martes, 21 de junio de 2011

SECCIÓN I. "EL BELLO HOGAR" EL HOGAR CRISTIANO. (EGW).


1. La Atmósfera del Hogar
El hogar es el centro de toda actividad.-
La sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabezas de familia. Del corazón "mana la vida;" y el hogar es el corazón de la sociedad, de la iglesia y de la nación.*
La elevación o la decadencia futura de la sociedad será determinada por los modales y la moralidad de la juventud que se va criando en derredor nuestro. Según se hayan educado los jóvenes y en la medida en que su carácter fue amoldado en la infancia por hábitos virtuosos, de dominio propio y temperancia, será su influencia sobre la sociedad. Si se los deja sin instrucción ni control, y como resultado llegan a ser tercos, intemperantes en sus apetitos y pasiones, así será su influencia futura en lo que se refiere a amoldar la sociedad. Las compañías que frecuenten los jóvenes ahora, los hábitos que adquieran y los principios que adopten indican cuál será el estado de la sociedad durante los años venideros.*

El más dulce de los cielos.-
El hogar debe ser hecho todo lo que la palabra implica. Debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son cultivados en vez de ser estudiosamente reprimidos. Nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua.* 12
El símbolo más dulce del cielo es un hogar presidido por el espíritu del Señor. Si se cumple la voluntad de Dios, los esposos se respetarán mutuamente y cultivarán el amor y la confianza .*

Importancia del ambiente hogareño.-
La atmósfera que rodea las almas de padres y madres llena toda la casa, y se siente en todo departamento del hogar.*

Los padres crean en extenso grado la atmósfera que reina en el círculo del hogar, y donde hay desacuerdo entre el padre y la madre, los niños participan del mismo espíritu. Impregnad la atmósfera de vuestro hogar con la fragancia de un espíritu tierno y servicial. Si os habéis convertido en extraños y no habéis sido cristianos de acuerdo con la Biblia, convertíos; porque el carácter que adquiráis durante el tiempo de gracia será el carácter que tendréis cuando venga Cristo. Si queréis ser santos en el cielo, debéis ser santos primero en la tierra. Los rasgos de carácter que cultivéis en la vida no serán cambiados por la muerte ni por la resurrección. Saldréis de la tumba con la misma disposición que manifestasteis en vuestro hogar y en la sociedad. Jesús no cambia nuestro carácter al venir. La obra de transformación debe hacerse ahora. Nuestra vida diaria determina nuestro destino.*

La creación de una atmósfera pura.-
Todo hogar cristiano debe tener reglas; y los padres deben, por sus palabras y su conducta el uno hacia el otro, dar a los hijos un ejemplo vivo y precioso de lo que desean verlos llegar a ser. Debe manifestarse pureza en la conversación y debe practicarse constantemente la verdadera cortesía cristiana. Enseñemos a los niños y jóvenes a respetarse a sí mismos, a ser fieles a Dios y a los buenos principios; enseñémosles a respetar y obedecer la ley de Dios. Estos principios regirán entonces su vida y los pondrán en práctica en sus relaciones con los demás. Crearán una atmósfera pura, que ejerza una influencia tendiente a alentar a las almas débiles en la senda hacia 13 arriba que conduce a la santidad y al cielo. Sea cada lección de un carácter elevador y ennoblecedor, y las anotaciones hechas en los libros de los cielos serán tales que no nos avergonzaremos de ellas en el juicio.

Los niños que reciban esta clase de instrucción ... estarán preparados para ocupar puestos de responsabilidad y, mediante el precepto y el ejemplo, estarán constantemente ayudando a otros a hacer lo recto. Aquellos cuyas sensibilidades morales no hayan sido embotadas apreciarán los buenos principios; estimarán correctamente sus dotes naturales y darán el mejor uso posible a sus facultades físicas, mentales y morales. Esas armas se ven grandemente fortalecidas contra la tentación; están rodeadas de una muralla que no se derribará fácilmente.*

Dios quisiera que nuestras familias fuesen símbolos de la familia del cielo. Recuerden esto cada día los padres y los hijos, y relaciónense unos con otros como miembros de la familia de Dios. Entonces su vida será de tal carácter que dará al mundo una lección objetiva de lo que pueden ser las familias que aman a Dios y guardan sus mandamientos. Cristo será glorificado; su paz, su gracia y su amor compenetrarán el círculo familiar como un perfume precioso.*

Mucho depende del padre y de la madre. Ellos deben ser firmes y bondadosos en su disciplina, y deben obrar con el mayor fervor para tener una familia ordenada y correcta, a fin de que los ángeles celestiales sean atraídos hacia ella y le impartan una fragante influencia y paz.*

Sea el hogar alegre y feliz.-
No olvidéis jamás que por el aprecio de los atributos del Salvador debéis hacer que el hogar sea un sitio alegre y feliz para vosotros mismos y para vuestros hijos. Si invitáis a Cristo a vuestro hogar, podréis discernir entre el bien y el mal. Podréis ayudar a vuestros hijos para que sean árboles de justicia, que lleven los frutos del Espíritu.* Podrán sobrevenir dificultades, pero éstas constituyen la suerte que le toca a toda la humanidad. Resplandezcan la 14 paciencia, la gratitud y el amor en el corazón, por nublado que esté el día.*

El hogar puede ser sencillo, pero puede ser siempre un lugar donde se pronuncien palabras alentadoras y se realicen acciones bondadosas, donde la cortesía y el amor sean huéspedes permanentes .*

Administrad las reglas del hogar con sabiduría y amor, no con vara de hierro. Los niños responderán con obediencia voluntaria a la ley del amor. Elogiad a vuestros hijos siempre que podáis. Haced que sus vidas sean tan felices como fuere posible.... Mantened blando el terreno del corazón por la manifestación del amor y del afecto, preparándolo así para la semilla de la verdad. Recordad que el Señor da a la tierra no solamente nubes y lluvia, sino el hermoso y sonriente sol, que hace germinar la semilla y hace aparecer las flores. Recordad que los niños necesitan no solamente reproches y corrección, sino estímulo y encomio, el agradable sol de las palabras bondadosas.*

No debéis tener disensión en vuestra casa. "Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz." Mansedumbre y paz es lo que anhelamos para nuestros hogares.*

Tiernos lazos que nos unen.-
El vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de la tierra. Estaba destinado a ser una bendición para la humanidad. Y lo es siempre que el pacto matrimonial sea sellado con inteligencia, en el temor de Dios, y con la debida consideración de sus responsabilidades.*

Todo hogar debiera ser un lugar donde reine el amor, donde moren los ángeles de Dios, y donde ejerzan una influencia suavizadora y subyugadora sobre los corazones de los padres y de los hijos.* 15

