73. Nuestras Necesidades Sociales
Dios proveyó para nuestras necesidades sociales.-
En los arreglos hechos para la educación del pueblo escogido, se pone de manifiesto que la vida que tiene por centro a Dios, es una vida completa. El provee el medio de satisfacer toda necesidad que ha implantado, y trata de desarrollar toda facultad impartida.
Como Autor de toda belleza, y amante de lo hermoso, Dios proveyó el medio de satisfacer en sus hijos el amor a lo bello. También hizo provisión para sus necesidades sociales, para las relaciones bondadosas y útiles que tanto hacen para cultivar la simpatía, animar y endulzar la vida.*
Influencia de las compañías.-
Cada uno hallará compañeros o los hará. Y la intensidad de la amistad determinará la influencia que los amigos ejerzan unos sobre otros, para bien o para mal. Todos tendrán amistades, influirán en ellas y recibirán su influencia.* Dios recalca mucho la influencia de las compañías, aun sobre los hombres y las mujeres. ¡Cuánto mayor es su poder sobre la mente y el carácter de los niños y los jóvenes que están en pleno desarrollo! Las compañías que traten, los principios que adopten, los hábitos que adquieran, decidirán su utilidad aquí y su destino futuro. . . .
Es inevitable que los jóvenes tengan compañías, y necesariamente sentirán su influencia. Hay misteriosos vínculos 413 que ligan las almas, de manera que el corazón de uno responde al corazón del otro. El uno adopta inconscientemente las ideas, los sentimientos y el espíritu del otro. Este trato puede ser una bendición o una maldición. Los jóvenes pueden ayudarse y fortalecerse mutuamente, mejorando en conducta, disposición y conocimiento; o permitirse llegar a se descuidados e infieles, ejerciendo así una influencia desmoralizadora.*
Se ha dicho con verdad: "Dime con quien andas, y te diré quien eres." Los jóvenes no comprenden cuán sensiblemente quedan afectados su carácter y su reputación por su elección de compañías. Uno busca la compañía de aquellos cuyos gustos, hábitos y prácticas congenian con los suyos. El que prefiere la sociedad de los ignorantes y viciosos a la de los sabios y buenos, demuestra que su propio carácter es deficiente. Puede ser que al principio sus gustos y hábitos sean completamente diferentes de los gustos y hábitos de aquellos cuya compañía procura; pero a medida que trata con esta clase, cambian sus pensamientos y sentimientos; sacrifica los buenos principios, e insensible, aunque inevitablemente, desciende al nivel de sus compañeros. Como un arroyo adquiere las propiedades del suelo donde corre, los principios y hábitos de los jóvenes se tiñen invariablemente del carácter de las compañías que tratan.
Los tendencias naturales hacia abajo.-
Se pudiese persuadir a los jóvenes a asociarse con los puros, reflexivos y amables, el efecto sería muy saludable. Si eligen compañeros que temen al Señor, su influencia los conducirá a verdad, al deber y a la santidad. Una vida verdaderamente cristiana es un poder para el bien. Pero por otro lado, los que se asocian con hombres y mujeres de moral dudosa, de costumbres y principios malos, no tardarán en andar en la misma senda. El impulso de las tendencias del corazón natural es hacia abajo. El que se asocia con los escépticos no tardará en llegar a ser 414 escéptico; el que elija la compañía de los viles, llegará seguramente a ser vil. El andar en el consejo de los impíos es el primer paso en la senda que, conduce al camino de los pecadores y a sentarse con los escarnecedores.*
Entre los jóvenes del mundo, el amor a la sociedad y al placer llega a ser una pasión absorbente. La gran finalidad de la vida parece ser ataviarse, conversar, satisfacer el apetito y las pasiones, y sumirse en una ronda de disipación social. Dejados solos, se sienten desgraciados. Su deseo principal es ser admirados y adulados, e impresionar la sociedad; y cuando este deseo no se cumple, la vida les parece insoportable.*
Los que aman la sociedad ceden con frecuencia a esta inclinación hasta que ella llega a ser una pasión predominante. . . . No pueden soportar la lectura de la Biblia ni la contemplación de las cosas celestiales. Se sienten miserables a menos que haya algo que los excite. No tienen en si el poder de ser felices, sino que dependen para serlo de la compañía de otros jóvenes tan irreflexivos y temerarios como ellos mismos. Dedican a la insensatez y a la disipación mental las facultades que podrían aplicar a fines nobles.*
Bendiciones de la sociabilidad cristiana.-
El pueblo de Dios no cultiva bastante la sociabilidad cristiana. . . . Los que se encierran en si mismos y no están dispuestos a prestarse para beneficiar a otros mediante amigable compañerismo, pierden muchas bendiciones; porque merced al trato mutuo el entendimiento se pule y refina; por el trato social se formalizan relaciones y amistades que acaban en una unidad de corazón y en una atmósfera de amor agradables a la vista del cielo.
Especialmente aquellos que han gustado el amor de Cristo debieran desarrollar sus facultades sociales; pues de esta manera pueden ganar almas para el Salvador. Cristo no debiera ser ocultado en sus corazones, encerrado como tesoro codiciado, sagrado y dulce, que sólo ha de ser gozado por ellos; ni tampoco debieran ellos manifestar el amor de Cristo sólo 415 hacia aquellos que les son más simpáticos. Se debe enseñar a los alumnos la manera de demostrar, como Cristo, un amable interés y una disposición sociable para con aquellos que se hallan en la mayor necesidad, aun cuando los tales no sean sus compañeros preferidos. En todo momento y en todas partes, manifestó Jesús amante interés en la familia humana y esparció en derredor suyo la luz de una piedad alegre.* 416
74- Seguridad o Peligro de las Amistades
Cosas que influyen en nosotros y en nuestros hijo.-
Todo trato que tengamos con otros, por limitado que sea, ejerce alguna influencia sobre nosotros. La medida en que cedemos a dicha influencia quedará determinada por el grado de intimidad, la constancia de las relaciones, y nuestro amor y veneración por la persona con quien nos asociamos.*
Si nos colocamos entre relaciones cuya influencia tienda a hacernos olvidar lo que el Señor requiere de nosotros, invitamos la tentación y debilitamos nuestra fuerza moral al punto de no poder resistirla. Llegamos a participar del espíritu y de las ideas de aquellos con quienes tratamos y a considerar las cosas sagradas y eternas como inferiores a las ideas de nuestros amigos. Quedamos, en resumen, leudados como lo desea el enemigo de toda justicia.
