delante del pecado que se le propone sino también delante de la hipocresía y villanía de alguien a quien se respeta y honra como siervo de Dios.*

Si un ministro del Evangelio no controla sus pasiones más bajas, si no sigue el ejemplo del apóstol y deshonra de tal 305 manera su profesión y fe que llegue hasta mencionar la participación en el pecado, nuestras hermanas que profesan tener piedad no deben pensar por un instante que el pecado o el delito pierde su maldad porque su pastor se atreva a cometerlo. El hecho de que ciertos hombres que ocupan puestos de responsabilidad manifiesten haberse familiarizado con el pecado no debe reducir en el parecer de nadie la culpabilidad y enormidad del pecado. Este debe aparecer tan pecaminoso y aborrecible como se le ha considerado hasta aquí; y en su ánimo los puros y elevados deben abominar y huir de quien lo comete como huirían de una serpiente de mordedura mortal. Si las hermanas poseyeran altura y pureza de corazón, cualquier sugestión corrupta, aun de parte de su pastor, sería rechazada con tal energía que nunca se repetiría.*

Sed fieles a vuestros votos.-
¡Cuán cuidadoso debe ser el esposo y padre en mantener su lealtad a sus votos matrimoniales! ¡
Cuánta circunspección debe haber en su carácter, no sea que estimule en algunas jóvenes, o aun en mujeres casadas, pensamientos que no estén de acuerdo con la norma alta y santa: los mandamientos de Dios! Cristo enseña que estos mandamientos son amplísimos, y que llegan hasta los pensamientos, intentos y propósitos del corazón. Allí es donde muchos delinquen. Las imaginaciones de su corazón no son del carácter puro y santo que Dios requiere; y por muy alta que sea su vocación, por talentosos que sean ellos, Dios anotará la iniquidad contra ellos, y los contará como mucho más culpables y merecedores de su ira que aquellos que tienen menos talento, menos luz, menos influencia.*

A los hombres casados se me ha instruido que les diga: A vuestras esposas, las madres de vuestros hijos, es a quienes debéis respeto y afecto. A ellas debéis dedicar vuestras, atenciones, y vuestros pensamientos deben espaciarse en cómo contribuir a su felicidad.*

Se me han mostrado familias en las cuales el esposo y padre 306 no mantuvo la reserva ni la dignidad viril y piadosa que conviene al que sigue a Cristo. No cumplió los actos de bondad, ternura y cortesía que debe a su esposa, a la cual prometió, delante de Dios y de los ángeles, que la amaría, respetaría y honraría mientras ambos viviesen. La joven asalariada que ayudaba en los trabajos domésticos tenía modales demasiado libres y con cierto atrevimiento se permitía peinarle el cabello y hacerle objeto de atenciones afectuosas, que lo dejaban tontamente halagado. Ya no es tan demostrativo en el amor y la atención que dedica a su esposa. Tenga la seguridad que Satanás obra en esto. Respete a las personas a quienes tienen Vds. a sueldo, trátelas con bondad y consideración, pero sin ir más lejos. Sea su conducta tal que no las incite a familiaridades.*

Respetad la intimidad de la familia.-
¡Oh, cuántas vidas quedan amargadas por el derribamiento de las paredes que encierran las intimidades de cada familia y que están destinadas a conservar su pureza y santidad! Una tercera persona recibe las confidencias de la esposa, y llega a conocer los asuntos privados de la familia. Esto constituye la estratagema de Satanás para enajenar a los esposos. ¡Ojalá esto cesase! ¡Cuántas dificultades se ahorrarían! Encerrad en vuestros propios corazones el conocimiento de vuestras faltas mutuas. Presentad vuestras dificultades a Dios solamente. El puede daros consejos correctos y consuelo seguro, impregnado de pureza y exento de amargura.*

Cuando una mujer relata sus dificultades de familia, o se queja de su esposo a otro hombre, viola sus votos matrimoniales; deshonra a su esposo y quebranta la muralla erigida para preservar la santidad de la relación matrimonial; abre de par en par la puerta e invita a Satanás a entrar con sus tentaciones insidiosas. Esto es precisamente como Satanás quiere que sea. Si una mujer acude a un hermano cristiano a relatarle sus desgracias, sus desilusiones y sus 307 pruebas, él debe siempre aconsejarle que, si ha de confiar sus dificultades a alguien, elija hermanas como sus confidentes, y entonces no habrá apariencia de mal que pueda hacer sufrir oprobio a la causa de Dios.*

Para ser guardados del extravío.-
Me dirijo a nuestros hermanos. Si os acercáis a Jesús, y tratáis de adornar vuestra profesión con una vida bien ordenada y una conversación piadosa, vuestros pies serán guardados de extraviarse en sendas prohibidas. Si tan sólo queréis velar, velar continuamente en oración, y tan sólo hacéis todo como si estuvieseis en la presencia inmediata de Dios, seréis salvados de caer en la tentación, y podréis esperar llevar hasta el fin una vida pura, sin mancha ni contaminación. Si mantenéis firme hasta el fin el principio de vuestra confianza, vuestros caminos serán afirmados en Dios, y lo que la gracia empezó, lo coronará la gloria en el reino de nuestro Dios. Los frutos del Espíritu son amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Si Cristo está en nosotros crucificaremos la carne con sus afectos y concupiscencias.* 309