Debemos hacer de nuestros hogares un Betel, y de nuestros corazones un sagrario. Dondequiera que el amor de Dios sea apreciado en el alma, habrá paz, luz y gozo. Presentad la Palabra de Dios a vuestras familias con amor, y preguntad: "¿Qué ha dicho Dios?" *

La presencia de Cristo hace cristiano el hogar.-
El hogar hermoseado por el amor, la simpatía y la ternura es un lugar que los ángeles visitan con agrado, y donde se glorifica a Dios. La influencia de un hogar cristiano cuidadosamente custodiado en los años de la infancia y la juventud, es la salvaguardia más segura contra las corrupciones del mundo. En la atmósfera de un hogar tal, los niños aprenderán a amar a sus padres terrenales y a su Padre celestial.*

Los jóvenes necesitan, desde su infancia, que se levante una firme barrera entre ellos y el mundo, a fin de que no los afecten sus influencias corruptoras.*
Toda familia cristiana debe ilustrar ante el mundo el poder y la excelencia de la influencia cristiana.... Los padres deben comprender su responsabilidad en lo que concierne a mantener sus hogares libres de toda mancha del mal moral.*

La santidad para con Dios debe compenetrar el hogar.... Los padres y los hijos deben educarse para cooperar con Dios. Deben poner sus hábitos sus prácticas en armonía con los planes de Dios.*

Las relaciones familiares deben ejercer una influencia santificadora. Los hogares cristianos, establecidos y dirigidos de acuerdo con el plan de Dios, contribuyen en forma admirable a la formación de un carácter cristiano.... Los padres y los hijos deben ofrecer juntos un servicio amante al Unico que puede mantener puro y noble el amor humano.*

La primera obra que debe hacerse en un hogar cristiano es asegurarse de que el Espíritu de Cristo more allí, y de que cada miembro de la familia pueda tomar su cruz y seguir a Jesús dondequiera que él le conduzca.*17

2. Los Fundamentos del Hogar
El lugar más atractivo del mundo.-
Aunque incumben a los padres responsabilidades pesadas con respecto a velar cuidadosamente por la felicidad y los intereses futuros de sus hijos, también les incumbe el deber de hacer el hogar tan atractivo como sea posible. Esto tiene consecuencias mucho mayores que la adquisición de bienes y de dinero. El hogar no debe carecer de alegría. El sentimiento familiar debe conservarse vivo en el corazón de los hijos, para que puedan recordar el hogar de su infancia como lugar de paz y felicidad muy próximo al cielo. En tal caso, cuando lleguen a la madurez procurarán a su vez ser un consuelo y una bendición para sus padres.*
El hogar debe ser para los niños el sitio más agradable del mundo, y la presencia de la madre en él debe ser su mayor atractivo. Los niños son por naturaleza sensibles y amantes. Es fácil contentarlos o hacerlos infelices. Por medio de suave disciplina, palabras y actos cariñosos, las madres pueden conquistar el corazón de sus hijos.*

Limpieza, aseo, orden.-
La limpieza, el aseo y el orden son indispensables para la administración apropiada de la familia. Pero cuando la madre considera esas virtudes como deberes de la máxima importancia en su vida y para consagrarse a ellos descuida el desarrollo físico, mental y moral de sus hijos, comete un triste error.*

Debe enseñarse a los creyentes que a pesar de ser pobres no necesitan ser desaseados en su persona o en su hogar. 18 Debe ayudarse al respecto a los que no parecen comprender el significado ni la importancia de la limpieza. Se les debe enseñar que quienes han de representar al Dios santo y alto deben mantener sus almas puras y limpias, y que esa pureza debe abarcar su vestuario y todo lo que hay en la casa, de modo que los ángeles ministradores tengan evidencia de que la verdad obró un cambio en la vida, purificó el alma y refinó los gustos. Los que, después de recibir la verdad, no realizan cambio alguno en su manera de hablar, conducirse y vestirse, así como en su ambiente, viven para sí y no para Cristo. No fueron creados de nuevo en Cristo Jesús, para ser purificados y santificados....

Aunque debemos precavernos contra la ostentación y los adornos innecesarios, en ningún caso debemos ser descuidados e indiferentes con respecto a la apariencia exterior. Cuanto se refiere a nuestra persona y nuestro hogar debe ser aseado y atractivo. Se debe enseñar a los jóvenes cuán importante es presentar una apariencia irreprochable, que honre a Dios y la verdad.*

El descuido del aseo inducirá dolencias. La enfermedad no se presenta sin causa. Han ocurrido violentas epidemias de fiebre en aldeas y ciudades que se consideraban perfectamente salubres, y resultaron en fallecimientos o constituciones destrozadas. En muchos casos las dependencias de las mismas víctimas de esas epidemias contenían los agentes de destrucción que transmitían a la atmósfera el veneno mortífero que había de ser inhalado por la familia y el vecindario. Asombra notar la ignorancia que prevalece con respecto o los efectos de la negligencia y la temeridad sobre la salud.*

Un hogar feliz requiere orden.-
Desagrada a Dios ver en cualquier persona desorden, negligencia y falta de esmero. Estas deficiencias son males graves y tienden a privar a la esposa de los afectos del esposo cuando éste aprecia el orden y el tener hijos bien disciplinados y una casa bien regenteada. 19 Una esposa y madre no puede hacer feliz y agradable su hogar a menos que se deleite en el orden, conserve su dignidad y ejerza un buen gobierno. Por lo tanto, toda mujer deficiente en estas cosas debe comenzar en seguida a educarse al respecto y cultivar precisamente las cualidades de las cuales más carezca.*

Deben fusionarse la vigilancia y la diligencia.-
Cuando nos demos sin reservas al Señor veremos los deberes sencillos de la vida familiar de acuerdo con su verdadera importancia, y los cumpliremos como Dios quiere que lo hagamos. Debemos ser vigilantes y velar por la venida del Hijo del hombre. También debemos ser diligentes. Se requiere de nosotros que obremos y esperemos; debemos unir las dos actitudes. Esto equilibrará el carácter cristiano, y lo hará simétrico y bien desarrollado. No debemos creer que nos toca descuidar todo lo demás y entregarnos a la meditación, el estudio o 1a oración, ni tampoco debemos rebosar apresuramiento y actividad, con descuido de la piedad personal. La espera, la vigilancia y el trabajo deben combinarse. "En el cuidado no perezosos: ardientes en espíritu; sirviendo al Señor." *

Medios de ahorrar trabajo.-
En muchos hogares la esposa y madre no tiene tiempo para leer a fin de mantenerse bien informada ni tiene tiempo para ser la compañera de su esposo ni para seguir de cerca el desarrollo intelectual de sus hijos. No hay tiempo ni lugar para que el querido Salvador sea su compañero íntimo. Poco a poco ella se convierte en una simple esclava de la casa, cuyas fuerzas, tiempo e interés son absorbidos por las cosas que perecen con el uso. Muy tarde despierta para hallarse casi extraña en su propia casa. Las oportunidades que una vez tuvo para influir en sus amados y elevarlos a una vida superior pasaron y no volverán jamás.

