martes, 21 de junio de 2011

SECCIÓN III. “LA ELECCIÓN DEL CÓNYUGE” EL HOGAR CRISTIANO. (EGW).


LA ELECCIÓN DEL CÓNYUGE COMPRENDE ESTOS TEMAS:
6. La Gran Decisión
7. ¿Amor Verdadero o Infatuación?
8. Costumbres Comunes en los Noviazgos.
9. Los Casamientos Prohibidos
IO. Cuando se Necesitan Consejos
6. La Gran Decisión
¿Un casamiento feliz o desdichado?.-
Si los que piensan contraer matrimonio no quieren hacer después reflexiones tristes y desdichadas, deben dedicar ahora a su casamiento muy serias meditaciones. Si se lo da imprudentemente, este paso es uno de los medios más eficaces para destruir la utilidad de hombres y mujeres jóvenes. La vida llega a serles entonces una carga, una maldición. Nadie puede destruir tan completamente la felicidad y utilidad de una mujer, y hacer de su vida una carga dolorosa, como su propio esposo; y nadie puede hacer la centésima parte de lo que la propia esposa puede hacer para enfriar las esperanzas y aspiraciones de un hombre, paralizar sus energías y destruir su influencia y sus perspectivas. De la hora de su casamiento data para muchos hombres y mujeres el éxito o el fracaso en esta vida, así como sus esperanzas para la venidera.*

¡Ojalá que pudiera inducir a la juventud a ver y sentir su peligro, especialmente el de contraer casamientos desdichados!*

El casamiento es algo que afectará vuestra vida en este mundo y en el venidero. Una persona que sea sinceramente cristiana no hará progresar sus planes en esa dirección sin saber si Dios aprueba su conducta. No querrá elegir por su cuenta, sino que reconocerá que a Dios incumbe decidir por ella. No hemos de complacernos a nosotros mismos, pues 35 Cristo no buscó su propio agrado. No quisiera que se me interpretara en el sentido de que una persona deba casarse con alguien a quien no ame. Esto sería un pecado. Pero no debe permitir que la fantasía y la naturaleza emotiva la conduzcan a la ruina. Dios requiere todo el corazón, los afectos supremos.*

Sin apresuramiento.-
Pocos son los que tienen opiniones correctas acerca de la relación matrimonial. Muchos parecen creer que significa alcanzar la felicidad perfecta; pero si conocieran una cuarta parte de los sinsabores de hombres y mujeres sujetos por el voto matrimonial en cadenas que no se atreven a romper ni pueden hacerlo, no les sorprendería que escriba estas líneas. En la mayoría de los casos, el matrimonio es un yugo amargo. Son miles los que están unidos pero no se corresponden. Los libros del cielo están cargados con las desgracias, la perversidad y los abusos que se esconden bajo el manto del matrimonio. Por esto quisiera aconsejar a los jóvenes en edad de casarse que no se apresuren en la elección de su cónyuge. La senda de la vida matrimonial puede parecer hermosa y rebosante de felicidad. Sin embargo, ¿por qué no podríais quedaros chasqueados como les ha sucedido a tantos otros?*

Los que piensan en casarse deben pesar el carácter y la influencia del hogar que van a fundar. Al llegar a ser padres se les confía un depósito sagrado. De ellos depende en gran medida el bienestar de sus hijos en este mundo, y la felicidad de ellos en el mundo futuro. En alto grado determinan la naturaleza física y moral de sus pequeñuelos. Y del carácter del hogar depende la condición de la sociedad. El peso de la influencia de cada familia se hará sentir en la tendencia ascendente o descendente de la sociedad.*

Factores vitales en la elección.-
La juventud cristiana debe ejercer mucho cuidado en la formación de amistades y la elección de compañeros. Prestad atención, no sea que lo 36 que consideráis oro puro resulte vil metal. Las relaciones mundanales tienden a poner obstrucciones en el camino de vuestro servicio a Dios, y muchas almas quedan arruinadas por uniones desdichadas, matrimoniales o comerciales, con personas que no pueden elevarlas ni ennoblecerlas.*

Pese Vd. todo sentimiento y observe todo desarrollo del carácter en la persona con la cual piensa vincular el destino de su vida. El paso que está por dar es uno de los más importantes de su existencia, y no debe darlo apresuradamente. Si bien puede amar, no lo haga a ciegas.

Haga un examen cuidadoso para ver si su vida matrimonial sería feliz, o falta de armonía y miserable. Pregúntese: ¿Me ayudará esta unión a dirigirme hacia el cielo? ¿Acrecentará mi amor a Dios? ¿Ampliará mi esfera de utilidad en esta vida? Si estas reflexiones no sugieren impedimentos, entonces proceda en el temor de Dios.*

La mayoría de los hombres y mujeres, al contraer matrimonio ha procedido como si la única cuestión a resolver fuese la del amor mutuo. Pero deberían darse cuenta de que en la relación matrimonial pesa sobre ellos una responsabilidad que va más lejos. Deberían considerar si su descendencia tendrá salud física, y fuerza mental y moral. Pero pocos han procedido de acuerdo con motivos superiores y con consideraciones elevadas que no podían fácilmente desechar, tales como la de que la sociedad tiene derechos sobre ellos, que el peso de la influencia de su familia hará oscilar la balanza de la sociedad.*

La elección de esposo o de esposa debe ser tal que asegure del mejor modo posible el bienestar físico, intelectual y espiritual de padres e hijos, de manera que capacite a unos y otros para ser una bendición para sus semejantes y una honra para su Creador.*

Cualidades que debe tener una futura esposa.-
Busque el joven como compañera que esté siempre a su lado a quien 37 sea capaz de asumir su parte de las responsabilidades de la vida, y cuya influencia le ennoblezca, le comunique mayor refinamiento y le haga feliz en su amor.

"De Jehová viene la mujer prudente." "El corazón de su marido está en ella confiado.... Darále ella bien y no mal, todos los días de su vida." "Abrió su boca con sabiduría: y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; y su marido también la alabó" diciendo: "Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú las sobrepujaste a todas." El que encuentra una esposa tal "halló el bien, y alcanzó la benevolencia de Jehová."*

He aquí algo que debe considerarse: ¿Traerá felicidad a su hogar la persona con la cual Vd. se case? ¿Sabe ella de economía, o una vez casada dedicará, no sólo todo lo que ella misma gane, sino también todo lo que Vd. obtenga, a satisfacer la vanidad, el amor a las apariencias? ¿Se guía por principios correctos en estas cosas? ¿Tiene ella ahora de qué depender? ... Yo sé que, en el parecer de un hombre infatuado por el amor y los pensamientos relativos al casamiento, estas preguntas se hacen a un lado como si no tuvieran importancia. Sin embargo, es necesario considerarlas debidamente, porque pesarán sobre su vida futura....