Cuando los jóvenes caen bajo esta influencia son afectados por ella con más facilidad que aquellos que tienen más años. Todo deja su impresión en la mente de ellos: los rostros que ven, las voces que oyen, los lugares que visitan, las compañías que frecuentan y los libros que leen. Es imposible estimar en exceso la importancia que tienen para este mundo y el venidero las amistades que escogemos para nosotros mismos y, más especialmente, para nuestros hijos.*
En peligro por frecuentar a los impíos.-
El mundo no ha de ser la norma por la cual juzguemos las cosas. No hemos de 417 asociarnos con los impíos ni participar de su espíritu, porque apartarían nuestro corazón de Dios para hacernos adorar dioses falsos. El que es firme en la fe puede hacer mucho bien; puede comunicar bendiciones del orden más elevado a aquellos con quienes trata, pues la ley de Jehová está en su corazón. Pero no podemos asociarnos voluntariamente con los que están pisoteando la ley de Dios, y conservar nuestra fe pura y sin mancha. Nos contagiará el espíritu de ellos y a menos que los dejemos, quedaremos al fin vinculados con ellos, para compartir su condenación.*
Por sus relaciones con los idólatras y la participación que tuvieron en sus festines, los hebreos fueron inducidos a violar la ley de Dios, y atrajeron sus juicios sobre toda la nación. Así también ahora Satanás obtiene su mayor éxito, en lo que se refiere a hacer pecar a los cristianos, cuando logra inducirlos a que se relacionen con los impíos y participen en sus diversiones. "Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo." Dios exige hoy de su pueblo que se mantenga tan distinto del mundo, en sus costumbres, hábitos y principios, como debía serlo el antiguo Israel.*
La decisión de Sansón.-
EL cuidado providencial de Dios había asistido a Sansón, para que pudiera prepararse y realizar la obra para la cual había sido llamado. Al principio mismo de la vida se vio rodeado de condiciones favorables para el desarrollo de su fuerza física, vigor intelectual y pureza moral. Pero bajo la influencia de amistades y relaciones impías, abandonó aquella confianza en Dios que es la única seguridad del hombre, y fue arrebatado por la marea del mal. Los que mientras cumplen su deber son sometidos a pruebas pueden tener la seguridad de que Dios los guardará; pero si los hombres se colocan voluntariamente bajo el poder de la tentación, caerán tarde o temprano.*
Levadura insidiosa de la maldad.-
Amados alumnos, día y noche os acompañarán las oraciones de vuestros padres. 418 Escuchad sus súplicas y advertencias, y no elijáis amistades temerarias. No podéis discernir como la levadura de impiedad puede corromper insidiosamente vuestro ánimo y vuestros hábitos y, haciéndoos reincidir en malas costumbres, lograr que desarrolléis un carácter defectuoso. Tal vez no veáis ningún peligro real y penséis que podréis hacer el bien con tanta facilidad como antes de ceder a la tentación de hacer lo malo, pero esto es un error. Vuestros padres y maestros que aman y temen a Dios pueden amonestaros, suplicaros y aconsejaros, pero todo será en vano si no os entregáis a Dios ni os valéis de los talentos que os dio para su gloria.*
Cuidado con los indiferentes.-
Sí los niños están en compañía de personas cuya conversación se dedica a cosas terrenales sin importancia, su espíritu se pondrá al mismo nivel. Si oyen expresiones de desprecio por los principios de la religión y de nuestra fe, si sus oídos perciben astutas objeciones contra la verdad, todo esto se grabará en su mente y modelará su carácter.*
Nada puede evitar o desterrar las impresiones serias y los buenos deseos con tanta eficacia como el trato con personas vanas, descuidadas y de mente corrompida. Por muy atractivas que resulten las tales personas por su ingenio, sus sarcasmos y sus bromas, el hecho de que tratan la religión con liviandad e indiferencia es razón suficiente para que no debamos asociarnos con ellas. Cuanto más fascinantes sean en otros respectos, tanto más debe temerse su influencia como amistades, porque rodean su vida irreligiosa con muchas atracciones peligrosas.*
Las relaciones mundanales atraen y deslumbran de tal manera los sentidos que la piedad, el temor de Dios, la fidelidad y la lealtad no tienen poder para mantener firmes a los hombres. La vida humilde y modesta de Cristo parece carecer por completo de atractivo. Para muchos de los que profesan ser hijos e hijas de Dios, Jesús, la Majestad del cielo, es 419 "como raíz de tierra seca: no hay parecer en él ni hermosura."*
No concentremos nuestros afectos en mundanos.-
No podemos servir a Dios y al mundo al mismo tiempo. No debemos concentrar nuestros afectos en parientes mundanos, que no desean aprender la verdad. Tal vez, mientras tratamos con ellos procuremos de toda manera posible dejar brillar nuestra luz; pero nuestras palabras, nuestro comportamiento, nuestras costumbres y prácticas, no deben en sentido alguno ser modelados por las ideas y costumbres de aquellos parientes. Debemos revelar la verdad en todo nuestro trato con ellos. Si no lo logramos, cuanto menos trato tengamos con ellos, mejor será para nuestra espiritualidad.*
Rehuyamos a los de baja moralidad.-
Es malo que los cristianos se asocien con los de baja moralidad. El trato diario íntimo que requiere tiempo sin contribuir para nada al fortalecimiento del intelecto o de la moral, es peligroso. Si la atmósfera moral que rodea las personas no es pura ni santificada, sino manchada de corrupción, los que la respiren notarán que obra casi insensiblemente sobre el intelecto y el corazón para envenenarles y arruinarlos. Es peligroso tratar con aquellos cuya mente se mantiene por naturaleza en un nivel bajo. Gradual e imperceptiblemente los que son concienzudos y aman la pureza descenderán al mismo nivel y participarán con simpatía en la imbecilidad y esterilidad moral con las cuales están constantemente relacionados.*
Un buen nombre es más precioso que el oro. Existe en los jóvenes la inclinación a asociarse con los que son de mentalidad y moral inferior. ¿Qué felicidad verdadera puede esperar una persona joven de una relación voluntaria con personas que tienen una norma baja de pensamientos, sentimientos y conducta? Hay personas de gustos envilecidos y costumbres depravadas, y todos los que elijan tales compañeros seguirán su ejemplo. Vivimos en tiempos peligrosos que deben infundir temor en todos los corazones.* 420
El temor al ridículo.-
Los niños . . . deben tener compañeros que no ridiculizarán lo que es puro y digno, sino que abogarán por lo que es recto. El temor al ridículo induce a muchos jóvenes a ceder a la tentación y a andar en el camino de los impíos. Por su ejemplo y por sus preceptos, las madres pueden hacer mucho para enseñar a sus hijos a ser íntegros en medio del escarnio y del ridículo.*
¿Por qué no consideran nuestros jóvenes que quienes están listos para conducir a otros en sendas prohibidas son fácilmente vencidos por la tentación y son agentes de Satanás para fomentar hábitos desordenados, para burlarse de los que son concienzudos y quisieran conservar la integridad de su carácter?*
Vivamos como delante de Dios.-
Jóvenes amigos, no paséis una sola hora en compañía de quienes quisieran incapacitaros para la obra pura y sagrada de Dios. No hagáis delante de extraños cosa alguna que no haríais delante de vuestros padres, o de la cual os habríais de avergonzar delante de Cristo y de los santos ángeles.