Resuelvan los fundadores del hogar que vivirán conforme a un plan más sabio. Sea su fin primordial hacer agradable el 20 hogar. Asegúrense los medios para aligerar el trabajo, favorecer la salud y proveer comodidad.*

Aun la tareas más humildes son obra de Dios.-
Todo el trabajo necesario que hagamos, sea lavar los platos, poner la mesa, atender a los enfermos, cocinar o lavar, es de importancia moral.... Las tareas humildes que se nos presentan deben ser hechas por alguien; y los que las cumplen deben sentir que están haciendo un trabajo necesario y honorable, y que al cumplir su misión, por humilde que sea, realizan la obra de Dios tan ciertamente como Gabriel cuando era enviado a los profetas. Todos trabajan en su orden y en sus respectivas esferas. La mujer en su hogar, al desempeñar los sencillos deberes de la vida que deben ser realizados, puede y debe manifestar fidelidad, obediencia y amor tan sinceros como los que manifiestan los ángeles en su esfera. La conformidad con la voluntad de Dios hace que sea honorable cualquier trabajo que debe ser hecho.* 21

3. El Modelo Edénico del Hogar
Dios preparó el primer hogar del hombre. -
El hogar edénico de nuestros primeros padres fue preparado para ellos por Dios mismo. Cuando lo hubo provisto de todo lo que el hombre pudiera desear, dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza."

El Señor estaba complacido con este ser, el último y el más noble de cuantos había creado, y se propuso que fuese el habitante perfecto de un mundo perfecto. No quería, sin embargo, que el hombre viviera en soledad. Dijo "No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él."*

Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una "ayuda idónea para él," alguien que realmente le correspondía, una persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fue creada de una costilla tomada del costado de Adán, este hecho significa que ella no debía dominarle como cabezas ni tampoco debía ser humillada y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien debía estar a su lado como su igual para ser amada y protegida por él. Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne, era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación. "Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala." "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne."*

Dios efectuó el primer casamiento.-
Dios celebró la primera 22 boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. "Honroso es en todos el matrimonio." Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral.*

El que creó a Eva para que fuese compañera de Adán realizó su primer milagro en una boda. En la sala donde los amigos y parientes se regocijaban, Cristo principió su ministerio público. Con su presencia sancionó el matrimonio, reconociéndolo como institución que él mismo había fundado...

Cristo honró también las relaciones matrimoniales al hacerlas símbolo de su unión con los redimidos. El es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como escogida por él, dice: "Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha."*

Toda necesidad fue suplida.-
Adán fue rodeado de todo lo que su corazón pudiera desear. Toda necesidad era suplida. No había pecado ni indicios de decadencia en el glorioso Edén. Los ángeles de Dios conversaban libre y amablemente con la santa pareja. Los felices cantores emitían sus gozosos trinos de alabanza a su Creador. Los animales apacibles, en su feliz inocencia, jugaban en derredor de Adán y Eva, obedientes a su palabra. En la perfección de su virilidad Adán era la obra más noble del Creador.*

Ni una sombra intervenía entre ellos y su Creador. Conocían a Dios como su Padre benéfico, y en todo se conformaba su voluntad con la de Dios. El carácter de Dios se reflejaba en el de Adán. Su gloria se revelaba en todo objeto de la naturaleza.*

El trabajo asignado para felicidad del hombre.-
Dios ama 23 lo hermoso. Nos ha dado inequívoca evidencia de ello en la obra de sus manos. Plantó para nuestros primeros padres un bello huerto en Edén. Hizo crecer del suelo frondosos árboles de toda descripción, para que fuesen útiles y ornamentales. Formó las hermosas flores, de rara delicadeza, de todo matiz y color, que esparcían perfume por el aire. . . . Dios quería que el hombre hallase felicidad en su ocupación: el cuidado de las cosas que había creado, y que sus necesidades fuesen suplidas por los frutos de los árboles que había en el huerto.*

A Adán fue dada la obra de cuidar el jardín. El Creador sabía que Adán no podía ser feliz sin ocupación. La belleza del huerto le deleitaba, pero esto no bastaba. Debía tener trabajo que diera ejercicio a los admirables órganos de su cuerpo. Si la dicha hubiese consistido en estarse sin hacer nada, el hombre, en su estado de inocencia, habría sido dejado sin ocupación. Pero el que creó al hombre sabía qué le convenía para ser feliz; y tan pronto como lo creó le asignó su trabajo. La promesa de la gloria futura y el decreto de que el hombre debe trabajar para obtener su pan cotidiano provinieron del mismo trono.*

El hogar cristiano honra a Dios.-
Los padres y las madres que ponen a Dios en primer lugar en su familia, que enseñan a sus hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, glorifican a Dios delante de los ángeles y delante de los hombres, presentando al mundo una familia bien ordenada y disciplinada, una familia que ama y obedece a Dios, en lugar de rebelarse contra él. Cristo no es un extraño en sus hogares; su nombre es un nombre familiar, venerado y glorificado. Los ángeles se deleitan en un hogar donde Dios reina supremo, y donde se enseña a los mitos a reverenciar la religión, la Biblia y al Creador. Las familias tales pueden aferrarse a la promesa: "Yo honraré a los que me honran." Y cuando de un hogar tal sale el padre a cumplir sus deberes diarios, lo hace con 24 un espíritu enternecido y subyugado por la conversación con Dios.*

Sólo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres. Cristo puede transformar todas las aguas comunes de la vida en vino celestial. El hogar viene a ser entonces un Edén de bienaventuranza; la familia, un hermoso símbolo de la familia celestial.* 25


(El Hogar Cristiano de E. G. de White)

sábado, 18 de junio de 2011

13. “TIEMPO DE SABER DECIDIR” CURSO ¡TIEMPO JOVEN!


De Corazón a Corazón
“Una Ventana Abierta al Camino del Éxito Juvenil”
Tiempo Joven Lección 13/13

¡Mucho gusto de saludarte! Ahora que nos habíamos hecho amigos, nos toca pensar en despedirnos... Queremos que sepas que hemos disfrutado de tu amistad, y que te tuvimos un afecto sincero. Esperamos que los trece capítulos del curso te hayan agradado y te hayan ofrecido lo que tú esperabas de su contenido. ¡Te felicitamos por haber llegado a este último tema! Pensemos en la importancia de una sola decisión. La mayor señal de inteligencia en un muchacho o en una chica es su capacidad para tomar decisiones correctas.


En los montes alpinos de Suiza hay un lugar donde se puede arrojar un pedazo de madera en cierta dirección y llegará, a través del río Danubio, al Mar Negro. Arrojando ese mismo trozo en otra dirección, viajará a través del Rhin hacia el Mar del Norte. Y también desde allí es posible echar el pedazo de madera hacia el nacimiento del río Ródano. Y en tal caso llegará al Mar Mediterráneo.