Al elegir esposa, estudie su carácter. ¿Será paciente y cuidadosa? ¿O dejará de interesarse en los padres de Vd. precisamente cuando necesiten a un hijo fuerte en quien apoyarse? ¿Le retraerá ella de la sociedad de esos padres para ejecutar sus propios planes y agradarse a sí misma, abandonando a los padres que, en vez de ganar a una hija afectuosa, habrán perdido un hijo?*

Cualidades que debe tener el futuro esposo.-
Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer debe averiguar si aquel con quien está por unir su destino es digno. ¿Cuál ha sido su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es de un carácter noble y 38 elevado el amor que expresa, o es un simple cariño emotivo? ¿Tiene los rasgos de carácter que la harán a ella feliz? ¿Puede encontrar verdadera paz y gozo en su afecto? ¿Le permitirá conservar su individualidad, o deberá entregar su juicio y su conciencia al dominio de su esposo?... ¿Puede ella honrar los requerimientos del Salvador como supremos? ¿Conservará su alma y su cuerpo, sus pensamientos y propósitos, puros y santos? Estas preguntas tienen una relación vital con el bienestar de cada mujer que contrae matrimonio.*

Antes de entregar sus afectos, la mujer que desee una unión apacible y feliz, y evitar miserias y pesares futuros, debe preguntar: ¿Tiene madre mi pretendiente? ¿Qué distingue el carácter de ella? ¿Reconoce él sus obligaciones para con ella? ¿Tiene en cuenta sus deseos y su felicidad? Si no respeta ni honra a su madre, ¿manifestará respeto, amor, bondad y atención hacia su esposa? Cuando haya pasado la novedad del casamiento, ¿seguirá amándome? ¿Será paciente con mis equivocaciones, o criticón, dominador y autoritario? El verdadera afecto disimula muchos errores; el amor no los discernirá.*

Acepte sólo rasgos viriles y puros.-
Acepte la joven como compañero de la vida tan sólo a un hombre que posea rasgos de carácter puros y viriles, que sea diligente y rebose de aspiraciones, que sea honrado, ame a Dios y le tema.*
Rehuya a los irreverentes. Evite al que ama la ociosidad; al que se burla de las cosas santas. Eluda la compañía de quien usa lenguaje profano o siquiera un vaso de bebida alcohólica. No escuche las propuestas de un hombre que no comprenda su responsabilidad para con Dios. La verdad pura que santifica el alma le dará valor para apartarse del conocido más placentero que no ame ni tema a Dios, ni sabe nada de los principios relativos a la justicia verdadera. Podemos tolerar siempre las flaquezas y la ignorancia de un amigo, pero nunca sus vicios.*39

Cometer un error es más fácil que corregirlo.-
Por lo general, los casamientos contraídos impulsivamente y por egoísmo no salen bien, sino que a menudo fracasan miserablemente. Ambas partes se consideran engañadas, y gustosamente desharían lo que hicieron bajo el imperio de la infatuación. Cometer un error al respecto es mucho más fácil que corregirlo una vez cometido.*

Rómpase el compromiso imprudente.-
Aun cuando haya aceptado el compromiso sin una plena comprensión del carácter de la persona con la cual pensaba unirse, no crea Vd. que ese compromiso la obliga a asumir los votos matrimoniales y a unirse para toda la vida con alguien a quien no puede amar ni respetar. Tenga mucho cuidado con respecto a aceptar compromisos condicionales; pero es mejor, sí mucho mejor, romper el compromiso antes del casamiento que separarse después, como hacen muchos.*

Tal vez Vd. diga: "Pero yo he dado mi promesa, ¿debo retractarla?" Le contesto: Si Vd. ha hecho una promesa contraria a las Sagradas Escrituras, por lo que más quiera retráctela sin dilación, y con humildad delante de Dios arrepiéntase de la infatuación que la indujo a hacer una promesa tan temeraria. Es mucho mejor retirar una promesa tal, en el temor de Dios, que cumplirla y por ello deshonrar a su Hacedor.*

Cada paso dado hacia el matrimonio debe ser acompañado de modestia, sencillez y sinceridad, así como del serio propósito de agradar y honrar a Dios. El matrimonio afecta la vida ulterior en este mundo y en el venidero. El cristiano sincero no hará planes que Dios no pueda aprobar.*41

7- ¿Amor Verdadero o Infatuación?
El amor es un don precioso de Jesús.-
El amor es un precioso don que recibimos de Jesús. El afecto puro y santo no es un sentimiento, sino un principio. Los que son movidos por el amor verdadero no carecen de juicio ni son ciegos.* Existe muy poco amor verdadero, consagrado y puro. Se trata de algo muy escaso. La pasión se denomina amor.*

El amor verdadero es un principio santo y elevado, por completo diferente en su carácter del amor despertado por el impulso, que muere de repente cuando es severamente probado.*

El amor es una planta de crecimiento celestial, y tiene que ser cultivado y nutrido. Los corazones afectuosos y las palabras veraces y bondadosas harán felices a las familias y ejercerán una influencia elevadora sobre todos los que lleguen a estar en su esfera de influencia .*

¿Amor verdadero o pasión?
-El amor ... no es irracional ni ciego. Es puro y santo. Pero la pasión del corazón natural es otra cosa completamente distinta. Mientras que el amor puro considera a Dios en todos sus planes y se mantendrá en armonía perfecta con el Espíritu de Dios, la pasión se manifestará temeraria e irracional, desafiará todo freno y hará un ídolo del objeto de su elección. En todo el comportamiento de quien posee verdadero amor, se revelará la gracia de Dios. La modestia, la sencillez, la sinceridad, la moralidad y la religión caracterizarán cada paso que dé hacia una alianza matrimonial. Los que son así gobernados no se verán absorbidos 42 por su compañía mutua, a costa de su interés en la reunión de oración y el servicio religioso. Su fervor por la verdad no morirá porque descuiden las oportunidades y los privilegios que Dios les ha concedido misericordiosamente.*