56. El Divorcio
Es un contrato para toda la vida.-
En las mentes juveniles el matrimonio está revestido de romanticismo y es difícil despojarlo de ese carácter que le presta la imaginación, para hacer que la mente comprenda cuán pesadas responsabilidades entraña el voto matrimonial. Liga los destinos de dos personas con vínculos que sólo la muerte puede cortar.*
Todo compromiso matrimonial debe ser considerado cuidadosamente, pues el casamiento es un paso que se da toda la vida. Tanto el hombre como la mujer deben considerar cuidadosamente si pueden mantenerse unidos a través de las vicisitudes de la existencia mientras ambos vivan.*

Jesús corrigió falsos conceptos.-
Entre los judíos se permitía que un hombre repudiase a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad para casarse otra vez. Esta costumbre era causa de mucha desgracia y pecado. En el sermón del monte, Jesús indicó claramente que el casamiento no podía disolverse, excepto por infidelidad a los votos matrimoniales. "El que repudiare a su mujer -dijo él,- fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio." Después cuando los fariseos le preguntaron acerca de la legalidad del divorcio, Jesús habló a los oyentes de la institución del matrimonio, conforme se ordenó en la creación del mundo. "Por la dureza de vuestro corazón -dijo él- Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres: mas al principio no fue así." Se 310 refirió a los días bienaventurados del Edén, cuando Dios declaró que todo "era bueno en gran manera." Entonces tuvieron su origen dos instituciones gemelas para la gloria de Dios en beneficio de la humanidad: el matrimonio y el sábado. Al unir Dios en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne," dictó la ley del matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo. Lo que el mismo Padre eterno había considerado bueno, era la ley de la más elevada bendición y progreso para los hombres.*

Jesús vino a nuestro mundo para rectificar errores y restaurar la imagen moral de Dios en el hombre. En la mente de los maestros de Israel habían hallado cabida sentimientos erróneos acerca del matrimonio. Ellos estaban anulando la sagrada institución del matrimonio. El hombre estaba endureciendo de tal manera su corazón que por la excusa más trivial se separaba de su esposa, o si prefería, la separaba a ella de los hijos y la despedía. Esto era considerado como un gran oprobio y a menudo imponía a la repudiada sufrimientos agudísimos.

Cristo vino para corregir estos males, y cumplió su primer milagro en ocasión de un casamiento. Anunció así al mundo que cuando el matrimonio se mantiene puro y sin contaminación es una institución sagrada.*

Consejos a quien pensaba divorciarse.-
Vd. ha tenido ideas erróneas acerca de la relación matrimonial. Nada que no sea la violación del lecho matrimonial puede romper o anular el voto del casamiento. Estamos viviendo en tiempos peligrosos, cuando no hay seguridad en nada que no sea una fe firme e inquebrantable en Jesucristo. No hay corazón que las artimañas de Satanás no puedan enajenar de Dios, si no vela en oración.

La salud de Vd. habría sido mucho mejor si su espíritu hubiese gozado de paz y descanso; pero se confundió y 311 desequilibró, y razonó incorrectamente con respecto al divorcio. Sus opiniones no pueden sostenerse sobre la base de la cual parte su raciocinio. Los hombres no están libres para crear su propia norma, a fin de evitar la ley de Dios y agradar a su propia inclinación. Deben acudir a la gran norma de justicia establecida por Dios....

Dios indicó una sola causa por la cual una esposa pueda abandonar a su esposo, o éste pueda dejarla a ella, y fue el adulterio. Esta causa debe considerarse con oración.*

Consejos a una pareja separada.-
Hermano mío, hermana mía, desde hace algún tiempo no habéis estado viviendo juntos. No debierais haber adoptado tal proceder y no lo habríais hecho si hubieseis cultivado la paciencia, la bondad y la tolerancia que siempre debieran existir entre los esposos.

Ni uno ni otro debiera haber ensalzado su propia voluntad ni haber procurado cumplir a toda costa sus ideas y planes individuales. Ni uno ni otro debiera haber resuelto obrar como le agradase. Permitid que la subyugadora influencia del Espíritu de Dios obre en vuestros corazones y os haga idóneos para la obra de educar a vuestros hijos....

Suplicad a vuestro Padre celestial que os guarde de ceder a la tentación de hablar el uno al otro de una manera dura y voluntariosa. Cada uno de vosotros tiene un carácter imperfecto. Por el hecho de que no os mantuvisteis bajo la dirección de Dios, la conducta del uno hacia el otro resultó imprudente.
Os ruego que os pongáis bajo la dirección de Dios. Cuando estéis tentados a hablar con provocación, no digáis una sola palabra. Seréis tentados al respecto porque nunca habéis vencido este rasgo censurable del carácter. Pero todo mal hábito debe ser vencido. Entregaos completamente a Dios. Caed sobre la Roca, Cristo Jesús, y sed quebrantados. Como esposos, disciplinaos a vosotros mismos. Acudid a Cristo en 312 busca de ayuda. El os concederá gustosamente su simpatía divina, su libre gracia....