Aunque los tres mares están muy distantes entre sí, la madera podría llegar a cualquiera de ellos. Todo depende de la decisión que tome quien la arroje. Y lo que pasa con la madera, ocurre también con nuestra vida. Todo depende del rumbo que elegimos, es decir, de las decisiones que tomamos. A cada momento del día estamos decidiendo hacia dónde nos inclinamos y adónde llegaremos.

Algunas decisiones son de menor importancia; otras, de la mayor trascendencia. Pero todas exigen un mínimo de inteligencia y sentido común. Tú tienes esta página en la mano porque lo decidiste. Te vistes de una manera u otra, te levantas tarde o temprano, trabajas o estudias, vas y vienes, todo, absolutamente todo lo que haces es porque primero así lo has decidido.

¿Te has preguntado alguna vez dónde piensas pasar la eternidad?

Esto también depende de tus propias decisiones. Parece exagerado, ¿verdad? Pero no lo es. Si bien Dios ha hecho amplia provisión para asegurar nuestra vida eterna (según lo vimos en el capítulo 9), nosotros debemos decidir si aceptamos o no esa provisión divina.

Y para ello debemos preguntarnos:
1) ¿Cuál será mi relación con Dios?
2) ¿Aceptaré el camino de la eternidad que El nos ofrece?
3) ¿Hacia dónde se inclina mi vida?

Estas preguntas, además de hacernos pensar, demandan de nosotros una decisión sabia. El presente capítulo tiene por objeto ayudarte en tus decisiones y convicciones, a fin de que puedas alcanzar la meta superior de la eternidad.

1. LA TRISTEZA Y LA ALEGRIA
Cierto día un muchacho acaudalado fue corriendo a Jesús, para preguntarle cómo podía obtener la vida eterna. Y el Maestro le dijo: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos... Anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme” (S. Mateo 19:17, 21).

Pero el muchacho tenía un marcado amor por sus riquezas. Tenía su corazón puesto en ellas. No estuvo dispuesto a compartir siquiera parte de sus bienes. Por eso, al oír la palabra de Jesús, “se fue triste, porque tenía muchas posesiones” (id., 22).

¡Tanto interés tenía en alcanzar la vida eterna, y sin embargo tenía más interés en conservar egoístamente sus riquezas materiales! Hasta pudo haber sido uno de los discípulos de Cristo, porque el Señor le dijo: “Ven, y sígueme”. Pero desechó la invitación. Su dinero lo atrajo más que Cristo.

Era un muchacho bueno, pero materialista. ¿No crees que se equivocó en la decisión que tomó? Pero lo llamativo es que “se fue triste” cuando se alejó de Jesús. Hasta hoy, toda vez que alguien le da las espaldas a Cristo, vive con tristeza y con un gran vacío interior. Sólo Él puede dar felicidad y plenitud espiritual. Nada mejor, entonces, que convivir con Jesús y andar en su camino. ¿No te parece?

Y en contraste con la tristeza del joven rico, nos encontramos con un hombre que descubrió el secreto de la alegría. Era natural de Etiopía. Había viajado a la cuidad de Jerusalén, y ahora regresaba a su tierra. En aquel largo trayecto, el hombre dedicó tiempo para leer parte de los Escritos Sagrados, aunque no entendía su significado. Entonces el predicador Felipe, uniéndose al etíope en el viaje, le enseñó detalladamente el evangelio de Cristo. Como resultado de aquella conversación, el etíope dijo: “Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios” (Hechos de los Apóstoles 8:37).

Y a continuación, por pedido expreso de él, fue bautizado por Felipe a la vera del camino, en un sitió donde había suficiente agua para recibir el bautismo cristiano por inmersión. Y el relato bíblico termina diciendo que el etíope “siguió gozoso su camino” (id., 8:39). El Cristo que acababa de aceptar en su corazón lo hizo feliz.

¿Notas el gran contraste entre la actitud del joven rico y la del etíope? Uno rehusó seguir a Cristo, y se quedó con su tristeza, y con ella vivió y murió. (¿Podría haber algo más deprimente que un joven triste?) El otro, el etíope, decidió hacerse cristiano, y a partir de entonces fue una persona feliz.  ¡Siempre hay felicidad siguiendo a Cristo! ¿Lo sabías?

2. UNA RESPUESTA INMEDIATA
A orillas del Mar de Galilea se encontraban cuarto jóvenes pescadores realizando su trabajo de rutina. Inesperadamente, recibieron la visita de Jesús. Primero, Pedro y su hermano Andrés, a quienes les dijo: “Venid en pos de mi” (S. Mateo 4:19). Y “al instante le siguieron”. Después, Jacobo y su hermano Juan, a los cuales Jesús les extendió la misma invitación. Y ellos respondieron igual que los anteriores: “Dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron” (id., 4:22).

¡Qué admirable fue la prontitud con que respondieron estos cuatro discípulos! No vacilaron, ni pidieron tiempo para pensarlo. “Al instante” se dispusieron a seguir a Jesús. Y nunca se arrepintieron de tal decisión. Por el contrario, con el paso del tiempo se afirmaron más y más en ella, y se convirtieron en los poderosos apóstoles que llevaron bendición a millones de personas.

La antigua invitación de Cristo se prolonga hasta nuestros días. El quiere llegar al corazón de cada chica y cada muchacho, incluyendo el tuyo, para obtener la misma respuesta que dieron los discípulos de ayer. A menudo hay quienes dicen: “Hoy no, pero mañana sí”. Y de esta manera van postergando su decisión, y privándose de la amistad con Cristo.

Eso le ocurría a una muchacha, cuya madre cristiana siempre la instaba a ser una seguidora de Cristo. Pero la chica solía contestar que “más adelante” lo haría. Y un día esta hija cayó enferma, y debió ser hospitalizada. Entonces su mamá elaboró un plan. Le llevaría a su hija un hermoso ramo de rosas, que eran las flores de su predilección. Cuando la chica vio aquel precioso ramo y sintió la fragancia de las rosas, le agradeció profundamente a su madre.

Pero ella le dijo: “Si querida, estas flores son para ti, pero por ahora las voy a guardar y te las daré otro día”. “No entiendo –repuso la hija-, si me las entregas otro día, ya estarán marchitas”. Entonces la madre le explicó: “Eso mismo es lo que estás haciendo con tu vida. Se la quieres entregar a Cristo, pero dices que ‘más adelante’, no ahora.

¿Esperarás hasta que tu vida se marchite? ¿No podrías hacerlo hoy mismo?”

Después, la madre le recordó a su hija estas dos declaraciones bíblicas:
“He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:15; 4:7). Entonces se produjo el final feliz: la hija le entregó su vida a Cristo, y recibió emocionada las rosas de su madre.