El amor que no tiene mejor fundamento que la simple satisfacción sensual será obstinado, ciego e ingobernable. El honor la verdad y toda facultad noble y elevada del espíritu caen bajo la esclavitud de las pasiones. Con demasiada frecuencia el hombre atado por las cadenas de esa infatuación resulta sordo a la voz de la razón y de la conciencia; ni los argumentos ni las súplicas le inducirán a ver la insensatez de su conducta.*

El amor verdadero no es una pasión impetuosa, arrolladora y ardiente. Por el contrario, es sereno y profundo. Mira más allá de lo externo, y es atraído solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de discriminar y su devoción es real y permanente .*

El amor, elevado por sobre la esfera de la pasión y del impulso, se espiritualiza y se revela en las palabras y los actos. El cristiano debe manifestar ternura y amor santificados, en los cuales no haya impaciencia ni inquietud; los modales duros y toscos deben ser suavizados por la gracia de Cristo.*

El sentimentalismo debe ser rehuido.-
La imaginación y el amor sentimental enfermizos deben evitarse como la lepra. Muchísimos jóvenes, hombres y mujeres, carecen de virtud en esta época del mundo; por lo tanto se requiere mucha cautela. . . . Los que hayan conservado un carácter virtuoso pueden tener verdadero valor moral, aunque carezcan de otras cualidades deseables.*

Hay personas que durante cierto tiempo profesaron la religión; y sin embargo, estaban realmente apartadas de Dios e insensibles a la voz de la conciencia. Son vanas y triviales, su conversación es de baja índole. El galanteo y el casamiento ocupan su mente, con exclusión de los pensamientos más nobles y superiores.43*
Los jóvenes están hechizados por su obsesión del galanteo y del casamiento. Prevalece un sentimentalismo amoroso enfermizo. Se necesita mucha vigilancia y tacto para proteger de estas malas influencias a la juventud.*

A las hijas no se les enseña a tener abnegación y dominio propio. Se las mima y se fomenta su orgullo. Se les permite cumplir su voluntad hasta que se vuelven obstinadas y no se sabe ya qué conducta seguir para salvarlas de la ruina. Satanás las impulsa a ser ludibrio en la boca de los incrédulos por su atrevimiento, su falta de reserva y modestia femenina. A los jóvenes también se los deja salirse con la suya. Apenas llegados a la adolescencia están al lado de niñas de su edad, acompañándolas a casa y galanteándolas. Los padres están tan completamente esclavizados por su indulgencia y su amor equivocado hacia sus hijos que no se animan a obrar en forma decidida para obtener un cambio y refrenar a sus hijos precipitados en esta era de apresuramiento.*

Consejos a una enamorada romántica.-
Cayó Ud. en el error que tanto prevalece en esta época de degeneración, especialmente entre las mujeres. Ud. demuestra demasiada afición al sexo opuesto. Le agrada su compañía; lo halaga con su atención, y estimula, o permite, una familiaridad que no concuerda siempre con la amonestación del apóstol a abstenerse de toda apariencia de mal. . ..

Aparte su pensamiento de los proyectos románticos. Ud. mezcla con su religión un sentimentalismo romántico enfermizo, que no eleva, sino que rebaja. No, sólo queda Ud. misma afectada, sino que otras personas se ven perjudicadas por su ejemplo e influencia. . . . Las ilusiones y la construcción romántica de castillos en el aire la han incapacitado para ser útil. Creyéndose mártir y cristiana, Ud. ha vivido en un mundo imaginario.
Este sentimentalismo bajo, mezclado con la experiencia religiosa de los jóvenes, abunda en esta época del mundo. 44 Hermana mía, Dios requiere de Ud. que sea transformada. Le imploro que eleve sus afectos. Dedique sus facultades mentales y físicas al servicio de su Redentor, quien la compró. Santifique sus pensamientos y sentimientos para realizar todas sus obras en Dios.*

Recomendaciones para un estudiante.-
Vives ahora tu vida de estudiante. Espáciese tu atención en temas espirituales. Mantén todo sentimentalismo apartado de tu vida. Con vigilancia, instrúyete a ti mismo y ejerce dominio propio. Estás en la época en que se forma el carácter, y nada de lo que te atañe debe ser considerado trivial o sin importancia si tiende a reducir tu interés más alto y santo, así como la eficiencia de tu preparación para hacer la obra que Dios te asignó.*

Resultados de un noviazgo imprudente.-
Podemos ver que arrostramos innumerables dificultades a cada paso. La iniquidad albergada por jóvenes y ancianos, los galanteos y casamientos no santificados, no pueden menos que resultar en disputas, contiendas, enajenamiento, satisfacción de las pasiones desenfrenadas, infidelidad de los cónyuges, poca disposición a refrenar los deseos desordenados e indiferencia hacia las cosas de interés eterno. . . .
La santidad de los oráculos de Dios no es apreciada por muchísimos que aseveran ser cristianos según la Biblia. Por su conducta relajada demuestran que prefieren más libertad de acción. No quieren ver limitadas sus complacencias egoístas.*

El dominio de los afectos.-
Ceñid los lomos de vuestro entendimiento, dice el apóstol; luego gobernad vuestros pensamientos, y no les deis rienda suelta. Podéis guardar y dominar vuestros pensamientos mediante esfuerzos resueltos. Pensad correctamente, y ejecutaréis acciones correctas. Debéis guardar, pues, vuestros afectos y no dejarlos vagar y prenderse de objetos impropios. Jesús os compró con su propia vida; le pertenecéis; por lo tanto le habéis de consultar en todo, como 45 en lo referente al empleo que debéis dar a las facultades de vuestra mente y a los afectos de vuestro corazón.46*

8. Costumbres Comunes en los Noviazgos.
Ideas erróneas al respecto.-
Las ideas relativas al noviazgo se fundan en ideas erróneas acerca del casamiento. Obedecen a los impulsos y a la pasión ciega . El noviazgo se rige por un espíritu de flirteo. Con frecuencia los que participan en él violan las reglas de la modestia y de la reserva, haciéndose culpables de indiscreciones, si no transgreden la ley de Dios. No disciernen el alto, noble y sublime designio de Dios en la institución del matrimonio. Por lo tanto, no desarrollan los afectos más puros del corazón ni los rasgos más nobles del carácter.

