La Confianza
Produce Paz Mental. Cristo pregunta a
cada uno de los que profesan su nombre: "¿Me amas tú? "Si amamos a
Jesús, amaremos las almas por las cuales murió. Puede ser que alguien no tenga
una apariencia muy agradable, tal vez sea deficiente en muchos aspectos; pero
si tiene fama de honrado e íntegro, conquistará la confianza de los demás. El
amor a la verdad y la confianza que los hombres pueden depositar en él
superarán los rasgos objetables de su carácter. El ser dignos de confianza en
nuestro puesto y vocación, el estar dispuestos a negarnos a nosotros mismos
para beneficio de los demás, impartirá paz al espíritu y nos brindará el favor
de Dios. 1JT 514 (1879).
Reacción Ante La
Confianza Traicionada. Hasta el día del
juicio no conoceréis la influencia de un trato bondadoso y respetuoso para con
el débil, el falto de corazón y el indigno. Cuando tropezamos con la ingratitud
y la traición de los cometidos sagrados, nos sentimos impulsados a manifestar
desprecio e indignación. Esto es lo que espera el culpable, y se prepara para ello.
Pero la prudencia bondadosa lo sorprende, y suele despertar sus mejores
impulsos y el deseo de llevar una vida más noble. MC395(1905). 807
Nuestro
Confidente Es Jesús. Son pocos los que
aprecian o aprovechan debidamente el precioso privilegio de la oración. Debemos
ir a Jesús y explicarle todas nuestras necesidades. Podemos presentarle
nuestras pequeñas cuitas y perplejidades, como también nuestras dificultades
mayores. Debemos llevar al Señor en oración cualquier cosa que se suscite para
perturbarnos o angustiarnos. Cuando sintamos que necesitamos la presencia de
Cristo a cada paso, Satanás tendrá poca oportunidad de introducir sus
tentaciones. Su estudiado esfuerzo consiste en apartarnos de nuestro mejor
Amigo, el que más simpatiza con nosotros. A nadie, fuera de Jesús, debiéramos
hacer nuestro confidente. Podemos comunicarle con seguridad todo lo que está en
nuestro corazón. 2JT 60 (1882).
Precaución Acerca De Las Confesiones. Nunca estimuléis a los hombres a ir a vosotros en busca de sabiduría. Cuando los hombres acudan a vosotros en procura de consejo, señaladles a Aquel que lee los motivos de cada corazón. Un espíritu diferente debe compenetrar nuestra obra ministerial. Ninguna persona debe actuar como confesor, ni ningún hombre debe ser exaltado como supremo. Nuestra obra consiste en humillar el yo y exaltar a Cristo ante la gente.
Después de su resurrección, el Salvador prometió que su poder
acompañaría a todos los que salieran en su nombre. Exáltense este poder y este
nombre. Necesitamos recordar continuamente la oración de Cristo para que el yo
fuese santificado por la verdad y la justicia. 2MS 193, 194 (1907).
NO Confiesen Pecados Secretos A Otros Seres Humanos A Menos Que Sean Inducidos A Ello Por El Espíritu Santo (Consejo A La Congregación). Preséntenles estos pensamientos a las personas que les piden que oren por ellas: "Somos seres humanos; no podemos leer el corazón ni conocer los secretos de su vida. Sólo Ud. y Dios los conocen". Si Uds. se arrepienten ahora de sus pecados, si ven que en alguna circunstancia no han andado de acuerdo con la 808 luz que Dios les dio, y no han honrado su cuerpo, templo del Señor, sino que debido a malos hábitos lo han degradado, sin recordar que es propiedad de Cristo, confiesen esas cosas a Dios.
A menos que el Espíritu Santo los induzca
de una manera especial a confesar sus pecados privados a alguien, ni
siquiera los susurren a nadie. Our Camp Meetings [Nuestros congresos], pp. 44,
45, 1892; (CH 373, 374).
Hagan De Dios Su Confesor. Cada uno necesita una experiencia práctica respecto de confiar en Dios por sí mismo. Que ningún hombre llegue a ser vuestro confesor; abrid vuestro corazón a Dios; contadle todo secreto de vuestra alma. Presentadle vuestras dificultades, grandes y pequeñas, y él os mostrará cómo salir de todas. Sólo él puede saber cómo daros precisamente la ayuda que necesitáis. OE 432, 433 (1915).
Confesé Mis Pecados A Dios Y Él Me Los Perdonó. No es digno de alabanza hablar de nuestras debilidades y desalientos. Que cada cual diga: "Siento mucho haber cedido a la tentación; mis oraciones son muy débiles y mi fe muy frágil. No tengo excusa que explique por qué mi vida religiosa está tan atrofiada. Pero estoy tratando de lograr un carácter perfecto en Cristo. He pecado, y sin embargo amo a Jesús.
He caído muchas veces, no obstante lo cual él ha extendido su mano para salvarme. He hablado con él acerca de todas mis equivocaciones. He confesado con vergüenza y pesar lo que he deshonrado. Miré a la cruz y dije: él sufrió todo esto por mí.
El Espíritu Santo me ha mostrado mi
ingratitud, mi pecado de exponer a Cristo a la vergüenza. El que no conoció
pecado ha perdonado mi pecado. Me invita a participar de una vida más elevada,
más noble, y yo prosigo hacia lo que está delante de mí". Ms 161, 1897.
No Hay Virtud Especial En Confesarse Ante Un Hombre. Espero que nadie llegue a la conclusión de que se gana el favor de Dios mediante la confesión de los pecados, o que 809 hay alguna virtud especial en confesarse ante otros seres humanos. Debe manifestarse en la experiencia esa fe que obra por el amor y purifica el alma.