3. VOCES ENGAÑOSAS
Cuando un joven o una chica se deciden a seguir a Cristo, como finalmente ocurrió con la muchacha del relato anterior, no es raro que aparezcan los amigos y allegados con sus “inteligentes comentarios”. Alguno podrá decir: “¿Por qué te vas a privar de la alegría de la vida? ¡Si todavía eres joven!”. ¿Es que acaso el joven cristiano no puede ser feliz? ¡Por el contrario! Bien dijo un muchacho: “Sólo fui realmente feliz cuando conocí a Cristo”. Nada proporciona mayor alegría al corazón de un joven que la sensación de vivir junto a Dios.

Otro concepto erróneo es el que dice: “No te tomes la fe religiosa tan en serio”. ¡Cuán difícil es conformar a la gente! Si el joven toma livianamente su fe, no faltarán quienes le dirán que es superficial y que sólo es un cristiano de nombre. Pero si ese mismo joven practica correctamente su fe, alguno lo tildará de “exagerado” o “fanático”. Sin embargo, la verdadera religión de Cristo, sustentada por las Sagradas Escrituras, nunca vuelve extremista a nadie. Es precisamente al revés. El muchacho o la chica creyente tienen equilibrio, sensatez y madurez en sus sentimientos y en todo lo que hace. Tomar “en serio” la fe cristiana es rechazar el mal en todas sus formas, y a la vez gozar de una conciencia en paz.

Una tercera idea que a veces se escucha, es la siguiente: “Por causa de tu fe perderás a tus amigos”. Pero seamos sinceros. ¿Te parece que podrías perder a los buenos amigos por el hecho de entregar tu vida a Cristo? Sí, quizá te dejen los malos amigos, que de todos modos te convenía perder.

Pero aquellos que te quieren y respetan, jamás se irán de tu lado por causa de tu fe. Más bien, te admirarán y te querrán más. Y especialmente, podrás serles de ayuda como un mejor amigo de ellos. Lo que realmente importa es que gracias a la fe ganas a un Amigo, El mejor de todos, el que tanto te quiere que dio su vida en tu favor. ¡Mientras El permanezca a tu lado, lo demás tendrá menor importancia! Ahora que sabes que existen éstas y otras “voces engañosas”, carentes de fundamento, ¿cómo podrías hacerles caso?
¿No te parece?

Por eso el sabio Salomón escribe: “Compra la verdad, y no la vendas” (Proverbios 23:23), aunque escuches “voces engañosas” que la quieran arrancar de tu corazón. Dios le dice a cada joven: “Dame, hijo mío, tu corazón (id., 23:26).

4. ¿DÓNDE PASARLA ETERNIDAD?
El lujoso trasatlántico Titánic avanzaba por las frías aguas del Atlántico Norte. Realizaba su viaje inaugural de Inglaterra a los Estados Unidos. Se lo había proclamado como un barco “insumergible”. Pero la enorme nave, de unas tres cuadras de largo y de una altura equivalente a un edificio de once pisos, chocó contra un gigantesco témpano de hielo. Y a las pocas horas aquella cuidad flotante se hundía para siempre en el fondo del mar. Más de 1,500 personas perdieron la vida aquella noche del 15 de abril de 1912.

Pero quizás lo que más impresiona de este memorable naufragio es que podría haberse evitado. El capitán estaba tan seguro de que el Titánic no podría hundirse, que desoyó las reiteradas advertencias de otros barcos que anunciaban la presencia de témpanos de hielo en esa región. ¡Qué arrogancia, y qué falsa seguridad! Al extremo de que, aun después del choque fatal, el capitán rehusó la ayuda que le ofrecieron varios barcos cercanos. Podría haberse salvado la vida de muchísimos más tripulantes y pasajeros, pero aquella ciega arrogancia lo impidió.

Ese barco de triste recuerdo bien puede simbolizar la marcha del mundo actual. Incluso, puede simbolizar nuestra vida individual. Si somos arrogantes y desechamos las advertencias y la ayuda de Dios para este tiempo, con toda seguridad terminaremos mal. Como vimos en el capítulo 7 de nuestro curso, estamos viviendo en los días finales de la humanidad. El Señor Jesucristo volverá en breve a la tierra para acabar definitivamente con el mal, y para llevar a sus fieles seguidores al reino eterno de Dios. ¿Te estás preparando para ese día?

"Delante de nosotros se presentan sólo dos caminos, dos destinos. O vamos por el camino del error, para sufrir la misma suerte del Titánic, o aceptamos la propuesta de salvación que Cristo nos ofrece en su divina Palabra. ¿En qué consiste esta propuesta? 
En la siguiente cadena, compuesta de estos 8 eslabones:"
- Fe
- Humildad
- Aceptación
- Entrega
- Vida nueva
- Fortaleza
- Esperanza
- Eternidad.

Si te tomas de esta cadena salvadora no te hundirás, llegarás al destino feliz de la vida eterna. ¿Habías pensado en esto?

5. ¿QUÉ HARE DE JESUS?
La Palabra de Dios presenta a Cristo como el Creador de todas las cosas, el Sustentador de nuestra vida, el Sustituto que murió en nuestro lugar, el Salvador que nos libró de la muerte eterna, el Reconciliador que nos une a Dios, el divino Mediador entre nosotros y el Padre, el maravilloso Amigo de la juventud, el poderoso Ayudador en todas nuestras necesidades, y e l Rey de reyes que próximamente vendrá para llevarnos al reino de los cielos.

Frente a un Cristo tal, incomparable y sublime, bien podrías formularte la misma pregunta que una vez pronunció Pilatos: “¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?” (S. Mateo 27:22). Lamentablemente, debido a su cobardía, Pilatos entregó a Jesús para que fuera crucificado. Tuvo la gran oportunidad de aceptar a Cristo como el Enviado de Dios, pero dejó que la oportunidad se deslizara por su corazón. No supo decidir, y se perdió para siempre. Su posterior remordimiento lo llevó a quitarse la vida. Pilatos no supo contestar su propia pregunta. Y tú, hoy, ¿qué respuesta tendrás? La pregunta es: “¿Qué haré de Jesús?”

Todo muchacho o chica que quiera contestarla sabiamente, bien podría decir: “Yo me quedo con Cristo. Quiero que El sea mi mejor Amigo, mi fuerte Ayudador y mi eterno Salvador. Le doy mi corazón, para que El conduzca toda mi vida”. ¿Te agradaría decirle a Jesús palabras parecidas a éstas?

Descontamos que sí. Por lo tanto, ¡nuestra más profunda felicitación! Y ahora que has tomado la mejor decisión de tu vida, afírmate en ella, nunca la abandones. Y más aún, habla a otros acerca de tu maravilloso Salvador. Compartiendo esta belleza espiritual con tus amistades, crecerás en tu decisión, aumentará tu felicidad y ganarás a otros para Cristo. ¿No te parece precioso todo esto?