No debierais decir una palabra ni realizar acción alguna acerca de las cuales no quisierais que los ángeles las viesen y las anotasen en los libros del cielo. Debéis procurar sinceramente glorificar a Dios. Vuestro corazón debe tener únicamente afectos puros, santificados, dignos de quienes siguen a Cristo, que sean de índole elevada y más celestial que terrenal. Cuanto difiere de esto degrada el noviazgo; y el matrimonio no puede ser santo y honroso a la vista de un Dios puro y santo, a menos que concuerde con los elevados principios de la Escritura.*

Los jóvenes confían demasiado en los impulsos. No deben ceder con demasiada facilidad, ni dejarse cautivar con prontitud excesiva por el exterior atractivo de quien dice amarlos. Tal como se lo practica en esta época, el galanteo es un plan 47 engañador e hipócrita, que tiene mucho más que ver con el enemigo de las almas que con el Señor. Si en algo hay necesidad de buen sentido común es en esto; pero el hecho es que interviene muy poco en tal asunto.*

Las largas veladas.-
Se ha hecho costumbre el que [los cortejantes] estén sentados hasta tarde por la noche; pero esto no agrada a Dios, aun cuando ambos seáis cristianos. El acostarse tan tarde perjudica a la salud; incapacita la mente para los deberes del día siguiente, y tiene apariencia de mal. Hermano mío, espero que tendrá bastante respeto propio para rehuir esta forma de galanteo. Si desea sinceramente glorificar a Dios, obrará con cautela deliberada. No permitirá que un sentimentalismo amoroso enfermizo le ciegue al punto que no pueda discernir las elevadas demandas que Dios dirige a Vd. como cristiano.*

Los ángeles de Satanás velan con los que dedican al galanteo gran parte de la noche. Si los ojos de éstos pudieran abrirse, verían a un ángel anotar sus palabras y sus actos. Violan las leyes de la salud y de la modestia. Sería más propio dejar algunas horas de ese galanteo para la vida marital; pero por lo general el casamiento acaba con toda la devoción manifestada durante el noviazgo.

En esta era de depravación, esas horas de disipación nocturna llevan con frecuencia a ambas partes a la ruina. Satanás se regocija y Dios queda deshonrado cuando hombres y mujeres se deshonran a sí mismos. Sacrifican su buen nombre y honor bajo el ensalmo de la infatuación, y el casamiento de tales personas no puede solemnizarse bajo la aprobación divina. Se casaron porque la pasión los impulsó, y pasada la novedad del caso, empezarán a comprender lo que hicieron.*

Satanás sabe exactamente con qué elementos trata, y despliega su sabiduría infernal en diversos ardides para entrampar las almas y llevarlas a la ruina. Vigila todo paso que se da, hace muchas sugestiones, y a menudo esas sugestiones son 48 aceptadas antes que el consejo de la Palabra de Dios. El enemigo prepara hábilmente esa red tupida y peligrosa para prender a los jóvenes e incautos. A menudo puede ocultarla bajo un manto de luz; pero los que llegan a ser sus víctimas se asaetan con muchos dolores. Como resultado vemos por todas partes seres humanos que naufragan.*

Los que juegan con los corazones.-
Jugar con los corazones es un crimen no pequeño a la vista de un Dios santo. Y sin embargo hay quienes manifiestan preferencia por ciertas jóvenes y conquistan sus afectos, luego siguen su camino y se olvidan por completo de las palabras que pronunciaron y de sus efectos. Otro semblante los atrae, repiten las mismas palabras y dedican a otra persona las mismas atenciones.

Esta disposición seguirá revelándose en su vida de casados. La relación matrimonial no vuelve siempre firme el ánimo veleidoso ni da constancia a los vacilantes ni los hace fieles a los buenos principios. Los tales se cansan de la constancia, y sus pensamientos profanos se revelarán en actos profanos. ¡Cuán esencial es, por lo tanto, que los jóvenes ciñan los lomos de su entendimiento y sean precavidos en su conducta a fin de que Satanás no pueda seducirlos y desviarlos de la integridad!.*

El engaño en los galanteos.-
Un joven que se complace en la compañía de una señorita y conquista su amistad a espaldas de sus padres no desempeña un papel noble ni cristiano para con ella ni para con sus padres. Puede ser que mediante comunicaciones y citas secretas llegue a influir en el ánimo de ella, pero al hacerlo no manifiesta la nobleza e integridad de alma que ha de poseer todo hijo de Dios. Para lograr sus fines, los tales desempeñan un papel carente de franqueza, que no concuerda con las normas de la Biblia, y, demuestran que no son fieles a quienes los aman y procuran ser sus leales guardianes. Los casamientos contraídos bajo tales influencias no concuerdan con la Palabra de Dios. El que quiso desviar 49 de su deber a una hija y confundir sus ideas acerca de las claras y positivas órdenes divinas en cuanto a amar y honrar a sus padres, no es persona que quedaría fiel a sus obligaciones matrimoniales. . . .

"No hurtarás," fue escrito por el dedo de Dios en las tablas de piedra, y sin embargo ¡cuántas veces se practica y disculpa el hurto solapado de los afectos! Se persiste en un galanteo engañoso y en un intercambio de comunicaciones secretas hasta que los afectos de un ser inexperto, que no sabe en qué puede resultar todo esto, se retraen en cierta medida de sus padres y se fijan en quien, por su misma conducta, se demuestra indigno de su amor. La Biblia condena toda suerte de improbidad....