Es posible que algunos piensen que tales recomendaciones no son necesarias para quienes observan el sábado. Pero aquellos a quienes se aplican saben lo que quiero decir. Os recomiendo, jóvenes, que tengáis cuidado; porque nada podéis hacer que no esté expuesto a la vista de los ángeles y de Dios mismo. No podéis hacer una mala obra sin que ella afecte a otros. Mientras que vuestra conducta revela la clase de material que usáis en la edificación de vuestro carácter, ejerce también una influencia poderosa sobre otros. Nunca perdáis de vista el hecho de que perteneces a Dios, que él os compró y que debéis darle cuenta de todos los talentos que os confió.*
Auxilio especial cuando se lo necesita.-
No hemos de colocar a nuestros hijos donde hayan de tratar con depravados y degradados. Puede ser que a veces, en su providencia, Dios 421 ponga a nuestros jóvenes en compañía de quienes son impuros e intemperantes. Si ellos están dispuestos a cooperar con él, les dará fuerza de propósito y poder para resistir la tentación, como los dio a Daniel y a sus compañeros en Babilonia. Deben mantenerse en constante comunión con Dios, conservarse puros, negarse a hacer cualquier cosa que habría de deshonrar a Dios, y vivir siempre sinceramente para su gloria. Deben velar por las almas, trabajar fervorosamente por aquellos en quienes la imagen de Dios se ha borrado, procurando reformarlos, elevarlos y ennoblecerlos.*
Eiíjanse amistades serias.-
Los jóvenes que están en armonía con Cristo elegirán compañeros que les ayudarán a hacer el bien, y rehuirán la sociedad de los que no les presten ayuda en el desarrollo de los buenos principios y nobles propósitos. En todo lugar se hallarán jóvenes cuya mente se ha formado en un molde inferior. Cuando se vean en compañía de esta clase, los que se han puesto sin reserva de parte de Cristo, se mantendrán firmes por aquello que la razón y la conciencia les dicen que es correcto.*
Aquellos que quieran adquirir un carácter íntegro deben elegir como asociados a quienes sean de inclinación seria, reflexiva y religiosa. Los que han contado el costo, y desean edificar para la eternidad, deben poner buen material en su edificación. Si aceptan maderas podridas, si se conforman con deficiencias de carácter, el edificio quedará condenado a la ruina. Presten todos atención a cómo edifican. La tempestad de la tentación lanzará sus embates contra el edificio, y a menos que éste se halle firme y fielmente construido, no resistirá la prueba.*
Por el trato con los que andan de acuerdo con los buenos principios, aun los negligentes aprenderán a amar la justicia. Y por la práctica del bien hacer, se creará en el corazón una repugnancia por lo trivial, común y diferente de los principios de la Palabra de Dios.* 423
75. Dirección Paternal en Asuntos Sociales
Influencias casi abrumadoras.-
La mala influencia que rodea a nuestros niños es casi abrumadora; está corrompiendo sus mentes y arrastrándolos a la perdición. Las mentes juveniles son por naturaleza dadas a la liviandad; y en tierna edad, antes que su carácter esté formado y su juicio maduro, manifiestan a menudo su preferencia por compañías que ejercen sobre ellos una influencia perjudicial.*
Si mi voz pudiese alcanzar a los padres en todo el país, los amonestaría a que no cedan a los deseos de sus hijos en lo que respecta a elegir compañeros o asociados. Poca consideración conceden los padres al hecho de que los jóvenes reciben las impresiones perjudiciales con más facilidad que las divinas. Por lo tanto, sus relaciones deben ser de la índole más favorable para que el desarrollo de la gracia y para que la verdad revelada en la Palabra de Dios arraigue en el corazón.*
Colóquese a los jóvenes en las circunstancias más favorables que se pueda; porque las compañías que frecuenten, los principios que adopten, los hábitos que contraigan, decidirán con certidumbre infalible la cuestión de su utilidad aquí y de sus intereses futuros y eternos.*
Peligros de la libertad ilimitada.-
Padres, vuestros hijos y vuestras hijas no son debidamente guardados. Nunca debiera permitírseles ir y venir cuando les agrade, sin vuestro conocimiento ni consentimiento. La libertad ilimitada que se concede 424 a los hijos en esta época ha causado la ruina de millares. ¡A cuántos se permite estar en la calle por la noche mientras que sus padres se conforman con permanecer en la ignorancia acerca de las compañías que frecuentan! Demasiado a menudo eligen compañeros cuya influencia tiende tan sólo a desmoralizarlos.
Al amparo de la obscuridad, los jóvenes se reunen en grupos para recibir sus primeras lecciones en lo que se refiere a los juegos de naipes y los de azar, así como a fumar y beber vino o cerveza. Los hijos de padres religiosos se aventuran en las tabernas para comer ostras o cosas por el estilo, y se ponen así en el camino de la tentación. La misma atmósfera de esos lugares está impregnada de blasfemias y contaminación. Nadie puede permanecer mucho en ella sin corromperse. En tal ambiente es donde jóvenes promisorios se transforman en ebrios y criminales. Hay que protegerlos contra los mismos comienzos del mal. Padres, a menos que sepáis que vuestros hijos están en lugares intachables, no les permitáis que vayan a la calle después de anochecer para participar en deportes al aire libre, o con el fin de encontrarse con otros jóvenes para divertirse. Si se aplica rígidamente esta regla, llegará a ser habitual el acatarla, y cesará el deseo de transgredirla.*
Los padres deben elegirlos.-
Los padres deben recordar que la compañía de los de baja moralidad y carácter grosero ejercerá una influencia perjudicial sobre los jóvenes. Si no eligen la debida sociedad para sus hijos, y les permiten tratar con jóvenes de moralidad dudosa, los colocan, o permiten que se coloquen en una escuela donde se enseñan y practican lecciones de depravación. Puede ser que ellos piensen que sus hijos son bastante fuertes para resistir la tentación; pero ¿cómo pueden estar seguros de esto? Es mucho más fácil ceder a las malas influencias que resistirlas. Antes que se den cuenta de ello, sus hijos estarán imbuídos con el espíritu de 425 sus compañeros y ya estarán tal vez degradados o arruinados.*
Los peligros de los jóvenes quedan grandemente acrecentados cuando se los asocia con gran número de otros jóvenes de diverso carácter y hábitos de vida. En tales circunstancias, muchos padres se inclinan a relajar más bien que a duplicar sus propios esfuerzos por custodiar y regir a sus hijos.*
Unidos y con oración, el padre y la madre deben llevar la grave responsabilidad de guiar correctamente a sus hijos. Cualesquiera que sean las otras cosas que descuiden, nunca deben dejar a sus hijos en libertad para errar por las sendas del pecado. Muchos padres permiten a sus hijos que salgan y obren como les agrade, que se diviertan por su cuenta y elijan malas compañías. En el día del juicio esos padres llegarán a saber que sus hijos perdieron el cielo porque no fueron mantenidos bajo la restricción del hogar.*
¿Dónde pasan sus veladas?-