Si me permites entrar en tu corazón, podré dirigir y bendecir tu vida.



Un camino fácil y efectivo para lograr este propósito consiste en avisar a todos los jóvenes que puedas de este curso gratuito que ha sido de tanta ayuda para tu vida. Deseamos que sepas que este curso TIEMPO JOVEN está ayudando a miles de jóvenes a gozar de una vida transformada.

6. TODO TE SALDRÁ BIEN
¿No crees que te irá bien en todo lo que hagas sí, con la dirección de Dios, pones en práctica lo que has estudiado en el curso? Ciertamente,
1) alcanzarás los buenos ideales y sueños de tu vida,
2) tendrás alegría y optimismo,
3) serás más útil a los demás, y
4) caminarás hacia la eternidad.


En otras palabras, TODO TE SALDRÁ BIEN...
1) Si sabes elegir y actuar correctamente en tus años juveniles. (Repasa los dos primeros capítulos del curso).

2) Si tienes un encuentro con Cristo y su divina Palabra. Esto pondrá vida nueva en tu ser y embellecerá tu carácter. (Lo dijimos en el capítulo 3).

3) Si cuidas tu salud y cultivas buenos hábitos de vida bajo la dirección del altísimo, tal como lo decimos en nuestro capítulo 4.

4) Si conservas una moral elevada, con un corazón limpio y una mente gobernada por el Espíritu de Dios. (Recuerda lo estudiado en el capítulo 5).

5) Si orientas tu noviazgo hacia la formación de un hogar cristiano, según los conceptos del capítulo 6.

6) Si crees en el pronto retorno de Cristo a la tierra, y te preparas espiritualmente para ese día. (Lee otra vez el capítulo 7).

7) Si tomas en cuenta y practicas lo que dicen los capítulos restantes, desde el Nº 8 hasta el último el N° 13. TODO TE SALDRÁ BIEN...

Nuestra palabra final es para despedirnos con un abrazo de amistad. Quedamos a tus órdenes para lo que podamos servirte. Deseamos que te sigas superando en todos los aspectos de tu vida, y que puedas decir con San Pablo: “Extendiéndome a lo que está delante, prosigo” (Filipenses 3:13-14). Esta es la hermosa ley de la vida cristiana: siempre proseguir, crecer, mejorar. Y a medida que Dios te ayude a avanzar, dile con gratitud y reconocimiento: “Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti” (Salmos 16:1).

¿Lo harás? ¡Muchas felicidades! ¡Dios te bendiga!

Este curso te llegó por gentileza de nuestro programa, el cual está respaldado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La palabra “adventista” se aplica al creyente en el segundo advenimiento de Cristo. Y la expresión “séptimo día” se refiere al séptimo día de la semana, el sábado, que Dios estableció como el día de Reposo.

La Iglesia Adventista desarrolla en todo el mundo la labor que Cristo señalara con su ejemplo, quien enseñaba, sanaba y predicaba (S. Mateo 4:23). Mediante escuelas, colegios y universidades enseñamos los principios del Evangelio, además de las otras asignaturas. A través de la obra de sanatorios, clínicas, dispensarios, y aun de avionetas y lanchas médicas –como las que usamos en el río Amazonas y en otros lugares–, tratamos de sanar y prevenir la enfermedad. Por medio de templos o pequeñas capillas, por la prensa, la radio, la televisión, y la Internet, estamos predicando el Evangelio que salva y ennoblece. Esta abarcante actividad se lleva a cabo en unos 200 países. Te invitamos a alistarte con millones de Jóvenes de todas las latitudes, que aman este maravilloso Evangelio de Jesús que has estudiado en este curso. “Porque es Tiempo de Saber Decidir”  

La voz.org

viernes, 17 de junio de 2011

12. “TIEMPO DE SABER IMITAR” CURSO ¡TIEMPO JOVEN!


De Corazón a Corazón
“Una Ventana Abierta al Camino del Éxito Juvenil”
Tiempo Joven Lección 12/13

¡Hola! ¿Cómo te va? Deseamos que te encuentres bien. Nosotros, contentos de poder dialogar contigo, y de enviarte nuestro afectuoso saludo. Como notas, éste es el penúltimo tema de nuestro curso. Apenas uno más, y habrás llegado a la meta que te propusimos en un comienzo.

Cierto joven príncipe vivía atormentado a causa del defecto físico que padecía. Al mirarse en el espejo y compararse con los demás, comprendía que no podía ser feliz con esa fea joroba. ¡Cuánto deseaba tener una espalda recta! Y en su dolor, solía ir al jardín de su residencia palaciega, y allí se colocaba delante de la estatua de un atleta que adornaba el lugar.

En su contemplación solitaria, el príncipe se decía: “¡Quién pudiera ser como él!” Hasta que una vez se propuso observar cada día la estatua, con el propósito de imitarla y esforzarse para enderezar su espalda. Las semanas y los meses fueron pasando, y aquella contemplación diaria y aquel esfuerzo constante produjeron el milagro.

El príncipe ya no era el mismo. Su rostro era otro, y su espalda también. ¡La joroba había desaparecido por completo! Gracias a su inteligente imitación, el joven príncipe superó su defecto físico y fue feliz. Y lo que le ocurrió a él es apenas una muestra de lo que puede lograr cualquier otro joven cuando se propone imitar lo bueno. Precisamente, tomando en cuenta este hecho, deseamos ofrecerte en este tema un breve desfile biográfico.

Recordaremos a diversos personajes, a los cuales puedas imitar para triunfar en la vida. Como comprenderás, en este “desfile” podríamos incluir muchísimos nombres. Y no ha sido fácil decidir con cuáles quedarnos.

Por fin, nos pareció que lo mejor sería recurrir a las biografías bíblicas, que siempre dicen la verdad y destacan tanto las virtudes como los errores de sus personajes. No se exceden en elogios ni tampoco pasan por alto las faltas cometidas. Son biografías imparciales y confiables. Pero la Biblia contiene muchas biografías. ¿Cómo hacer la selección?
¿Cuáles serían las vidas jóvenes que más nos convendrían recordar?

Después de pensar detenidamente, optamos por los siete nombres que encontrarás en este capítulo. Nuestro espacio es limitado. Por lo tanto, también tuvimos que limitar nuestro “desfile”. Se trata de vidas jóvenes, como la tuya. Vidas que hablan con un lenguaje claro y convincente.

Te sugerimos que te observes en ellas, para saber cómo evitar el mal y cómo hacer el bien. Para tu asombro, descubrirás que el mismo Dios que engrandeció esas vidas, podrá engrandecer la tuya también.