Sólo Dios conoce el pleno alcance de toda la desgracia ocasionada por esta manera solapada de llevar a cabo los galanteos y casamientos. Sobre esta roca han naufragado muchas almas. En esto cometen terribles errores aun personas que se dicen cristianas, cuya vida se distingue por su integridad, y que parecen sensatas en todo otro asunto. Revelan una voluntad obstinada que ningún razonamiento puede cambiar. Se quedan tan fascinados por sentimientos e impulsos humanos que no tienen deseo de escudriñar la Biblia ni de estrechar su relación con Dios.*

Evítese el primer paso hacia abajo.-
Cuando se ha violado un mandamiento del Decálogo, es casi seguro que se darán otros pasos hacia abajo. Una vez eliminadas las vallas de la modestia femenina, la licencia más vil no parece excesivamente pecaminosa. ¡Ay! ¡Cuán terribles son los resultados de la influencia ejercida por las mujeres en favor del mal en el mundo hoy! Las seducciones de "las extrañas" encierran a miles en celdas de cárcel, muchos se quitan la vida y otros muchos tronchan vidas ajenas. ¡Cuán ciertas son las palabras inspiradas: "Sus pies [de la extraña] descienden a la muerte; sus pasos sustentan el sepulcro"! 50

Se han colocado faros de advertencia a cada lado del camino de la vida para impedir que los hombres se acerquen al terreno peligroso y prohibido; pero, a pesar de esto, son muchedumbres los que eligen la senda fatal, contra los dictados de la razón, sin tener en cuenta la ley de Dios, y en abierto desafío de su venganza.
Los que quieran conservar la salud física, un intelecto vigoroso y una moral sana deben escuchar la orden: "Huye de las pasiones juveniles." Los que quieren hacer esfuerzos celosos y decididos para detener la maldad que alza en nuestro medio su atrevida y presuntuosa cabeza son odiados y calumniados por todos los obradores de maldad, pero serán honrados y recompensados por Dios.*

La mala siembra y su mies.-
No pongáis en peligro vuestras almas cometiendo los excesos de la juventud. No podéis permitiros el ser descuidados en cuanto a los compañeros que escogéis.*

Un corto tiempo dedicado a sembrar malas acciones, amados jóvenes, producirá una mies que amargará vuestra vida entera; una hora de irreflexión, el ceder una vez a la tentación, puede desviar en la mala dirección toda la corriente de vuestra existencia. Sólo podéis ser jóvenes una vez; obrad de modo que vuestra juventud resulte útil. Cuando hayáis recorrido el camino, ya no podréis volver para rectificar vuestros errores. El que rehusa relacionarse con Dios y se expone a la tentación, caerá ciertamente. Dios está probando a todo joven. Muchos han disculpado su descuido e irreverencia con el mal ejemplo que les dieron los profesas cristianos de más experiencia. Pero esto no debe impedir a nadie hacer lo recto. En el día de la rendición final de cuentas no os atreveréis a presentar las excusas que invocáis ahora.*51

9. Los Casamientos Prohibidos
El casamiento de creyentes con no creyentes.-
Hay en el mundo cristiano una indiferencia asombrosa y alarmante para con las enseñanzas de la Palabra de Dios acerca del casamiento de los cristianos con los incrédulos. Muchos de los que profesan amar y temer a Dios prefieren seguir su propia inclinación antes que aceptar el consejo de la sabiduría infinita. En un asunto que afecta vitalmente la felicidad y el bienestar de ambas partes, para este mundo y el venidero, la razón, el juicio y el temor de Dios son puestos a un lado, y se deja que predominen el impulso ciego y la determinación obstinada.

Hombres y mujeres que en otras cosas son sensatos y concienzudos cierran sus oídos a los consejos; son sordos a las súplicas y ruegos de amigos y parientes, y de los siervos de Dios. La expresión de cautela o amonestación es considerada como entrometimiento impertinente, y el amigo que es bastante fiel para hacer una reprensión, es tratado como enemigo.

Todo esto está de acuerdo con el deseo de Satanás. El teje su ensalmo en derredor del alma, y ésta queda hechizada, infatuada. La razón deja caer las riendas del dominio propio sobre el cuello de la concupiscencia, la pasión no santificada predomina, hasta que, demasiado tarde, la víctima se despierta para vivir una vida de desdicha y servidumbre. Este no es un cuadro imaginario, sino un relato de hechos ocurridos. Dios no sanciona las uniones que ha prohibido expresamente.*

Las órdenes de Dios son claras.-
El Señor ordenó al antiguo Israel que no se relacionara por casamientos con las 53 naciones idólatras que lo rodeaban: "Y no emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo." Se da la razón de ello. La sabiduría infinita, previendo el resultado de tales uniones declara: "Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto." "Porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios: Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra." . . .

En el Nuevo Testamento hay prohibiciones similares acerca del casamiento de los cristianos con los impíos. El apóstol Pablo, en su primera carta a los corintios declara: "La mujer casada está atada a la ley, mientras vive su marido; más si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor." También en su segunda epístola escribe: "No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿y qué concordia Cristo con Belial? ¿o qué parte el fiel con el infiel? ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo y yo os recibiré, y seré a vosotros Padre, y vosotros me seréis a mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.*

La maldición de Dios recae sobre muchas de las relaciones inoportunas e impropias que se entablan en esta época del mundo. Si la Biblia dejara estas cuestiones en luz vaga e incierta, la conducta seguida por muchos jóvenes de hoy en sus uniones unos con otros resultaría más excusable. Pero las exigencias de la Biblia no son órdenes a medias; requieren una perfecta pureza de pensamiento, palabra y acto. Sentimos gratitud hacia Dios porque su Palabra es lámpara a nuestros pies y nadie necesita errar la senda del deber. Los jóvenes 54deben dedicarse a consultar sus páginas y escuchar sus consejos, porque siempre se cometen tristes errores al apartarse de sus preceptos.*

Dios prohibe a los creyentes que se casen con incrédulos.-
Nunca debe el pueblo de Dios aventurarse en terreno prohibido. El casamiento entre creyentes e incrédulos ha sido prohibido por Dios; pero con demasiada frecuencia el corazón inconverso sigue sus propios deseos y se contraen casamientos que Dios no sanciona. Por esta causa muchos hombres y mujeres están sin esperanza y sin Dios en el mundo. Murieron sus aspiraciones nobles, y Satanás los sujeta en su red por una cadena de circunstancias. Los que son dominados por la pasión y el impulso tendrán que cosechar una mies amarga en esta vida, y su conducta puede resultar en la pérdida de su alma.*

Los que profesan la verdad pisotean la voluntad de Dios al casarse con incrédulos; pierden su favor y hacen obras amargas, de las que habrán de arrepentirse. La persona incrédula puede poseer un excelente carácter moral; pero el hecho de que no haya respondido a las exigencias de Dios y haya descuidado una salvación tan grande, es razón suficiente para que no se verifique una unión tal. El carácter de la persona incrédula puede ser similar al del joven a quien Jesús dirigió las palabras: "Una cosa te falta," y esa cosa era la esencial.*