A cada hijo e hija debe pedírsele cuenta si se ausenta de la casa de noche. Los padres deben saber en qué compañía se hallan sus hijos, y en casa de quién pasan sus veladas. Algunos hijos engañan a sus padres con mentiras para evitar que quede expuesta su mala conducta.*
Sin cultivo, las malezas predominan.-
Con demasiada frecuencia los padres dejan que sus hijos elijan por su cuenta sus diversiones, sus compañeros y su ocupación. El resultado es el que sería razonable esperar. Déjese un campo sin cultivo, y producirá espinas y cardos. Nunca se verá que una hermosa flor o un arbusto selecto sobresalga entre las malas hierbas venenosas y de mal aspecto. La zarza inútil crecerá en forma exuberante sin recibir el menor cuidado, mientras que otras plantas, apreciadas por su utilidad o belleza, requieren un cultivo esmerado. Así sucede con nuestros jóvenes. Si se desea que adquieran hábitos correctos y se amolden a los buenos principios, hay que hacer una obra fervorosa. Corregir 426 los malos hábitos es una tarea que requiere diligencia y perseverancia.*
Acostúmbrense a confiar en sus padres.-
Padres, custodiad como a la niña del ojo los principios y hábitos de vuestros hijos. No les permitáis asociarse con persona alguna cuyo carácter no conozcáis. No les permitáis trabar intimidad con nadie hasta que no estéis seguros de que no los perjudicará. Acostumbrad a vuestros hijos a confiar en vuestro juicio y experiencia. Enseñadles que tenéis una percepción más clara del carácter que la que ellos pueden tener en su inexperiencia, y que no deben despreciar vuestras decisiones.*
Restricciones firmes, pero bondadosas.-
Los padres no deben ceder a las inclinaciones de sus hijos, sino seguir la clara senda del deber que Dios trazó, y restringirlos con bondad, negarles con firmeza y determinación, aunque con amor, lo que deseen equivocadamente y alejar sus pasos del mundo hacia el cielo mediante la oración y esfuerzos fervientes y perseverantes. No se debe dejar que los niños vaguen por cualquier camino hacia el cual se sientan inclinados, ni que se desvíen de la senda recta entrando en avenidas abiertas por todos lados. Nadie corre mayor peligro que aquellos que no recelan del peligro y se impacientan frente a los consejos y a las palabras de cautela.*
Proteged a vuestros hijos contra toda influencia censurable; porque en la infancia están más sujetos a recibir impresiones, sean de dignidad moral, pureza y hermosura del carácter, o de egoísmo, impureza y desobediencia. Si se los somete a la influencia de un espíritu de murmuración, orgullo, vanidad e impureza, la mancha puede resultar tan indeleble como la vida misma.*
Al hecho de que la educación recibida en el hogar es defectuosa se debe que los jóvenes estén tan poco dispuestos a someterse a la autoridad correspondiente. Yo soy madre, y sé de qué hablo cuando digo que los jóvenes y niños están, no 427 solamente más seguros sino también más felices, bajo una sana restricción que cuando siguen su propia inclinación.*
Las visitas no acompañadas.-
Algunos padres cometen el error de conceder a sus hijos demasiada libertad. Tienen a veces tanta confianza en ellos que no ven sus defectos. Es malo permitir a los niños realizar visitas distantes que entrañan cierto gasto, sin estar acompañados de sus padres o tutores. Ello tiene una mala influencia sobre los niños. Llegan a pensar que son muy importantes y que les pertenecen ciertos privilegios, y si éstos no les son concedidos, se creen maltratados. Hacen alusión a otros niños que van y vienen y tienen muchos privilegios, mientras que ellos tienen tan pocos.
Y la madre, temiendo que sus hijos la crean injusta, satisface sus deseos, lo cual les causa gran perjuicio. Los jóvenes visitantes, que no se hallan bajo el ojo vigilante de alguno de sus padres, de modo que éstos puedan ver y corregir sus faltas, reciben a menudo impresiones cuya supresión requiere meses.*
Los consejos imprudentes.-
Retened a vuestros hijos en casa; y si hay quienes os dicen: "Sus hijos no sabrán conducirse en el mundo," contestad a vuestras amistades que no os preocupáis mucho acerca del asunto, sino que deseáis llevarlos al Maestro para que los bendiga, así como antiguamente las madres llevaron a sus hijos a Jesús. Decid a vuestros consejeros: "Los hijos son herencia del Señor, y yo quiero ser fiel a mi cometido. . . . Mis hijos deben criarse de tal manera que no serán arrebatados por las influencias del mundo sino que, cuando sean tentados a pecar, sabrán pronunciar un rotundo No.". . . Decid a vuestros amigos y vecinos que queréis ver a vuestra familia dentro de las puertas de la hermosa ciudad.*
Les esperan grandes pruebas.-
Debe educarse a los niños de tal manera que consideren normal la perspectiva de hacer frente a dificultades, tentaciones y peligros. Se les debe enseñar 428 a ejercer dominio sobre sí mismos y a vencer noblemente las dificultades; y si no se precipitan voluntariosamente al peligro ni se colocan innecesariamente en el camino de la tentación, si evitan las malas influencias y la sociedad viciosa, y luego se ven inevitablemente obligados a estar en compañía peligrosa, tendrán fuerza de carácter para quedar de parte del bien y de los buenos principios, y mediante la fuerza de Dios saldrán con su moralidad intacta. Las facultades morales de los jóvenes que han sido debidamente educados, y que pongan su confianza en Dios, podrán resistir la prueba más severa.* 429
76. Fiestas y Aniversarios
Necesidad de dirección al celebrarlos.-
Vi que no debemos festejar los días feriados como los festeja el mundo, y sin embargo no debemos pasarlos por alto, sin prestarles atención, porque esto dejaría descontentos a nuestros hijos. En estos tiempos, cuando hay peligro de que nuestros hijos estén expuestos a malas influencias y sean corrompidos por los placeres y la excitación del mundo, procuren los padres preparar algo que reemplace las diversiones más peligrosas. Haced comprender a vuestros hijos que pensáis en su bienestar y felicidad.*
Por la observancia de los días de fiesta, tanto la gente del mundo como los miembros de las iglesias han llegado a creer que dichos días son esenciales para la salud y la felicidad; pero los resultados revelan que el mal abunda en ellos.*
Nos hemos esforzado en serio por hacer que las fiestas fueran tan interesantes como se pudiera para los jóvenes y los niños mientras cambiábamos ese orden de cosas. Nuestro fin era mantenerlos alejados de las escenas de diversión entre incrédulos.*
¿Anotará el ángel: "Un día perdido"?-
Una vez terminado un día en que se buscó placer, ¿dónde está la satisfacción de los buscadores? Como obreros cristianos, ¿a quiénes han ayudado a llevar una vida mejor, más elevada y más pura? ¿Qué verían si pudieran mirar lo anotado por el ángel en el registro? ¿Un día perdido? Para sus almas y para el servicio de Cristo, el día se perdió porque ningún bien se hizo durante 430 sus horas. Podrán disponer de otros días, pero jamás tendrán aquel día pasado en la ociosidad y las charlas insensatas entre jóvenes varones y niñas.