1.  EL PASADO ILUMINA EL PRESENTE
Aunque los personajes que vamos a recordar vivieron hace siglos, lo que ellos debieron experimentar arroja luz y orientación para la juventud de todos los tiempos, incluyendo tu propia vida. Algunos de ellos procedieron mal en un comienzo, cometieron grandes errores. Pero estuvieron dispuestos a aprender y a cambiar. Fueron capaces de luchar contra la corriente, y se abrieron paso de manera ejemplar.

Tú sabes cuán fácil es hacer lo que hacen los demás, aunque se trate de algo malo. Por eso, cuando una chica o un muchacho comete una mala acción, tiende a justificarse diciendo:
“¿Qué hay de malo? ¡Si todos los demás lo hacen!” Y de esta manera cae inconscientemente en la trampa de imitar lo negativo que hay en otros, con lo cual puede arruinar su carácter o adquirir malos hábitos de vida.

Una de las características típicas de la juventud es justamente la imitación, sin que por eso deba perderse la propia individualidad. Todos aprendemos imitando a los demás. Sin embargo, así como existe la imitación constructiva, existe también la que es destructiva, que ha llevado a muchísimos jóvenes por caminos de ruina y fracaso.

En las pinceladas biográficas que vienen a continuación te encontrarás con personas y acciones dignas de tu imitación.

2. TODOS PODEMOS CAMBIAR
JUAN
Este fue unos de los doce discípulos de Cristo. Aunque aceptó “al instante” la invitación para ser seguidor del Maestro (S. Mateo 4:21-22), estaba lejos de poseer inicialmente un buen carácter.

¿Quieres saber cómo era Juan? Tenía ambición de poder. Y le pidió a su madre que interviniera frente a Jesús, para que él y su hermano Jacobo tuvieran los cargos de mayor jerarquía en el reino terrenal que, según ellos, Jesús iba a establecer en breve.

En otra oportunidad, con su hermano, Juan se mostró iracundo y vengativo contra la población de cierta aldea, y quiso que cayera fuego del cielo para que consumiera a todos. No de balde, Juan y Jacobo eran conocidos como “hijos del trueno”, y fueron reprendidos por el Maestro.

Pero lo admirable en Juan fue el cambio que se operó en su vida. Reconoció sus debilidades y estuvo  dispuesto a combatirlas. Aprendió de Jesús, y llegó a imitarlo en su conducta. Terminó siendo conocido como “el discípulo del amor”. Escribió cinco de los 66 libros que contiene la Biblia: el Evangelio y las tres epístolas que llevan su nombre, y el libro de Apocalipsis.

Lo que aprendió de Jesús en los días de su juventud, Juan lo atesoró y lo compartió durante su larga vida. El cambio que se operó en su carácter muestra que todos podemos cambiar, si acudimos a Cristo y pedimos su dirección divina. Tú puedes llegar a ser como él: valiente, amante, humilde y útil en las manos de Dios.


3. NO SE DEJARON CONTAMINAR
JOSÉ Y DANIEL
Estos dos muchachos descuellan por la pureza de su vida y la firmeza de sus principios. Por el lugar corrompido en que les tocó actuar, fácilmente podrían haberse echado a perder. Pero ambos fueron un modelo de virtud.


José  fue arrancado cruelmente de su familia, cuando aún era adolescente. Llevado como esclavo a Egipto, y tentado allí por la atracción carnal, desechó sin embargo, toda forma de inmoralidad. En su soledad se propuso ser fiel a Dios, y Dios lo bendijo admirablemente. Llegó a ocupar el cargo más importante de todo Egipto, después de Faraón. Supo perdonar a sus malvados hermanos, y les dio alimento para que no se murieran de hambre. José fue siempre confiable, honrado, prudente y generoso. Fue utilizado por Dios para hacer su gran obra. (Su historia aparece en Génesis, caps. 37, 39-45).

Daniel  también fue arrancado de su casa. Como muchacho cautivo en tierra extraña, podría haber imitado el comportamiento pagano de sus compañeros. Pero tomó la valiente decisión de no contaminarse, ni con la comida del rey ni con las costumbres de la casa real de Babilonia donde se lo estaba educando. Y Dios premió su conducta fiel e inteligente. Daniel llegó a ser un gran profeta, un notable consejero real en Babilonia, y gobernador en el Imperio Medopersa. Tenía por costumbre orar tres veces por día. (Puedes leer su historia completa en Daniel, caps. 1-6).

José y Daniel vivieron en épocas y lugares muy diferentes. Pero ambos por igual actuaron con total limpieza moral. Y Dios los recompensó.

¿No te parece que ellos nos hablan desde el fondo de la historia, para decirnos cuál es el verdadero camino del éxito? ¡Cuánto se logra buscando siempre la dirección de Dios!

El mundo de hoy es competitivo y difícil; está contaminado y distorsionado. Pero dependiendo de Dios, tú puedes vivir con limpieza y grandeza. Puedes llegar a ser como José o Daniel. ¿Por qué no?

4.  MUJERES EJEMPLARES
ESTER
¿Conoces algo de su vida, según la narra el libro bíblico que lleva su nombre?
Aquí sólo deseamos destacar el mérito de su gran valentía. Huérfana de padre y madre, y agraciada físicamente, llegó a ser la reina elegida por el rey medopersa Asuero. Pero no todo le fue fácil a la reina Ester. Abrirse paso significa resolver problemas, afrontar dificultades y luchar con tesón. Y eso le ocurrió a Ester. Ella era hebrea de nacimiento. Y en un momento dado se había decretado la muerte de todos los judíos que había en el vasto imperio.

¿Qué podía hacer Ester para impedir esa injusta matanza? Entrevistar al rey, para interceder a favor del pueblo amenazado. Pero la reina no tenía libre acceso al rey. Sólo podía llegar al rey si él se lo pedía. De lo contrario podía ordenarse su muerte. Y aquí aparece el valor de Ester. Decidió arriesgar su vida y presentarse delante del rey; y dijo: “Si perezco, que perezca”. Con extraordinaria sagacidad supo hacerse recibir por el rey, a quien luego le preparó dos banquetes antes de interceder para salvar la vida de todo el pueblo hebreo. Su plan resultó un éxito completo.

¿Qué puedes aprender de ella para tu vida de joven mujer?

Puedes imitarla en su prudencia, su habilidad social, su notable valentía y su confianza en Dios. Nuestra sociedad de hoy necesita mujeres como Ester: decididas, pero prudentes; sociables, pero puras; valientes, pero humildes; creyentes en Dios, pero además dispuestas a hacer la voluntad divina. Dios te invita a ser una mujer tal.

MARÍA
¡La bienaventurada virgen María! La madre de Jesús. La mujer sobre quien recayó el sagrado privilegio de traer al mundo al Niño de Belén. Los evangelios no abundan en referencias a la persona de María. Pero el solo hecho de que fuera elegida para ser la madre de Jesús habla por sí mismo. ¿No te parece?