El ejemplo de Salomón.-
Existen hombres situados en la pobreza y la obscuridad cuya vida Dios aceptaría y henchiría de utilidad en la tierra y de gloria en el cielo, pero Satanás obra con insistencia para derrotar los propósitos divinos y arrastrar a esos hombres a la perdición mediante su casamiento con personas de tal carácter que se interponen directamente en el camino de la vida. Muy pocos salen triunfantes de este conflicto.*

Satanás conocía los resultados que acompañarían la obediencia; 55 y durante los primeros años del reinado de Salomón, que fueron gloriosos por la sabiduría, la beneficencia y la integridad del rey, procuró introducir influencias que minasen insidiosamente la lealtad de Salomón a los buenos principios, y le indujesen a separarse de Dios. Por el relato bíblico sabemos que el enemigo tuvo éxito en ese esfuerzo: "Y Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, porque tomó la hija de Faraón, y trájola a la ciudad de David."
Al formar alianza con una nación pagana, y al sellar el pacto casándose con una princesa idólatra, Salomón despreció temerariamente la sabia disposición que Dios había tomado para conservar la pureza de su pueblo. La esperanza de que su esposa egipcia pudiera convertirse no era sino una débil excusa por aquel pecado. En violación de una orden directa de que su pueblo permaneciese separado de otras naciones, el rey unió su fuerza con el brazo de la carne.

Durante un tiempo, Dios, en su misericordia compasiva, pasó por alto esta terrible equivocación. La esposa de Salomón se convirtió; y el rey, por una conducta prudente, podría haber mantenido en jaque, por lo menos en gran medida, las fuerzas malignas que su imprudencia había desatado. Pero Salomón había comenzado a perder de vista la Fuente de su poder y gloria. A medida que sus inclinaciones cobraban ascendiente sobre la razón, aumentaba su confianza propia, y procuraba cumplir a su manera el propósito del Señor....

Muchos cristianos profesos piensan, como Salomón, que pueden unirse con los impíos porque su influencia sobre los que están en el error resultará benéfica; pero con demasiada frecuencia, al quedar ellos mismos entrampados y vencidos, renuncian a su fe sagrada, sacrifican los buenos principios y se separan de Dios. Un paso en falso conduce a otro, hasta que al fin se colocan donde ya no pueden tener esperanza alguna de que romperán las cadenas que los atan.*

La excusa: "Favorece la religión".-
A veces se arguye que 56 el no creyente favorece la religión, y que como cónyuge es todo lo que puede desearse, excepto en una cosa, que no es creyente. Aunque el buen juicio indique al creyente lo impropio que es unirse para toda la vida con una persona incrédula, en nueve casos de cada diez triunfa la inclinación. La decadencia espiritual comienza en el momento en que se formula el voto ante el altar; el fervor religioso se enfría, y se quebranta una fortaleza tras otra, hasta que ambos están lado a lado bajo el negro estandarte de Satanás. Aun en las fiestas de boda, el espíritu del mundo triunfa contra la conciencia, la fe y la verdad. En el nuevo hogar no se respeta la hora de oración. El esposo y, la esposa se han elegido mutuamente y han despedido a Jesús.*

El creyente es el que cambia.-
Al principio el cónyuge no creyente no se opondrá abiertamente; pero cuando se presenta la verdad bíblica a su atención y consideración, surge en seguida el sentimiento: "Te casaste conmigo sabiendo lo que era, y no quiero que se me moleste. De ahora en adelante quede bien entendido que la conversación sobre tus opiniones particulares queda prohibida." Si el cónyuge creyente manifiesta algún fervor especial respecto de su propia fe, ello puede ser interpretado como falta de bondad hacia el que no tiene interés en la experiencia cristiana.

El cónyuge creyente razona que, dada su nueva relación, debe conceder algo al compañero que ha elegido. Asiste a diversiones sociales y mundanas. Al principio lo hace de muy mala gana; pero el interés por la verdad disminuye, y la fe se trueca en duda e incredulidad. Nadie habría sospechado que esa persona que antes era un creyente firme y concienzudo que seguía devotamente a Cristo, pudiese llegar a ser la persona vacilante y llena de dudas que es ahora. ¡Oh, qué cambio realizó ese casamiento imprudente!*

Es algo peligroso aliarse con el mundo. Satanás sabe muy bien que la hora del casamiento de muchos jóvenes, tanto 57 de un sexo como del otro, cierra la historia de su experiencia religiosa y de su utilidad. Quedan perdidos para Cristo. Tal vez hagan durante un tiempo un esfuerzo para vivir una vida cristiana; pero todas sus luchas se estrellan contra una constante influencia en la dirección opuesta. Hubo un tiempo en que era para ellos un privilegio y un gozo hablar de su fe y esperanza; pero llegan a no tener deseo de mencionar el asunto, sabiendo que la persona a la cual ha ligado su destino no se interesa en ello. Como resultado, la fe en la preciosa verdad muere en el corazón, y Satanás teje insidiosamente en derredor de ellos una tela de escepticismo.*

Es arriesgar el cielo.-
"¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de concierto?" "Si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa que pidieren, le será hecho por mi Padre que está en los cielos." ¡Pero cuán extraño es el espectáculo! Mientras una de las personas tan íntimamente unidas se dedica ala oración, la otra permanece indiferente y descuidada; mientras una busca el camino que lleva al cielo y a la vida eterna, la otra se encuentra en el camino anchuroso que lleva a la muerte.