Nunca volverán a presentarse aquellas mismas oportunidades. Habría sido mejor que en aquel día de fiesta se hubiesen dedicado al trabajo más arduo. No dieron a su día de fiesta el empleo correcto, y pasó a la eternidad para que en el juicio los confronte como un día mal empleado.*
Los cumpleaños son ocasiones para alabar a Dios.-
Bajo la economía judaica, Dios había ordenado que se le presentara una ofrenda en ocasión del nacimiento de los hijos. Ahora vemos a los padres procurar en forma especial ofrecer regalos a sus hijos en sus cumpleaños. Hacen de ello una ocasión para honrar al niño, como si se debiera honrar a un ser humano. En esto Satanás ha logrado lo que quería y ha distraído hacia los seres humanos la atención y los regalos, de manera que los pensamientos de los niños se dirigen a sí mismos, como si hubieran de ser objeto de favores especiales. . . .
En ocasión de los cumpleaños se debe enseñar a los niños que tienen motivos por agradecer a Dios por su bondad que les conservó la vida otro año. Así se les puede dar lecciones preciosas. Estamos en deuda con el Dador de todas las mercedes tanto por la vida, la salud, el alimento y el vestido, como por la esperanza de vida eterna. Debemos, pues, reconocer sus dones y presentar nuestras ofrendas de gratitud a nuestro mayor benefactor. Estos regalos de cumpleaños son reconocidos por el Cielo.*
Es el momento de repasar lo hecho.-
Enseñadles a repasar el año de su vida que ha transcurrido, a considerar si les agradaría hallarse frente a lo anotado en los libros del cielo. Estimulad en ellos serias reflexiones acerca de si su comportamiento, sus palabras y sus obras fueron de un carácter que agrado a Dios. ¿Hicieron que sus vidas fueran más semejantes a la de Cristo y hermosas a los ojos de Dios? Enseñadles 431 el conocimiento del Señor, sus caminos y sus preceptos.*
La obra de Dios en primer lugar.-
He dicho a mi familia y a mis amistades que mi deseo es que nadie me haga un regalo de cumpleaños o de Navidad, a menos que sea con el permiso de transferirlo a la tesorería del Señor, para ser asignado al establecimiento de las misiones.*
¿Cómo observaremos el Día de Acción de Gracias?-*
Se acerca nuestro Día de Acción de Gracias. ¿Será, como ha sido en muchos casos, una manifestación de agradecimiento hacia nosotros mismos? ¿O será un día de agradecimiento a Dios? Nuestros días de acción de gracias pueden ser ocasiones de gran beneficio para nuestras almas, así como para otras personas, si aprovechamos la oportunidad para recordar a los pobres que hay entre nosotros. . . .
Pueden idearse cien maneras de ayudar a los pobres con tanta delicadeza que les hagamos sentir que nos hacen un favor al recibir nuestros regalos y nuestra simpatía. Debemos recordar que es más bienaventurado dar que recibir. Las atenciones de nuestros hermanos son más liberales cuando las tributan a personas a quienes desean honrar, y cuyo respeto desean, pero que no necesitan su ayuda. La costumbre y la moda dicen: Dad a aquellos que os darán; pero no es la regla que dicta la Biblia para regir los donativos. La Palabra de Dios se declara contraria a esta manera de satisfacernos a nosotros mismos al otorgar nuestros regalos, y dice: "El . . . que da al rico, ciertamente será pobre."
Llega una ocasión en la cual nuestros principios serán probados. Empecemos a preguntarnos qué podemos hacer para los menesterosos de Dios. Podemos hacerlos, por nuestro 432 intermedio, recipientes de las bendiciones de Dios. Reflexionemos acerca de qué viuda, qué huérfano, qué familia pobre, podremos aliviar, no de una manera ostentosa, sino como intermediarios de la bendición del Señor a sus pobres. . . .
Pero esto no abarca todo nuestro deber. Hagamos una ofrenda a nuestro mejor Amigo; reconozcamos sus bondades; manifestemos nuestra gratitud por sus favores; llevemos una ofrenda de agradecimiento a Dios. . . . Hermanos y hermanas, tengamos una comida sencilla el Día de Acción de Gracias, y con el dinero que gastaríamos en cosas adicionales para halagar el apetito, presentemos una ofrenda de agradecimiento a Dios.*
No observemos ya el Día de Acción de Gracias para halagar el apetito y glorificar al yo. Tenemos motivo por presentarnos en los atrios del Señor con ofrendas de gratitud porque nos conservó la vida un año más. . . . Si ha de haber banquete, sea para los que están en necesidad.*
Un Día de Acción de Gracias.-*
Pienso que tenemos algo por lo cual estar agradecidos. Debemos alegramos y regocijarnos en Dios porque nos ha concedido muchas mercedes. . . Queremos que este Día de Acción de Gracias sea todo lo que implica. No permitamos que se pervierta ni que haya escorias mezcladas con nuestro agradecimiento. Sea más bien ese día lo que su nombre implica, es decir dedicado a dar gracias. Asciendan nuestras voces en alabanza a Dios.*
Días dedicados a Dios.-
¿No sería bueno que nosotros dedicásemos a Dios fiestas durante las cuales podríamos hacer revivir en nuestra mente el recuerdo del trato que él nos ha dispensado? ¿No sería bueno considerar sus bendiciones pasadas, recordar las amonestaciones impresionantes que dirigió a nuestras almas para que nos olvidásemos de él? 433
El mundo tiene muchas fiestas, y los hombres se han dejado enfrascar en deportes, carreras de caballos, juegos, hábitos de fumar y emborracharse. . . .