El amor de Cristo subyugará las inclinaciones carnales.
La verdad no sólo lleva en si misma la evidencia de su origen celestial, sino
que prueba que por medio de la gracia del Espíritu de Dios es eficaz para la
purificación del alma. El Señor quiere que acudamos a él diariamente con todas
nuestras dificultades y que le confesemos nuestros pecados, y nos dará descanso
si llevamos su yugo y su carga. Su Santo Espíritu, mediante su influencia llena
de gracia, invadirá el alma, y todo pensamiento será sometido a la obediencia
de Cristo. 5T 648 (1889).
El Hombre No Debe
Confesar Sus Pecados A Otro Hombre Caído. El hombre no se
degrada cuando se inclina ante su Hacedor, confiesa sus pecados y suplica
perdón por medio de los méritos de un Salvador crucificado y resucitado. Es
noble que reconozcamos nuestros errores delante de Aquel a quien herimos
mediante nuestra transgresión y rebelión. Esto nos eleva delante de los hombres
y de los ángeles; porque "el que se humilla será ensalzado".
Pero quien se
arrodilla delante de un hombre caído y expone en confesión los pensamientos y
las imaginaciones secretas del corazón, se deshonra a sí mismo al rebajar su
humanidad y degradar toda noble tendencia del alma. . . Esta degradante
confesión de un hombre ante otro hombre caído es responsable de mucho de la
creciente marea de mal que está contaminando el mundo y preparándolo para la
destrucción final. 5T 638, 639 (1889).
La Abierta
Confesión De Los Pecados Secretos Siembra Semillas De Mal. Se me ha mostrado
que muchísimas confesiones nunca deberían haber sido pronunciadas ante oídos
mortales; porque el resultado no lo puede anticipar el juicio limitado de los
seres finitos. Las semillas del mal se siembran en las mentes y los corazones
de los que oyen, y cuando 810 se encuentran frente a la tentación, esas
semillas germinan y llevan fruto, y se repiten las mismas penosas experiencias.
Porque, piensan los tentados, estos pecados no deben de ser tan graves. ¿Acaso
los que se confesaron antes, cristianos de larga data, no han hecho estas
mismas cosas? De este modo la confesión abierta de estos secretos en la iglesia
será un sabor para muerte en lugar de serlo para vida. 5T 645 (1889).
La Ventilación De
Secretos Separa Al Alma De Dios. Vi
que cuando se reúnen esas hermanas a las que les gusta hablar,
Satanás está generalmente presente; porque allí encuentra qué hacer. Está allí
para excitar la mente y sacar el máximo de provecho de lo que ha logrado. Sabe
que toda esa habladuría, maledicencia, revelación de secretos ajenos y
disección del carácter, separa al alma de Dios. Es la muerte de la
espiritualidad y la atenuación de la influencia religiosa.
La Hna.--------
peca mucho con su lengua. Sus palabras deberían ejercer una influencia para el
bien, pero con frecuencia habla sin ton ni son. A veces sus palabras le dan una
interpretación diferente a las cosas. Otras veces exagera. Por ahí hace una
declaración falsa. No ha tenido la intención de mentir, pero ha albergado por
tanto tiempo el hábito de hablar y hablar acerca de cosas insustanciales, que
se ha vuelto descuidada y temeraria en sus palabras. Con frecuencia no sabe lo
que está diciendo. Esto destruye cualquier influencia en favor del bien que
podría tener. Su amistad no ha sido apreciada como podría haberlo sido si ella
no se hubiera entregado a esta habladuría pecaminosa. 2T 185, 186 (1868).
No Confiemos
Problemas A Oídos Humanos. Algunas veces
derramamos nuestras dificultades en oídos humanos; les contamos nuestras
aflicciones a aquellos que no pueden ayudarnos, y nos olvidamos de confiárselo
todo a Jesús, quien puede cambiar nuestra pena en gozo. NEV 99 (1887). 811
Cuidado Con Los
Hombres Que No Conocen A Dios. Continuando sus
instrucciones a sus discípulos, Jesús dijo: "Guardaos de los
hombres". No debían poner confianza implícita en aquellos que no conocían
a Dios, ni hacerlos sus confidentes; porque esto daría una ventaja a los
agentes de Satanás. Las invenciones humanas contrarrestan con frecuencia los
planes de Dios. Los que edifican el templo del Señor deben construir de acuerdo
con el dechado mostrado en el monte: la semejanza divina. Dios queda
deshonrado, y traicionado el Evangelio, cuando sus siervos dependen de los
consejos de hombres que no están bajo la dirección del Espíritu Santo. La
sabiduría humana es locura para Dios. Los que en ella confían, errarán
ciertamente. DTG 320 (1898).
No Traicionemos Confidencias Ni Cometidos Sagrados. Se producirán crisis en cada una de nuestras instituciones. Se ejercerán influencias contra ellas tanto de parte de creyentes como de incrédulos. No debemos traicionar las confidencias ni los cometidos sagrados con el propósito de favorecer el yo o exaltarlo. Debemos vigilar siempre nuestra vida con cuidado minucioso, no sea que causemos una impresión equivocada ante el mundo. Digan esto y practíquelo: "Soy cristiano. No puedo actuar de acuerdo con el proceder del mundo. No puedo participar de ninguna connivencia, arreglo, ni confabulación que interfiera en lo más mínimo mi utilidad, o que destruya la confianza en cualesquiera de los instrumentos de Dios. 5T 479 (1889). 812
Mente Carácter Y Personalidad 2 (EGW).