Centenares de personas han sacrificado a Cristo y el cielo al casarse con personas inconversas. ¿Pueden conceder tan poco valor al amor y a la comunión de Cristo que prefieren la compañía de pobres mortales? ¿estiman tan poco el cielo que están dispuestos a arriesgar sus goces uniéndose con una persona que no ama al precioso Salvador?-*

Unirse con un incrédulo es ponerse en el terreno de Satanás. Ud. agravia al Espíritu de Dios y pierde el derecho a su protección. ¿Puede Ud. incurrir en tales desventajas mientras pelea la batalla por la vida eterna*


Pregúntese: "¿Apartará un esposo incrédulo mis pensamientos de Jesús? ¿Ama los placeres más que a Dios? ¿No me inducirá a disfrutar las cosas en que él se goza? La senda que conduce a la vida eterna es penosa y escarpada. No tome sobre sí pesos adicionales que retarden su progreso.*


Un hogar siempre con sombras.-
El corazón anhela amor humano, pero este amor no es bastante fuerte, ni puro ni precioso para reemplazar el amor de Jesús. Unicamente en su Salvador puede la esposa hallar sabiduría, fuerza y gracia para hacer frente a los cuidados, responsabilidades y pesares de la vida. Ella debe hacer de él su fuerza y guía. Dése la mujer a Cristo antes que darse a otro amigo terrenal, y, no forme ninguna relación que contraríe esto. Los, que quieren disfrutar verdadera felicidad deben tener la bendición del cielo sobre todo lo que poseen, y sobre todo lo que hacen. Es la desobediencia a Dios la que llena tantos corazones y hogares de infortunio. Hermana mía, a menos que quiera tener un hogar del que nunca se levanten las sombras, no se una con un enemigo de Dios.*

El razonamiento del cristiano.-
¿Qué debe hacer todo creyente cuando se encuentra en esa penosa situación que prueba la integridad de los principios religiosos? Con firmeza digna de imitación debe decir francamente: "Soy cristiano a conciencia. Creo que el séptimo día de la semana es el día de reposo bíblico. Nuestra fe y principios son tales que van en direcciones opuestas. No podemos ser felices juntos, porque si yo sigo adelante para adquirir un conocimiento más perfecto de la voluntad de Dios, llegaré a ser más diferente del mundo y semejante a Cristo. Si Ud. continúa no viendo hermosura en Cristo ni atractivos en la verdad, amará al mundo, al cual yo no puedo amar, mientras yo amaré las cosas de Dios que Ud. no puede amar. Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. Sin discernimiento espiritual Ud. no podrá ver los derechos que Dios tiene sobre mí, ni podrá comprender mis obligaciones hacia el Maestro a quien sirvo; por lo tanto le parecerá que yo le descuido por los seres religiosos. Ud. no será feliz; sentirá celos por el afecto que entrego a Dios; y yo igualmente me sentiré aislado por mis 59 creencias religiosas. Cuando sus opiniones cambien, cuando Ud. responda a las exigencias de Dios y aprenda a amar a mi Salvador, podremos reanudar nuestras relaciones."
El creyente hace así por Cristo un sacrificio que su conciencia aprueba, y demuestra que aprecia demasiado la vida eterna para correr el riesgo de perderla. Siente que sería mejor permanecer soltero que ligar sus intereses para toda la vida a una persona que prefiere el mundo a Cristo, y que le apartaría de su cruz.*

Una alianza matrimonial segura.-
Sólo en Cristo puede formarse una unión matrimonial feliz. El amor humano debe fundar sus más estrechos lazos en el amor divino. Sólo donde reina Cristo puede haber cariño profundo, fiel y abnegado.*

Cuando uno de los cónyuges se convierte.-
El que contrajo matrimonio antes de convertirse tiene después de su conversión mayor obligación de ser fiel a su cónyuge, por mucho que difieran en sus convicciones religiosas. Sin embargo, las exigencias del Señor deben estar por encima de toda relación terrenal, aunque como resultado vengan pruebas y persecuciones. Manifestada en un espíritu de amor y mansedumbre, esta fidelidad puede influir para ganar al cónyuge incrédulo.* 60

IO. Cuando se Necesitan Consejos
Consúltese a la Biblia.-
Instituído por Dios, el casamiento es un rito sagrado y no debe participarse en él con espíritu de egoísmo. Los que piensan en dar ese paso deben considerar su importancia solemnemente y con oración para procurar el consejo divino a fin de saber si su conducta está en armonía con la voluntad de Dios. Las instrucciones dadas al respecto en la Palabra de Dios deben estudiarse cuidadosamente. El cielo mira con agrado un casamiento contraído con el fervoroso deseo de conformarse con las indicaciones dadas en las Escrituras.*

Si hay un asunto que debe ser considerado con juicio sereno y sin apasionamiento, es el del matrimonio. Si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, es antes de dar el paso que une a las personas para toda la vida. Pero el sentimiento que prevalece es que en este asunto uno se ha de guiar por las emociones, y en demasiados casos un sentimentalismo amoroso enfermizo empuña el timón y conduce a una ruina segura. Es en este asunto donde los jóvenes revelan menos inteligencia que en otro cualquiera; acerca de él no se puede razonar con ellos. La cuestión del matrimonio parece ejercer un poder hechizador sobre ellos. No se someten a Dios. Sus sentidos están encadenados, y obran sigilosamente, como si temiesen que alguien quisiese intervenir en sus planes.*

Muchos navegan en un puerto peligroso. Necesitan un piloto; pero se niegan a aceptar la ayuda que tanta falta les hace, pues se consideran competentes para guiar su embarcación 61 y no se percatan de que están por dar contra una roca oculta que puede hacer naufragar su fe y su felicidad.... A menos que estudien diligentemente esa Palabra [la Biblia], cometerán graves equivocaciones que destruirán su felicidad y la de otras personas, para la vida presente y la venidera.*

La oración es necesaria.-
Si los hombres y las mujeres tienen el hábito de orar dos veces al día antes de pensar en el matrimonio, deberían orar cuatro veces diarias cuando tienen en vista semejante paso. El matrimonio es algo que influirá en vuestra vida y la afectará tanto en este mundo como en el venidero....