Arrepentíos delante de Dios por vuestra conducta pasada. Llegad a un entendimiento, y reuníos como esposos. Desechad la experiencia desagradable de vuestra vida pasada. Cobrad ánimo en el Señor. Cerrad las ventanas del alma que dan hacia la tierra, y abrid las que dan hacia el cielo. Si eleváis vuestras voces en oración al cielo para pedirle luz, el Señor Jesús, que es luz y vida, paz y gozo, oirá vuestro clamor. El, que es el Sol de justicia, resplandecerá en las cámaras de vuestra mente, e iluminará el templo del alma. Si recibís gustosos el sol de su presencia en vuestro hogar, no pronunciaréis palabras de índole tal que provoquen sentimientos desdichados.*

A una esposa muy maltratada.-
Recibí su carta y en respuesta quiero decirle que no puedo aconsejarle que vuelva al lado de D., a menos que vea en él cambios decisivos. No agradan al Señor las ideas que él ha albergado en lo pasado acerca de lo debido a una esposa.... Si él se aferra a sus opiniones anteriores, el futuro no sería mejor para Vd. de lo que fue el pasado. El no sabe cómo debe tratar a su esposa.

Estoy muy triste al respecto. Me compadezco de D., pero no puedo aconsejarle que se reuna con él contra lo que le dicte a Vd. su propio criterio. Le hablo a Vd. tan francamente como le hablé a él; seria peligroso para Vd. volver a colocarse bajo sus dictados. Yo esperaba que cambiaría....

El Señor comprende todo lo que le sucede. . . . Tenga buen ánimo en el Señor; él no la dejará ni la abandonará. La más tierna simpatía hacia Vd. conmueve mi corazón.*

A un esposo abandonado: "Lleve su cruz."-
No puedo ver qué más se puede hacer en este caso, y pienso que lo único posible para Vd. es renunciar a su esposa. Si ella está así resuelta a no vivir con Vd., al intentarlo, ambos llevarían la existencia más miserable. En vista de que ella decidió plena 313 y resueltamente su suerte, lo único que Vd. puede hacer es cargar su cruz y demostrar que es un hombre.*

A la vista de Dios siguen casados, aunque divorciados.-
Una mujer puede estar legalmente divorciada de su esposo por las leyes del país y sin embargo no estar divorciada a la vista de Dios ni según la ley superior. Sólo un pecado, que es el adulterio, puede colocar al esposo o a la esposa en situación de verse libre del voto matrimonial a la vista de Dios. Aunque las leyes del país concedan un divorcio, los cónyuges siguen siendo marido y mujer de acuerdo con la Biblia y las leyes de Dios.

Vi que la Hna. ---- no tiene todavía derecho a casarse con otro hombre; pero si ella, o cualquier otra mujer, obtuviese legalmente el divorcio porque su esposo se hizo culpable de adulterio, entonces quedaría libre para casarse con quien quisiera.*

Separación de un cónyuge incrédulo.-
Si la esposa es incrédula y opositora, el esposo no puede, según la ley de Dios, repudiarla por esa sola causa. Para estar en armonía con la ley de Jehová, debe permanecer con ella hasta que ella misma decida apartarse. Sufrirá él tal vez oposición, opresión y molestias de muchas clases; hallará consuelo, fortaleza y apoyo en Dios, quien puede dar gracia para toda emergencia. Debe ser hombre de ánimo puro, de principios firmes y decididos, y Dios le dará sabiduría acerca de la conducta que deba seguir. Su razón no será dominada por los impulsos, sino que sostendrá las riendas del control con mano firme, para mantener sujeta la concupiscencia.*

Cambie de disposición antes que de estado.-
He recibido una carta de su esposo. Quiero decirle que hay un solo motivo por el cual un esposo puede separarse legalmente de su esposa, o una esposa de su esposo, y este motivo es el adulterio. Si vuestros temperamentos no congenian,¿ no glorificaríais a Dios cambiando dichos temperamentos? 314

Una pareja de cónyuges debe cultivar el respeto y el afecto mutuos. Deben velar acerca de su espíritu, sus palabras y sus actos, a fin de no decir ni hacer nada que cause irritación o molestia. Cada uno debe preocuparse por el otro, y hacer cuanto esté a su alcance para fortalecer su afecto mutuo.

Os aconsejo a ambos que busquéis al Señor. Con amor y bondad, cumplid vuestro deber el uno para con el otro. El esposo debe cultivar hábitos de laboriosidad, y hacer cuanto pueda para sostener a la familia. Esto inducirá a la esposa a tenerle respeto.... Hermana mía, Vd. no puede agradar a Dios conservando su actitud actual. Perdone a su esposo. Es su marido, y será bendecida si procura ser una esposa obediente y afectuosa. Expresen sus labios la ley de la bondad. Vd. puede y debe cambiar de actitud.*
Ambos debéis estudiar para ver cómo podéis asemejaros el uno al otro, en vez de diferir.... El empleo de métodos benignos y amables producirá una diferencia sorprendente en vuestra vida.*