¿No tendrá el pueblo de Dios, con más frecuencia, santas convocaciones para dar gracias a Dios por sus ricas bendiciones?*
Oportunidades de hacer obra misionera.-
Necesitamos en la iglesia hombres capaces de desarrollarse en la tarea de organizar y dar trabajo práctico a jóvenes y señoritas para que alivien las necesidades de la humanidad y trabajen para salvar las almas de hombres, mujeres, jóvenes y niños. Será imposible que todos dediquen el total de su tiempo a esa obra, debido al trabajo que deben hacer para ganarse la vida. Sin embargo, disponen de las fiestas y otros momentos que pueden dedicar a la obra cristiana y así hacer bien, aun cuando sus recursos no les permitan dar mucho.*
Cuando tenéis una fiesta, haced de ella un día agradable y feliz para vuestros hijos, y haced también que sea un día agradable para los pobres y afligidos. No dejéis transcurrir el día sin llevar a Jesús ofrendas de agradecimiento.* 434
77. La Navidad
La fiesta de la Navidad.-
"Ya llega la Navidad," es la nota que resuena por el mundo, del este al oeste y del norte al sur. Para los jóvenes, para los de edad madura y aun para los ancianos, es una ocasión de regocijo general. Pero, ¿qué es la Navidad para que requiera tanta atención?. . .
Se dice que el 25 de diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular. Sin embargo, no hay seguridad de que estemos guardando el día preciso en que nació nuestro Salvador. La historia no nos da pruebas ciertas de ello. La Biblia no señala la fecha exacta. Si el Señor hubiese considerado tal conocimiento como esencial para nuestra salvación, habría hablado de ello por sus profetas y apóstoles, a fin de dejarnos enterados de todo el asunto. Por lo tanto, el silencio de las Escrituras al respecto nos parece evidencia de que nos fue ocultado con el más sabio de los propósitos.
En su sabiduría, el Señor no reveló el lugar donde había sepultado a Moisés. Le enterró, luego le resucitó y lo llevó al cielo. Obró así en secreto para evitar la idolatría. Aquel contra quien se habían rebelado [los israelitas] mientras estaba en servicio activo, aquel a quien provocaron casi más allá de lo que podía soportar un ser humano, fue casi adorado como Dios después que la muerte lo separó de ellos. Por el mismo motivo Dios ocultó el día preciso en que nació Cristo, a fin de que ese día no recibiese el honor que debía darse a Cristo como Redentor del mundo y el único que debía ser recibido 435 y en quien se debía confiar por ser el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a él. La adoración del alma debe tributarse a Jesús como Hijo del Dios infinito.*
Es difícil pasarla por alto.-
En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito.
Es necesario tratar a los jóvenes con mucho cuidado. No se les debe dejar que en ocasión de Navidad busquen diversión en la vanidad y la búsqueda de placeres, o en pasatiempos que pudieran perjudicar su espiritualidad. Los padres pueden controlar esto dirigiendo la atención y las ofrendas de sus hijos hacia Dios y su causa, y hacia la salvación de las almas.
En vez de ser ahogado y prohibido arbitrariamente, el deseo de divertirse debe ser controlado y dirigido por esfuerzos esmerados de parte de los padres. Su deseo de hacer regalos puede ser desviado por cauces puros y santos a fin de que beneficie a nuestros semejantes al suplir la tesorería con recursos para la grandiosa obra que Cristo vino a hacer en este mundo. La abnegación y el sacrificio propio caracterizaron su conducta, y deben caracterizar también la de los que profesamos amar a Jesús porque en él se concentra nuestra esperanza de vida eterna.*
El intercambio de regalos.-
Se acerca la época de las fiestas con su intercambio de regalos, y tanto los jóvenes como los adultos consideran atentamente que pueden dar a sus amigos en señal de afectuoso recuerdo. Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos. Constituyen una demostración de que no nos han olvidado, y parecen estrechar un poco más los lazos que nos unen con ellos. . . . Está bien que nos otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio con tal que no olvidemos a Dios, 436 nuestro mejor Amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban. Yo recomendaría libros que ayuden a comprender la Palabra de Dios o que acrecienten nuestro amor por sus preceptos. Proveamos algo que leer para las largas veladas del invierno.*
Libros recomendados para los niños.-
Son muchos los que no tienen libros ni publicaciones relativas a la verdad presente. Representan, sin embargo, un importante renglón en el cual se puede invertir dinero. Son muchos los pequeñuelos a quienes se debieran proveer buenas lecturas. Las series de lecturas y Poesías para el Sábado* son libros preciosos que pueden introducirse en todo hogar. Las muchas sumas pequeñas que suelen gastarse en caramelos y juguetes inútiles pueden guardarse para tener con que comprar tales libros. . . .
Los que quieran ofrecer regalos valiosos a sus hijos, nietos o sobrinos, pueden proporcionarles los libros mencionados arriba, que se destinan a los niños. Para los jóvenes, la Vida de José Bates es un tesoro; también lo son los tres tomos de El Espíritu de Profecía.* Estos tomos debieran estar en cada hogar del país. Dios está dando luz del cielo, y ni una sola familia debiera quedar privada de ella. Sean los regalos que ofrezcáis de tal índole que derramen rayos de luz sobre la senda que conduce al cielo.*
No debe olvidarse a Jesús.-
Hermanos y hermanas, mientras estáis pensando en los regalos que queréis ofreceros unos a otros, quisiera haceros acordar de nuestro Amigo celestial, no sea que olvidéis lo que él nos pide. ¿No le agradará nuestra demostración de que no le hemos olvidado? Jesús, el Príncipe de vida, lo dio todo para poner la salvación a nuestro alcance. 437
. . .Hasta sufrió la muerte, para poder darnos la vida eterna.
Mediante Cristo es como recibimos toda bendición. . . . ¿No compartirá nuestro Benefactor celestial las pruebas de nuestra gratitud y amor? Venid, hermanos y hermanas, con vuestros hijos, aun con los niños de brazos, y traed vuestras ofrendas a Dios de acuerdo con lo que podáis dar. Hónrenle vuestros corazones con melodías y alabadle con vuestros labios.*
Es tiempo para honrar a Dios.-
El mundo dedica las fiestas a la frivolidad, el despilfarro, la glotonería y la ostentación. . . . En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos simplemente para satisfacer el apetito y comprar inútiles adornos o prendas de vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y glorificar a Dios.*
Cristo debe ser el objeto supremo; pero en la forma en que se ha estado observando la Navidad, la gloria se desvía de él hacia el hombre mortal, cuyo carácter pecaminoso y defectuoso hizo necesario que el Salvador viniese a nuestro mundo. Jesús, la Majestad del cielo, el Rey del cielo, depuso su realeza, dejó su Trono de gloria, su alta investidura, y vino a nuestro mundo para traer auxilio divino al hombre caído, debilitado en su fuerza moral y corrompido por el pecado. . . .