La mayoría de los matrimonios de nuestra época, y la forma en que se los realiza, hacen de ellos una de las señales de los últimos días. Los hombres y las mujeres son tan persistentes, tan tercos, que Dios es dejado fuera del asunto. La religión es dejada a un lado como si no tuviese parte que representar en esta cuestión solemne e importante.*

Cuando la infatuación es sorda.-
Dos personas llegan a conocerse; quedan infatuadas una de otra, y toda su atención queda absorbida. La razón se ciega y el juicio queda destronado. No quieren someterse a los consejos ni a dirección alguna, sino que insisten en cumplir su voluntad, sin tener en cuenta las consecuencias. Como si fuese alguna epidemia, o un contagio que debe tener su curso, viene a ser la infatuación que los domina, y parece imposible detenerla.
Los rodean tal vez quienes comprenden que si los interesados llegasen a unirse en matrimonio, sólo podrían resultar desdichados toda su vida. Pero es en vano que les dirijan súplicas y exhortaciones. Es posible que una unión tal habría de destruir la utilidad de alguien a quien Dios bendeciría en su servicio; pero ni el razonamiento ni la persuasión son escuchados. Nada de lo que pueden decir hombres y mujeres de experiencia resulta eficaz; no tiene poder para cambiar la decisión a la cual sus deseos los condujeron. Pierden interés 62 en la reunión de oración y en todo lo que tiene que ver con la religión. Están mutuamente infatuados, y descuidan los deberes de la vida como si fuesen asuntos de poca monta.*

Los jóvenes necesitan sabiduría.-
Cuando tanta desgracia resulta del matrimonio, ¿por qué no quieren ser prudentes los jóvenes? ¿Por qué se empeñan en considerar que no necesitan los consejos de personas de más edad y experiencia? En los negocios, hombres y mujeres manifiestan mucha cautela. Antes de iniciar cualquier empresa importante, se preparan para su trabajo. Dedican al asunto tiempo, dinero, y mucho estudio cuidadoso, no sea que fracasen en su tentativa.

Al iniciar relaciones que han de llevar al matrimonio, ¡cuánto mayor debiera ser la cautela que se ejerza, en vista de que dichas relaciones afectarán las generaciones futuras y la vida venidera! En vez de asumir tal actitud, se las entabla a menudo con bromas y liviandad, a impulso de la pasión, con ceguera y falta de serena consideración. La única explicación de todo esto es que Satanás se deleita en ver desgracia y ruina en el mundo, y teje su red para prender almas. Se regocija al conseguir que esas personas desconsideradas pierdan su gozo en este mundo y su lugar en el mundo venidero.*

Aprecien el juicio maduro de sus padres.-
¿ Deben los hijos consultar tan sólo sus deseos e inclinaciones sin tener en cuenta el consejo y el juicio de sus padres? Algunos no parecen dedicar un solo pensamiento a los deseos o preferencias de sus padres, ni tener en cuenta el juicio maduro de ellos. El egoísmo cerró la puerta de su corazón al afecto filial. Es necesario despertar a los jóvenes con respecto a este asunto. El quinto mandamiento es el único acompañado de una promesa pero bajo el dominio del amor se lo tiene en poco y hasta se lo desconoce por completo. El desprecio del amor maternal y de la preocupación paterna es uno de los pecados anotados contra muchos jóvenes.

Uno de los mayores errores relacionados con este asunto 63 lo constituye el hecho de que los jóvenes e inexpertos no quieren que se perturben sus afectos ni que alguien intervenga en su experiencia del amor. Si hubo alguna vez un asunto que necesitara ser considerado desde todo punto de vista, es éste. La ayuda de la experiencia ajena y la ponderación serena y cuidadosa de ambos lados del asunto resultan positivamente esenciales. Es un tema que la gran mayoría de las personas trata con demasiada liviandad. Procurad el consejo de Dios y de vuestros padres que le temen, jóvenes amigos. Orad al respecto.*

Confiad en vuestros padres piadosos.-
Si gozáis de la bendición de tener padres temerosos de Dios, consultadlos. Comunicadles vuestras esperanzas e intenciones, aprended las lecciones que la vida les enseñó.*

Si los hijos tuviesen más familiaridad con sus padres, si confiasen en ellos y les contasen sus gozos y pesares, se ahorrarían muchos sinsabores futuros. Cuando se sienten perplejos acerca de cuál sería la conducta correcta, presenten a sus padres el asunto como lo ven ellos y pídanles su consejo. ¿Quién está mejor capacitado que unos padres piadosos para señalarles los peligros? ¿Quién puede comprender como ellos el temperamento particular de cada hijo? Los hijos que sean cristianos estimarán más que cualquier bendición terrenal el amor y la aprobación de sus padres temerosos de Dios. Estos pueden simpatizar con sus hijos, así como orar por ellos y con ellos para que Dios los proteja y los guíe. Sobre todo, los conducirán al Amigo y Consejero que nunca les faltará.*

Deben guiar los afectos juveniles.-
Los padres y las madres deben considerar que les incumbe guiar el afecto de los jóvenes, para que contraigan amistades con personas que sean compañías adecuadas. Deberían sentir que, mediante su enseñanza y por su ejemplo, con la ayuda de la divina gracia, deben formar el carácter de sus hijos desde la más 64 tierna infancia, de tal manera que sean puros y nobles y se sientan atraídos por lo bueno y verdadero. Los que se asemejan se atraen mutuamente, y los que son semejantes se aprecian. ¡Plantad el amor a la verdad, a la pureza y a la bondad temprano en las almas, y la juventud buscará la compañía de los que poseen estas características!*

El ejemplo de Isaac.-
Nunca deben los padres perder de vista su propia responsabilidad acerca de la futura felicidad de sus hijos. El respeto de Isaac por el juicio de su padre era resultado de su educación, que le había enseñado a amar una vida de obediencia.*

Isaac fue sumamente honrado por Dios, al ser hecho heredero de las promesas por las cuales sería bendecida la tierra, sin embargo, a la edad de cuarenta años, se sometió al juicio de su padre cuando envió a un servidor experto y piadoso a buscarle esposa. Y el resultado de este casamiento, que nos es presentado en las Escrituras, es un tierno y hermoso cuadro de la felicidad doméstica: "E introdújola Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre."*

Padres prudentes y considerados.-
"¿Deben los padres- pregunta Ud.- elegirle cónyuge a un hijo o una hija sin considerar el parecer o los sentimientos de ellos?" Le formulo la pregunta a Ud. como debe expresarse: ¿Debe un hijo o una hija elegir cónyuge sin consultar primero a sus padres, cuando un paso tal tiene que afectar materialmente la felicidad de los padres si tienen algún afecto por sus hijos? ¿Y debe ese hijo o esa hija insistir en su propia conducta, a pesar de los consejos y las súplicas de sus padres? Contesto enérgicamente: No, aun cuando no se haya de casar. El quinto mandamiento prohibe obrar así. "Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." Este es un mandamiento acompañado de una promesa que el Señor cumplirá ciertamente para con los que 65 obedezcan. Los padres prudentes no elegirán cónyuges para sus hijos sin respetar sus deseos.* 66

(El Hogar Cristiano de E. G. de White

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