El divorcio y la condición de miembro de la iglesia.-
Acerca del caso de la hermana perjudicada, A. G., queremos decir en respuesta a las preguntas de ---- que entre la mayoría de los sorprendidos en pecado, como ha sucedido con el esposo de ella, es característico que no tengan un verdadero sentido de su infamia. Sin embargo, algunos lo tienen y vuelven a la iglesia, pero no son recibidos hasta que hayan merecido la confianza del pueblo de Dios por sus confesiones francas y un plazo de arrepentimiento sincero. Este caso presenta dificultades que no se encuentran en algunos otros, y sólo quisiéramos añadir lo siguiente:
1. En casos de violación del séptimo mandamiento, cuando la parte culpable no manifiesta verdadero arrepentimiento y la parte perjudicada puede obtener un divorcio sin empeorar su propio caso y el de sus hijos, si los tienen, deben quedar libres. 315
2. Si se expone a colocarse a sí misma y a sus hijos en peor condición por causa del divorcio, no conocemos pasaje bíblico que declare a la parte inocente culpable por no separarse.
3. Podría suceder que, con tiempo, trabajo, oración, paciencia, fe y una vida piadosa, se obtuviera una reforma. Vivir con quien violó los votos matrimoniales y se cubrió de oprobio por un amor culpable, pero no lo reconoce, es como un cáncer roedor para el alma; y sin embargo el divorcio es como una llaga en el corazón para toda la vida.¡ Dios se compadezca de la parte inocentes! Antes de contraer matrimonio, éste debe considerarse con mucho cuidado.
4.¡ Oh!¿ Por qué será que hombres y mujeres que podrían ser respetables y buenos, y al fin llegar al cielo, se venden al diablo por tan poca cosa, hieren a sus amigos íntimos, deshonran a sus familias, ocasionan oprobio para la causa, y al fin bajan al infierno? ¡Dios se compadezca de ellos!¿ Por qué será que los sobrecogidos en culpa tal no manifiestan un arrepentimiento proporcional a su falta, no quieren huir a Cristo en busca de su misericordia ni curar, en la medida en que pueden hacerlo, las heridas que han ocasionado?* *316

57. La Actitud Hacia un Cónyuge Incrédulo*
¿Debe una esposa cristiana dejar a un esposo incrédulo?-
Me han llegado cartas en las cuales ciertas madres me cuentan las pruebas que soportan en su hogar y me piden consejo. Uno de estos casos servirá para ilustrar muchos otros. El esposo y padre no es creyente, y en todo lo posible dificulta para la madre la educación de sus hijos. Es un hombre profano y grosero, que le habla en palabras insultantes y enseña a los hijos a despreciar la autoridad de ella. Cuando la madre procura orar con ellos, él entra, hace todo el ruido que pueda, estalla en maldiciones contra Dios y acumula viles epítetos contra la Biblia. La hermana está tan desalentada que la vida le resulta una carga. ¿Qué bien puede hacer? ¿En qué beneficia a sus hijos la permanencia de ella en el hogar? Ha experimentado un ardiente deseo de realizar alguna obra en la viña del Señor y se le ha ocurrido que lo mejor podría ser que dejase a su familia, más bien que quedar con ella mientras el esposo y padre enseña constantemente a los hijos a que la desprecien y desobedezcan.

En casos tales, mi consejo sería: Madres, cualesquiera que sean las pruebas que seáis llamadas a soportar por la pobreza, las heridas del alma, la intolerancia del esposo y padre, no abandonéis a vuestros hijos; no los entreguéis a la influencia 317 de un padre ateo. Vuestra obra consiste en contrarrestar la del padre, que está aparentemente bajo el dominio de Satanás.*

Dé un ejemplo de dominio propio.-
Sé que Vd. tiene pruebas, pero existe a veces un espíritu que tiende a mandar más bien que a atraer. Su esposo necesita ver cada día un ejemplo vivo de paciencia y dominio propio. Esfuércese en todo lo que pueda para agradarle, aunque sin renunciar a un solo principio de la verdad....

Cristo requiere en su servicio todo el ser: el corazón, el alma, la mente y la fuerza. Al darle lo que pide de Vd., le representará en su carácter. Permita que su esposo vea obrar en Vd. al Espíritu Santo. Sea cuidadosa y considerada, paciente e indulgente. No procure imponerle la verdad. Cumpla su deber como esposa, y vea luego si su corazón no se conmueve. No prive a su esposo de sus afectos. Agrádele en todo lo posible. No permita que su fe religiosa la separe de él. Obedezca concienzudamente a Dios, y agrade a su esposo en todo lo que pueda....

Deje ver a todos que ama a Jesús y confía en él. Dé a su esposo y a sus amistades creyentes y no creyentes evidencias de que Vd. desea que conozcan la belleza de la verdad. Pero no manifieste la ansiedad dolorosa y la congoja que con frecuencia arruinan una buena obra.... Nunca deje oír a su esposo una palabra de reproche o de censura. Vd. se ve a veces en estrecheces, pero no hable de estas pruebas. El silencio es elocuente. El hablar con apresuramiento sólo aumentará su desgracia. Sea animosa y feliz. Introduzca en el hogar toda la alegría posible y evite las sombras. Deje que los brillantes rayos del Sol de justicia resplandezcan en las cámaras del templo de su alma. Entonces la fragancia de la vida cristiana se percibirá en su familia. No se espaciará en cosas desagradables, que con frecuencia no tienen verdad en sí.*

Consejos a una madre sobrecargada.-
Ahora que su 318 esposo desvió su rostro de Jesús, Vd. lleva una doble responsabilidad. . . .
Sé que debe ocasionarle mucho pesar el encontrarse sola para cumplir la Palabra. Pero¿ puedes saber, oh esposa, si tu vida consecuente, de fe y obediencia, no podrá reconquistar a tu esposo para la verdad? Presenta a tus amados hijos a Jesús. Con lenguaje sencillo, dirígeles las palabras de verdad. Cántales himnos agradables y atrayentes, que revelen el amor de Cristo. Lleva a tus hijos a Jesús, porque él ama a los pequeñuelos.