Los padres debieran recordar estas cosas a sus hijos e instruirlos, renglón tras renglón, precepto tras precepto, en su obligación para con Dios, no en la que creen tener uno hacia otro, de honrarse y glorificarse mutuamente con regalos.*
Encaucemos sus pensamientos.-
Son muchas las cosas que pueden idearse con buen gusto y a un costo mucho menor que el de los regalos innecesarios que con tanta frecuencia se ofrecen a los niños y a los parientes. Así se manifestará cortesía en el hogar y habrá felicidad en él. 438
Podéis enseñar una lección a vuestros hijos al explicarles vuestros motivos por hacer cambios con respecto al valor de sus regalos y decirles que os convencisteis de que solíais considerar su placer antes que la gloria de Dios. Decidles que pensabais más en vuestro propio placer y en la satisfacción de ellos que en el progreso de la causa de Dios, a la cual descuidabais para manteneros en armonía con las costumbres y las tradiciones del mundo, haciendo regalos a quienes no los necesitaban. Como los antiguos magos, podéis ofrecer a Dios vuestros mejores regalos y demostrarle por vuestras ofrendas que apreciáis el don que hizo a un mundo pecaminoso. Encauzad los pensamientos de vuestros hijos en una nueva dirección, que los haga altruistas al incitarlos a presentar ofrendas a Dios por el don de su Hijo unigénito.*
"¿Tendremos árbol de Navidad?"-
Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto.* Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol.
El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración.*
Las fiestas de Navidad y Año Nuevo pueden y deben celebrarse 439 en favor de los desamparados. Dios es glorificado cuando damos para ayudar a los que han de sustentar familias numerosas.*
No es un pecado-
No adopten los padres la conclusión de que un árbol de Navidad puesto en la iglesia para distraer a los alumnos de la escuela sabática es un pecado, porque es posible hacer de él una gran bendición. Dirigid la atención de esos alumnos hacia fines benévolos. En ningún caso debe ser la simple distracción el objeto de esas reuniones. Aunque algunos truequen estas ocasiones en momentos de negligente liviandad y no reciban la impresión divina, para otras mentes y caracteres dichas ocasiones resultan altamente benéficas. Estoy bien convencida de que pueden idearse substitutos inocentes para muchas reuniones desmoralizadoras.*
Diversiones inocentes.-
¿No os levantaréis, mis hermanas y hermanos cristianos, y no habréis de ceñiros para cumplir vuestro deber en el temor de Dios, y no ordenaréis este asunto de modo que, en vez de carecer de interés, rebose de placer inocente y lleve la señal del cielo? Sé que la clase más pobre responderá a esta sugestión. Los más ricos también debieran manifestar interés y dar regalos y ofrendas proporcionales a los recursos que Dios les confió. ¡Ojalá que en los libros del cielo se hagan acerca de la Navidad anotaciones cual nunca se las vio, por causa de los donativos que se ofrezcan para sostener la obra de Dios y el fortalecimiento de su reino!.* 440
78. La Familia Como Centro Misionero
Dirijan correctamente los padres a sus hijos.-
A nosotros, como padres cristianos, nos toca dar a nuestros hijos la debida dirección. Deben ser guiados con cuidado, prudencia y ternura en la senda del ministerio cristiano. Un pacto sagrado con Dios nos impone la obligación de educar a nuestros hijos para servirle. Rodearlos de una influencia que los lleve a escoger una vida de servicio, y darles la educación necesaria para ello, tal es nuestro primer deber.*
Pueden ser como Daniel y Ester.-
El propósito de Dios para con los niños que crecen en nuestros hogares es más amplio, más profundo, y más elevado de lo que ha comprendido nuestra restringida visión. En lo pasado, Dios ha llamado a personas de origen humilde a las cuales ha visto fieles para que diesen testimonio de él en los sitios más encumbrados del mundo. Y más de un muchacho de hoy día que crezca como Daniel en su hogar de Judea, estudiando la Palabra de Dios y sus obras y aprendiendo lecciones de servicio fiel, se hallará aún ante asambleas legislativas, en tribunales de justicia, o en cortes reales, como testigo del Rey de reyes. Multitudes serán llamadas a un ministerio más amplio. El mundo entero se abre al Evangelio.... De toda región del mundo, llega el clamor de corazones heridos por el pecado que ansían conocer al Dios de amor.... A los que hemos recibido este conocimiento, junto con nuestros hijos a quienes podemos 441 impartirlo, nos toca responder a su clamor. A toda casa y toda escuela, a todo padre, maestro y niño sobre los cuales ha brillado la luz del Evangelio, se hace en esta crisis la pregunta hecha a Ester en aquella crisis decisiva de la historia de Israel: "¿Quién sabe si para esta hora te han hecho llegar al reino?"*
Maneras de testificar por Cristo.-
Todos no pueden ir a los campos extranjeros como misioneros, pero cada cual puede hacer trabajo misionero en su familia y en su vecindario. Los miembros de iglesia pueden comunicar el mensaje de muchas maneras a quienes los rodean. Uno de los medios más eficaces es vivir una vida cristiana útil y desinteresada. Aquellos que pelean la batalla de la vida con grandes desventajas, pueden ser animados y fortalecidos por medio de pequeñas atenciones que no cuestan nada. Las palabras amables dichas con sencillez, junto con pequeñas atenciones, bastarán a veces para disipar las nubes de la tentación y de la duda que cubren las almas. Una simpatía cristiana, del corazón, expresada con franqueza, puede abrir la puerta de los corazones que necesitan el delicado toque del Espíritu del Señor.*
Un vasto campo de actividad se abre delante de las mujeres así como de los hombres. Se necesitan cocineras competentes, costureras y enfermeras. Enseñad a los pobres a cocinar los alimentos, a remendar sus ropas, a atender a los enfermos y a cuidar debidamente sus casas. Debiera acostumbrarse a los niños a hacerse útiles prestando pequeños servicios a los que son menos favorecidos que ellos.*
Niños y jóvenes que sirven a otros.-
Algunos dirán, tratando de disculparse: "Mis deberes domésticos y mis hijos exigen todo mi tiempo y todos mis recursos." Padres, vuestros hijos pueden ser para vosotros una ayuda que acreciente vuestras fuerzas y capacidades de trabajar para el Maestro. Los niños son los miembros más jóvenes de la familia del Señor. Deben ser inducidos a consagrarse a Dios, a quien 442 pertenecen por derecho de creación y de redención. Se les debe enseñar que todas sus energías del espíritu, del cuerpo y del alma pertenecen al Señor. Hay que enseñarles a servir en diferentes actividades útiles y desinteresadas. No permitáis que vuestros hijos sean impedimentos. Ellos deben compartir con vosotros vuestras cargas espirituales así como las materiales. Al ayudar a otros, ellos acrecientan su propia felicidad y utilidad.*