María fue una mujer humilde y espiritual. Aceptó dócilmente los planes que Dios tenía para su vida. Además, fue discreta. Lejos de hablar a otros sobre su misión incomparable, “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (S. Lucas 2:19). Evitó así envidias y habladurías innecesarias. Sin duda alguna, como joven madre, María también fue una mujer de oración. Allí encontró la fuente de su sabiduría para educar al Niño puesto bajo su cuidado. De sus labios partieron las nobles enseñanzas que le ayudaron a Jesús a crecer “en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”
 (S. Lucas 2:52).

María fue pobre y sufrida. Soportó penosos viajes: primero a Belén, y después a Egipto. Jesús no se crió en la abundancia ni entre algodones. Su hogar conoció la lucha y el trabajo del artesano. Mientras otras mujeres se concentraban en las comodidades materiales de su casa, María se dedicaba a formar el carácter del Salvador del mundo. ¡Cuánto le debemos a esta maravillosa mujer! Y por fin, la misma madre que cuidó del Niño en el pesebre, estuvo a su lado para animarlo cuando los hombres lo clavaron en la cruz.

María es un ejemplo digno de ser imitado por las madres de todos los tiempos.

Aun aquella mujer que espera ser madre algún día, hará bien en imitarla desde ahora. A su tiempo, esto le permitirá ser una buena esposa y una mejor madre. ¡Cuán diferente sería nuestro mundo su hubiese más mujeres como María!  ¡Que Dios te ayude a ser como ella!

5.  UNO ENCUENTRA AL OTRO
PABLO
Ex perseguidor de los cristianos. “Entrando casa por casa ... los entregaba en la cárcel” (Hechos de los Apóstoles 8:3). Tanto odiaba a los cristianos, que respiraba “amenazas y muerte” contra ellos (id., 9:1). Pero Pablo (hasta entonces de nombre Saulo) era tan cruel como sincero. Y un día tuvo el encuentro de su vida. Mientras iba a la ciudad de Damasco realizando su obra perseguidora, derepente fue cegado por una intensa luz celestial que lo hizo caer de su cabalgadura.

Entonces el altanero perseguidor escuchó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, por qué me persigues?” Y él preguntó: “¿Quién eres, Señor?” Y la voz respondió: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (id., 9:4-5). A partir de ese instante comenzó la nueva vida de quien llegaría a ser el insigne apóstol San Pablo.  De perseguidor, Pablo pasó a ser defensor de la fe cristiana. En sus largos viajes como incansable predicador llevó fe, amor y salvación a multitudes. Y aunque debió padecer la persecución de sus enemigos, se mantuvo firme en su posición cristiana. Tan identificado estaba con Jesús, que llegó a decir: “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21).

Tan seguro estaba de su fe, que escribió: “Yo sé a quién he creído” (2 Timoteo 1:12). Tan enriquecido se sintió siguiendo y sirviendo a Cristo, que dijo: “Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo” (Filipenses 3:7).

Basta con leer las catorce epístolas del gran apóstol para comprender la belleza de su enseñanza, la grandeza de su vida y los alcances de su obra. Pablo fue un hombre joven que se dejó transformar por Cristo, y luego fue usado por El para difundir el mensaje de la redención. Te animarías a imitar a Pablo?  Sí, tú podrías disfrutar de tu juventud creyendo como él, amando como él, y viviendo como él. ¡Vale la pena intentarlo!

JESÚS
El Mejor, el Mayor, el Amigo leal de la juventud. El Personaje que Pablo encontró en su camino. El mismo que tú también puedes encontrar: en el campo o en la ciudad; en tu casa o en el templo; en el aula o en el taller; en la oficina o en la calle. Siempre está a tu lado. Pone su mano sobre tu hombro, para animarte. Te habla a la conciencia, para guiarte.

Te ofrece su santa Palabra, para enseñarte. Te regaló su vida, para salvarte. Todo nuestro curso no bastaría para escribir su biografía. Nació en Belén como el Enviado de Dios. Se crió en Nazaret, pueblo proverbial por su inmoralidad, pero no se dejó contagiar. Vivió una vida perfecta y ejemplar.

Enseñó la doctrina suprema del amor. Nos dio y nos sigue dando su vida por amor. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por lo siglos” (Hebreos 13:8).

Cuanto de bueno exista en el mundo o en tu vida se debe a Él. Podemos depender de El e imitarlo sin temor a equivocarnos. Nos haría mucho bien preguntarnos con frecuencia:

“¿Qué haría Jesús si estuviera en mi lugar?”

Esto nos ayudaría a ser más nobles y mejores cristianos. Dice San Pedro que Cristo nos dejó “ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 S. Pedro 2:21).  ¡Dios te bendiga al seguir las pisadas de Cristo!   “Imita lo bueno y rechaza lo malo. Así triunfarás en lo que hagas”

6.  TODO TE SALDRÁ BIEN
Reconocemos que nuestro “desfile” biográfico fue muy breve. Pero a lo menos nos ha mostrado cuánto podemos aprender de las virtudes ajenas, a fin de reproducirlas en nuestra propia experiencia. Todos los personajes comentados le dieron a Dios el primer lugar en su vida. De allí su éxito y el ejemplo que nos dejan hasta hoy.

En tu deseo de tener una juventud triunfante, conviene que recuerdes que
TODO TE SALDRÁ BIEN…
1. Si no juegas con el mal y pides la dirección de Dios en todo lo que haces.
2. Si estás dispuesto o dispuesta a mejorar tu carácter, como ocurrió con el discípulo Juan.
3. Si practicas la integridad, la corrección y la fe que demostraron tener José y Daniel. Entonces los demás te elogiarán y Dios te sostendrá.
4. Si te muestras valiente como la reina Ester, para saber defender una causa justa.
5. Si puedes ser pura, humilde, discreta, creyente y abnegada como la madre de Jesús. Con Dios todo es posible.
6. Si sabes identificarte por completo con Cristo como lo hizo San Pablo.
7. Si imitas cada día, tanto como te sea posible, la vida perfecta del joven Jesús e Hijo de Dios.

Mientras meditas sobre todo esto, deseamos que Dios te ayude a tomar las mejores decisiones y te dé la mayor prosperidad.


PARA RECORDAR
Cuanto de bueno exista en el mundo o en tu vida se debe a la obra y a la influencia de Cristo. El siempre está a tu lado. Puedes depender de El e imitarlo sin temor a equivocarte. Te haría mucho bien preguntarte con frecuencia:
“¿Qué haría Jesús si estuviera en mi lugar? ” Esto te ayudaría a ser cada día un mejor cristiano. ¡Porque es Tiempo de Saber Imitar!

Nuestro próximo capítulo: “TIEMPO DE SABER DECIDIR”: Un hermoso tema para poner fin a nuestro curso.

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