Consérvate animosa. No olvides que tienes un Consolador, el Espíritu Santo, a quien Cristo envió. Nunca estás sola. Si escuchas la voz que te habla ahora, si contestas sin dilación al que llama a la puerta de tu corazón: "Entra, Señor Jesús, para que cene contigo, y tú conmigo," el Huésped celestial entrará. Habiendo en tu vida este elemento, del todo divino, tendrás paz y descanso.*

Mantened los principios cristianos.-
La familia en cuyo seno no se adora a Dios es como un barco en medio del mar, sin piloto ni timón. La tempestad lo azota y se quiebra contra él, y existe el peligro de que perezcan todos los de a bordo. Considere su vida y la de sus hijos como preciosa por causa de Cristo, porque Vd. tendrá que encontrarse frente al trono de Dios con ellos y con su esposo. Sus firmes principios cristianos no deben debilitarse, sino fortalecerse con cada día que transcurre. Por muy perturbado que esté su esposo, por mucho que se le oponga, debe Vd. manifestar una firmeza cristiana consecuente y fiel. Y luego, diga lo que diga, no podrá menos que respetarla en su fuero íntimo, si es que tiene un corazón de carne.*

Primero viene lo que Dios requiere.*-
Su nuera me fue 319 mostrada luego. Dios la ama, pero está en servidumbre, temor, temblor, abatimiento y dudas, y se siente muy nerviosa. Esta hermana no debe considerar que debe entregar su voluntad a un joven impío que tiene menos años que ella misma. Debe recordar que su casamiento no destruye su individualidad. Dios tiene para con ella derechos que son más importantes que cualquier derecho terrenal. Cristo la compró con su propia sangre. No se pertenece. Ella no pone toda su confianza en Dios, sino que renuncia a sus convicciones y a su conciencia y se somete a un hombre intolerante y tiránico, incitado por el maligno cada vez que su majestad satánica puede obrar por su medio para intimidar esta alma temblorosa. Ha sido puesta tantas veces en estado de agitación que su sistema nervioso está deshecho, y ella está casi anonadada. ¿Es voluntad del Señor que esta hermana se halle en tal estado y Dios sea privado de su servicio? No. Su casamiento fue un engaño del diablo. Sin embargo, debe ahora hacer lo mejor que pueda, tratar a su esposo con ternura, hacerle feliz en la medida en que pueda hacerlo sin violar su conciencia; porque si él persiste en su rebelión, este mundo será el único cielo que tendrá. Pero no concuerda con la voluntad de Dios que ella se prive de asistir a las reuniones para satisfacer a un esposo despótico que posee el espíritu del dragón.*

"Y el otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir." El pecado de este hombre no estribaba en haberse casado, sino en haberlo hecho con una persona que apartó su atención de los intereses superiores y más importantes de la vida. Nunca debe un hombre permitir que la esposa y el hogar aparten de Cristo sus pensamientos o le induzcan a no aceptar las misericordiosas invitaciones del Evangelio.*

Salvar algo es mejor que perderlo todo.-
Hno. K., Vd. ha tenido muchos desalientos; pero debe ser fervoroso, firme y decidido a cumplir su deber en su familia, y llevarla consigo si es posible. No debe escatimar esfuerzo alguno para inducirla 320 a acompañarle en su viaje hacia el cielo. Pero si la madre y los hijos no quieren ir con Vd., sino que procuran desviarle de sus deberes y privilegios religiosos, Vd. debe ir adelante, aunque esté solo. Debe vivir en el temor de Dios. Debe aprovechar sus oportunidades de asistir a las reuniones y de obtener toda la fuerza espiritual que pueda, porque la necesitará en días venideros. La propiedad de Lot fue consumida. Si Vd. tuviese que sufrir una perdida no debiera desalentarse; y si puede salvar tan sólo una pare de su familia, será mucho mejor que perderla toda.* 321

58. La Familia del Pastor
Su vida debe representar su mensaje.-
Dios quiere que en su vida en el hogar el que enseña la Biblia ejemplifique las verdades que presenta. La clase de hombre que sea tendrá mayor influencia que lo que diga. La piedad en la vida diaria dará poder al testimonio público. Su paciencia, su carácter consecuente y el amor que ejerza impresionarán corazones que los sermones no alcanzarían.*

Si se la imparte debidamente, la educación de los hijos de un ministro ilustrará las lecciones que él da desde el púlpito. Pero si, por la mala educación que haya dado a sus hijos, un pastor demuestra su incapacidad para gobernar y regir, necesita aprender que Dios requiere de él que discipline debidamente a los hijos que le fueron dados antes que pueda cumplir su deber como pastor de la grey de Dios.*

Su primer deber es hacia sus hijos.-
Los deberes propios del predicador le rodean, lejos y cerca; pero su primer deber es para con sus hijos. No debe dejarse embargar por sus deberes exteriores hasta el punto de descuidar la instrucción que sus hijos necesitan. Puede atribuir poca importancia a sus deberes en el hogar; pero en realidad sobre ellos descansa el bienestar de los individuos y de la sociedad. En extenso grado, la felicidad de hombres y mujeres y el éxito de la iglesia dependen de la influencia ejercida en el hogar....

Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está ante todo. En el día del ajuste 322 final de cuentas, Dios le preguntará qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al mundo se hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros no puede cancelar la deuda que él tiene con Dios en cuanto a cuidar de sus hijos.*

Magnitud de su influencia.-
En algunos casos, los hijos de los predicadores son los niños a quienes más se descuida en el mundo, por la razón de que el padre está poco con ellos, y se les deja elegir sus ocupaciones y diversiones.*
Por grandes que sean los males debidos a la infidelidad paternal en cualquier circunstancia, son diez veces mayores cuando existen en las familias de quienes fueron designados maestros del pueblo. Cuando éstos no gobiernan sus propias casas, desvían por su mal ejemplo a muchos del buen camino. Su culpabilidad es tanto mayor que la de los demás cuanto mayor es la responsabilidad de su cargo.*

Los mejores jueces de su piedad.-
Lo que revela nuestro carácter verdadero no es tanto la religión del púlpito como la de la familia. La esposa del ministro, sus hijos y los que son empleados para ayudar en su familia son los mejor preparados para juzgar la piedad de él. Un hombre bueno será una bendición para su familia. Su religión hará mejores a su esposa, sus hijos y sus ayudantes.

Hermanos, llevad a Cristo al seno de la familia, llevadle al púlpito, llevadle doquiera vayáis. Entonces no necesitaréis insistir en que los demás deben apreciar el ministerio, porque llevaréis las credenciales celestiales, y éstas probarán a todos que sois siervos de Cristo.*

¿Le ayuda o le estorba su esposa?-
Cuando un hombre acepta las responsabilidades de ministro, asevera ser portavoz de Dios, encargado de recibir las palabras de la boca de Dios y de transmitirlas al pueblo.¡ Cuán cerca del gran Pastor debe mantenerse entonces! ¡Cuán humildemente debe andar delante de Dios, mientras mantiene oculta su propia personalidad 323 y ensalza a Cristo! ¡Y cuán importante viene a ser que el carácter de su esposa concuerde con el modelo dado en la Biblia, y que sus hijos sean mantenidos con toda seriedad en sujeción.
La esposa de un ministro del Evangelio puede ser una gran auxiliadora y bendición para su esposo, o un estorbo para él en su trabajo. Depende mucho de la esposa que el ministro se eleve día a día en su esfera de utilidad, o que se hunda al nivel ordinario.*

Vi que las esposas de los ministros deben ayudar a sus esposos en sus labores, y cuidar muchísimo la influencia que ejercen; porque hay quienes las observan y esperan más de ellas que de otros. Su indumentaria, su vida y conversación debieran ser un ejemplo que tenga sabor de vida y no de muerte. Vi que deben asumir una actitud humilde y mansa, aunque digna, sin dedicar su conversación a cosas que no tienden a dirigir la mente hacia el cielo. Su gran pregunta debe ser: " ¿Cómo puedo salvar mi propia alma, y ser el medio de salvar a otros?" Vi que Dios no acepta una obra tibia al respecto. Quiere todo el corazón e interés, o nada. Su influencia se ejerce decidida e inequívocamente en favor de la verdad o contra ella. Recogen con Jesús o dispersan. Una esposa no santificada es la mayor maldición que pueda tener un ministro.*

Satanás está obrando siempre para desalentar y extraviar a los ministros escogidos por Dios para predicar la verdad. La manera más eficaz en que pueda actuar es mediante las influencias del hogar, mediante compañeras que no están consagradas. Si logra regir sus mentes, puede, por su intermedio y con facilidad tanto mayor, obtener acceso al esposo que trabaja para salvar almas por la palabra y la doctrina. . . . Satanás ha tenido mucho que ver con el control de las labores de los ministros mediante la influencia de sus compañeras egoístas y amantes de la comodidad.* 324

Acerca del gobierno de su familia.-
Vd. tiene que cumplir en casa un deber que no puede rehuir y quedar fiel a Dios y al cometido que le ha confiado. .,. . El campo que debe ser evangelizado es el mundo. Vd. desea sembrar en él la verdad del Evangelio y aguardar que Dios riegue la semilla sembrada a fin de que dé fruto. A Vd. se le ha confiado un terrenito; pero ha dejado que delante de su propia puerta crezcan zarzas y espinas, mientras se dedicaba a quitar las malas hierbas en los jardines ajenos. No se trata de una obra pequeña, sino que es de gran importancia. Está predicando el Evangelio a otros; practíquelo Vd. mismo en su casa.*
Mientras no puedan Vds. obrar unidos para disciplinar debidamente a su hijo, quédese la esposa con él, apartada del escenario de acción de su esposo; pues no debe darse a la iglesia un ejemplo de disciplina floja.
He conocido a muchos pastores bastante imprudentes para viajar acompañados de un hijo indisciplinado. Las labores que realizaban desde el púlpito eran contrarrestadas por el mal genio que revelaban sus hijos.*

Interésese en los hijos ajenos.-
No debe Vd. dedicar todo su interés a su propia familia, con exclusión de otras personas. Si recibe la hospitalidad de sus hermanos, es razonable que éstos esperen algo en recompensa. Identifique sus intereses con los de padres e hijos, y procure instruirlos y beneficiarlos. Santifíquese para la obra de Dios, y sea una bendición para los que le agasajen, conversando con los padres, sin jamás pasar por alto a los niños. No considere a su propio pequeñuelo como más precioso a los ojos de Dios que otros niños.*

Una súplica a un hijo extraviado.-
Tu padre es ministro del Evangelio, y Satanás obra con mucho celo para inducir a los hijos de pastores a deshonrar a sus padres. Si puede, los hará cautivos de su voluntad y los llenará de malas propensiones. ¿ Permitirás que Satanás obre por tu intermedio para destruir la esperanza y el consuelo de tus padres? ¿ Estarán 325 ellos obligados a considerarte con tristeza continua porque te entregas al dominio de Satanás? ¿ Les legarás el desaliento de pensar que les tocó criar hijos que se niegan a recibir sus instrucciones, y a toda costa siguen sus propias inclinaciones?

Sientes buenos impulsos, y despiertas esperanza y expectativa en el ánimo de tus padres; pero hasta aquí no has podido resistir la tentación, y Satanás se regocija por tu disposición a hacer precisamente lo que él quiere. A menudo haces declaraciones que inspiran esperanza a tus padres, pero con la misma frecuencia fracasas porque no quieres resistir al enemigo. No puedes comprender cuánto dolor sienten tus padres cuando estás de parte de Satanás. Muchas veces dices: "No puedo hacer esto," y "no puedo hacer aquello," cuando sabes que lo que declaras imposible para ti es precisamente lo que debes hacer. Puedes luchar contra el enemigo, no con tu propia fuerza, sino con la que Dios está siempre pronto a darte. Si confías en su palabra, nunca dirás: "No puedo." . ..

Te suplico en el nombre del Señor que regreses antes que sea demasiado tarde. Por ser hijo de padres que colaboran con Dios, se espera de ti que estés bien dispuesto; pero es frecuente que, por indocilidad, deshonres a tus padres y contrarrestes la obra que ellos procuran hacer. ¿ No tiene tu madre suficientes motivos de sentirse oprimida y abatida sin que añadas tu rebeldía a su carga? ¿ Te empeñarás en seguir una conducta tal que el corazón de tu padre esté abrumado de pesar? ¿Te resulta placentero que todo el cielo te mire con desagrado? ¿ Te causa satisfacción el colocarte entre las filas del enemigo, para recibir sus órdenes y ser dirigido por él?

¡Ojalá que ahora, mientras dura el día, te vuelvas al Señor! Cada una de tus acciones te hace mejor o peor. Si ellas favorecen a Satanás, dejan tras sí una influencia que continúa produciendo resultados funestos. Sólo los puros, limpios y santos podrán entrar en la ciudad de Dios. "Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones," mas vuélvete al 326 Señor, para que al recorrer tu senda no dejes desolación a tu paso.*

Trate a los niños con bondad y cortesía.-
Manifiéstense la bondad y la cortesía del ministro en su trato con los niños. Debe siempre tener presente que son hombres y mujeres en miniatura, miembros jóvenes de la familia del Señor. Pueden estar muy cerca del Maestro y serle muy caros, y si se los instruye y disciplina debidamente, le prestarán servicio aun en su juventud. Cristo se siente entristecido por cada palabra dura, severa y desconsiderada que se dirija a los niños. No se respetan siempre sus derechos, y se los trata con frecuencia como si no tuviesen un carácter que necesita desarrollarse debidamente a fin de no torcerse, para que el propósito de Dios no fracase en su vida.*

Dedique la iglesia un cuidado especial a los corderos del rebaño, ejerciendo toda influencia de que sea capaz para conquistar el amor de los niños y vincularlos con la verdad. Los pastores y los miembros de la iglesia deben secundar los esfuerzos que hacen los padres para conducir a los niños por sendas seguras. El Señor está llamando a los jóvenes, porque quiere hacer de ellos auxiliadores suyos que presten buen servicio bajo su bandera.*

Un sermón eficaz sobre la piedad.-
El pastor debe instruir a los hermanos acerca del gobierno de los hijos, y sus propios hijos deben ser ejemplos de la debida sujeción.*
Debe existir en la familia del predicador una unidad que predique un sermón eficaz sobre la piedad práctica. Al hacer fielmente su deber en el hogar, en cuanto a refrenar, corregir, aconsejar, dirigir y guiar, el predicador y su esposa se vuelven más idóneos para trabajar en la iglesia, y multiplican los agentes con que realizar la obra de Dios fuera del hogar. Los miembros de su familia vienen a ser miembros de la familia del cielo, y son un poder para bien y ejercen una influencia abarcante.* 328

59. Los Padres Ancianos
"Honra a tu padre y a tu madre."-
La obligación que tienen los hijos de honrar a sus padres dura toda la vida. Si los padres son ancianos y débiles, los hijos deben dedicarles su afecto y atención proporcionalmente a su necesidad. Con nobleza y decisión deben amoldar su conducta, hasta con abnegación si es necesario, para evitar a los padres todo motivo de ansiedad y perplejidad.... Debe enseñarse a los hijos a amar y cuidar con ternura a sus padres. Hijos, atendedlos vosotros mismos; porque ninguna otra mano puede hacer tan aceptablemente los pequeños actos de bondad que la vuestra puede hacer para ellos. Aprovechad la preciosa oportunidad que tenéis para sembrar bondades.*

Nuestra obligación para con nuestros padres no cesa nunca. Nuestro amor hacia ellos, y el suyo hacia nosotros, no se miden por los años ni por la distancia, y nuestra responsabilidad no puede ser puesta a un lado.*

Recuerden los hijos atentamente que aun en el mejor de los casos los padres disfrutan de poca alegría y comodidad. ¿Qué puede causar mayor pena a su corazón que una negligencia manifiesta de parte de sus hijos? ¿Qué pecado pueden cometer los hijos que sea peor que el ocasionar pena a un padre o a una madre de edad y sin amparo?*

Allánenles el camino.-
Una vez llegados a la madurez, algunos hijos piensan que han cumplido su deber cuando han provisto de morada a sus padres. Aunque les dan comida y albergue, no les conceden amor ni simpatía. En la vejez de 329 sus padres, cuando éstos anhelan que se les expresen afecto y simpatía, los hijos sin corazón los privan de sus atenciones. No hay momento en que los hijos no hayan de respetar y amar a sus padres. Mientras éstos vivan, los hijos debieran tener gozo en honrarlos y respetarlos. Debieran infundir en la vida de los ancianos padres toda la alegría que puedan, y allanar su senda hacia la tumba. No hay en este mundo mejor recomendación para un hijo que el haber honrado a sus padres, ni mejor anotación en los libros del cielo que aquella donde se consigna que amó y honró a su padre y a su madre.*

La ingratitud hacia los padres.-
¿Será posible que haya hijos tan insensibles a los derechos de su padre y de su madre que no estén dispuestos a eliminar cuantos motivos de pena puedan quitarles al velar sobre ellos con cuidado y devoción incansables?¿ Será posible que no consideren como un placer el hacer que los postreros días de sus padres sean los mejores para éstos? ¿ Cómo puede un hijo o una hija disponerse a dejar que. su padre o su madre sean atendidos por manos ajenas? Aun cuando la madre fuese incrédula y desapacible, ello no eximiría al hijo de la obligación que Dios le impuso en cuanto a cuidar de ella.*

Algunos padres son responsables por la falta de respeto.-
Cuando los padres permiten que un hijo les falte al respeto en su infancia, tolerando que les hable ásperamente, tendrán que segar una terrible cosecha en años ulteriores. Los padres que no requieren pronta y perfecta obediencia de sus pequeñuelos no echan el debido fundamento para el carácter de sus hijos. Los preparan para que los deshonren en la vejez y llenen su corazón de pesar cuando se estén acercando a la tumba, a menos que la gracia de Cristo transforme el corazón y carácter de esos hijos.*

No haya represalias.-
Dijo una vez una mujer: "Siempre odié a mi madre, y ella me odió a mí." Estas palabras anotadas en los libros del cielo y serán reveladas en el día 330 del juicio cuando cada uno será recompensado según sus obras.
Si los hijos piensan que fueron tratados con severidad en su infancia, ¿les ayudará esto a crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo? ¿ Reflejarán ellos la imagen de él si albergan un espíritu de represalias y venganza contra sus padres, especialmente cuando éstos hayan envejecido y se hayan debilitado? ¿No bastará el desamparo de los padres para despertar el amor de los hijos? ¿No lograrán las necesidades de los ancianos padres evocar los nobles sentimientos del corazón, y por la gracia de Cristo, no serán los padres tratados con bondadosa atención y respeto de parte de sus hijos?¡ Ojalá que el corazón de éstos no se endurezca como el acero contra el padre y la madre! ¿Cómo puede una hija que profesa llevar el nombre de Cristo albergar odio contra su madre, especialmente si esa madre está enferma y envejecida?¡ Ojalá que la bondad y el amor, que son los frutos más dulces de la vida cristiana, hallen cabida en el corazón de los hijos en favor de sus padres!*

Téngase paciencia con los achaques.-
Resulta especialmente terrible pensar que un hijo se vuelva con odio contra una madre envejecida, debilitada y afectada por los achaques de la segunda infancia. ¡ Con cuánta paciencia y ternura debieran conducirse para con ella los hijos de una madre tal ! Debieran dirigirle tiernas palabras, que no irriten el ánimo. Nunca carecerá de bondad quien sea verdaderamente cristiano, ni en circunstancia alguna descuidará a su padre o a su madre, sino que escuchará la orden: "Honra a tu padre y a tu madre." Dios dijo: "Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano." . . .

Hijos, permitid que vuestros padres achacosos e incapaces de cuidarse a sí mismos vean sus últimos días calmados de contentamiento, paz y amor. Por amor a Cristo, mientras descienden a la tumba, reciban de vosotros tan sólo palabras de bondad, amor y perdón. Deseáis que el Señor os ame, os 331 compadezca y os perdone y hasta que os cuide en caso de enfermedad, ¿ no estaréis por tanto dispuestos a tratar a otros como quisierais ser tratados?*

El plan de Dios para los ancianos.-
Se hace constantemente hincapié en la necesidad de cuidar a nuestros hermanos y hermanas ancianos que no tienen hogares. ¿ Qué puede hacerse por ellos? La luz que el Señor me ha dado ha sido repetida: No es lo mejor establecer instituciones para el cuidado de los ancianos, a fin de que puedan estar juntos en compañía. Tampoco se los debe despedir de la casa para que sean atendidos en otra parte. Que los miembros de cada familia atiendan a sus propios parientes. Cuando esto no es posible, la obra incumbe a la iglesia, y debe ser aceptada como un deber y privilegio. Todos los que tienen el espíritu de Cristo considerarán a los débiles y ancianos con respeto y ternura especiales.*

Un privilegio que causa gozo.-
Para los hijos, el pensar en que contribuyeron a la comodidad de sus padres será motivo de satisfacción para toda la vida y les infundirá gozo especial cuando ellos mismos necesiten simpatía y amor. Aquellos cuyo corazón rebose de amor tendrán por inestimable el privilegio de suavizar para sus padres el descenso a la tumba. Se regocijarán por haber podido infundir consuelo y paz en los postreros días de sus amados padres. Obrar de otra manera, negar a los ancianos indefensos el bondadoso ministerio de hijos e hijas, llenaría de remordimiento el alma de éstos, y sus días de pesar, si no tuviesen el corazón endurecido y frío como una piedra.* 332



(El Hogar Cristiano de E. G. de White)
 

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