Si en cada iglesia los jóvenes de uno y otro sexo se consagraran solemnemente a Dios, si practicaran la abnegación en la vida familiar, aliviando a sus madres cansadas y acongojadas, ¡qué cambio no se vería en nuestras iglesias! La madre podría hallar tiempo para hacer visitas en el vecindario. Según tuvieran oportunidad, los niños, aun en tierna edad, podrían ayudar haciendo pequeños mandados de misericordia y amor en beneficio de otras personas. Así se podría entrar en miles de hogares pobres y menesterosos que no conocen nuestra fe. En muchas familias, podrían colocarse libros referentes a salud y temperancia. Hacer circular tales libros es obra importante; porque contienen preciosos conocimientos acerca de cómo tratar las enfermedades, conocimientos que serían de gran bendición para los que no pueden gastar en visitas de médico.*
Dios quiere pequeños misioneros.-
Dios quiere que todo niño de tierna edad sea hijo suyo, adoptado en su familia. Aun cuando sus años sean pocos, los jóvenes pueden ser miembros de la familia de la fe y gozar una experiencia preciosa.* Durante sus primeros años los niños pueden ser útiles en la obra de Dios. . . . El les dará su gracia y su Espíritu Santo, para que venzan la impaciencia, la irritabilidad y todo pecado. Jesús ama a los niños. Les reserva bendiciones y se deleita en verlos obedecer a sus padres. Desea que sean sus pequeños misioneros, que sacrifiquen sus propias inclinaciones y sus 443 deseos de placer egoísta a fin de servirle; y este servicio es tan aceptable para Dios como lo es el de sus hijos adultos.*
Por sus preceptos y su ejemplo, los padres han de enseñar a sus hijos a trabajar por los inconversos. Los niños deben ser educados de tal manera que simpaticen con los ancianos y afligidos y procuren aliviar los padecimientos de los pobres y angustiados. Se les debe enseñar a ser diligentes en la obra misionera; y desde sus primeros años debe inculcárseles que, a fin de colaborar con Dios, han de ser abnegados y hacer sacrificios para beneficiar a los demás y hacer progresar la causa de Cristo.*
Enseñen los padres a sus pequeñuelos la verdad tal cual es en Jesús. En su sencillez, los niños repetirán a sus compañeros lo que han aprendido.*
Deben los dirigentes de la iglesia idear planes para que los jóvenes de uno y otro sexo se preparen para utilizar los talentos que se les confió. Los miembros de la iglesia que tienen más edad han de procurar hacer una obra ferviente y compasiva en favor de los niños y jóvenes. Dediquen los pastores toda su habilidad a idear planes para inducir a los miembros jóvenes de la iglesia a cooperar con ellos en la obra misionera. No os imaginéis, sin embargo, que podéis despertar su interés con sólo predicar un largo sermón en la reunión misionera. Haced planes que despierten vivo interés y den a todos una parte que hacer. Preparad a los jóvenes para que hagan lo que se les asigne, y pedidles que, trayendo semana tras semana sus informes a la reunión misionera, relaten lo que experimentaron y qué éxito tuvieron por la gracia de Cristo. Tales informes, presentados por obreros consagrados, harán que las reuniones misioneras no sean tediosas ni carezcan de concurrentes. Rebosarán, más bien, de interés.*
Búsquense oportunidades.-
Hay oportunidades al alcance de cada uno. Emprended la obra que debe ser hecha en 444 vuestro vecindario y de la cual se os hace responsables.* No aguardéis a que otros os insten a avanzar. Obrad sin dilación y recordando vuestra responsabilidad individual hacia Aquel que dio su vida por vosotros. Actuad como si oyerais a Cristo invitándoos personalmente a despertar de vuestro sueño y a ejercitar toda facultad que Dios os dio para rendir lo máximo en su servicio. No os detengáis a mirar si los demás están listos para recibir la inspiración de la Palabra del Dios viviente. Si estáis cabalmente consagrados, él traerá a la verdad, por vuestro intermedio, a quienes pueda usar para transmitir la luz a muchas almas que están en tinieblas.*
Vayan familias cristianas a regiones sin luz.-
Dios invita a familias cristianas a que se trasladen en medio de las comunidades sumidas aún en las tinieblas y el error, a fin de trabajar para el Maestro con tacto y perseverancia. Se necesita renunciamiento para responder a tales llamadas. Mientras que muchos esperan que toda dificultad haya desaparecido, hay almas que mueren sin esperanza y sin Dios en el mundo. Muchas personas están dispuestas a aventurarse en regiones pestilenciales y sufrir penurias y privaciones por alguna ventaja terrenal o para adquirir conocimientos científicos. ¿Quién está dispuesto a hacer otro tanto para hablar del Salvador? ¿Dónde están los hombres y las mujeres que querrán ir a las regiones necesitadas del Evangelio para anunciar el Redentor a quienes viven en las tinieblas?*
Si hubiese familias dispuestas a establecerse en los lugares obscuros de la tierra, donde los habitantes están rodeados de lobreguez espiritual, y allí dejaran que la luz de la vida de Cristo resplandeciese por su intermedio, se podría realizar una gran obra. Comiencen su obra de una manera modesta y sosegada, sin gastar recursos de la asociación hasta que el 445 interés se extienda tanto que no lo puedan atender sin ayuda pastoral.*
Los niños harán lo que otros no puedan hacer.-
Cuando los agentes celestiales vean que no se permite más a los hombres presentar la verdad, el Espíritu de Dios descenderá sobre los niños y ellos harán en la proclamación de la verdad una labor que los obreros de mayor edad no podrán hacer, por cuanto su camino se hallará cerrado.*
En las escenas finales de la historia de esta tierra, muchos de estos niños y jóvenes asombrarán a la gente por su testimonio de la verdad, que darán con sencillez, pero con espíritu y poder. Se les habrá enseñado el temor de Jehová y su corazón habrá sido enternecido por un estudio cuidadoso de la Biblia, acompañado de oración. En el cercano futuro, muchos niños serán dotados del Espíritu de Dios, y harán en la proclamación de la verdad al mundo, una obra que en aquel entonces no podrán hacer los miembros adultos.*
Nuestras escuelas de iglesia han sido instituídas por Dios para preparar a los niños para esta gran obra. En ellas han de ser educados los niños en las verdades especiales para este tiempo y en la obra misionera práctica. Ellos han de alistarse en el ejército de obreros para auxiliar a los enfermos y a los que sufren. Los niños pueden tomar parte en la obra médico-misionera y mediante sus jotas y tildes pueden contribuir a llevarla adelante.... Por su intermedio se hará notorio el mensaje de Dios y su salud salvadora a todas las naciones. Por lo tanto, preocúpese la iglesia por los corderos del rebaño. Sean los niños educados y preparados para servir a Dios, pues ellos son la heredad del Señor.*
Aprendan trabajando.-
El amor y la lealtad a Cristo son las fuentes de todo servicio verdadero. En el corazón conmovido por su amor se engendra el deseo de trabajar por él. Estimúlese y diríjase debidamente este deseo. Ya sea en el hogar, el vecindario, o la escuela, la presencia del pobre, el 446 afligido, el ignorante o el desgraciado, no debería ser considerada como una desgracia, sino como el medio de proveer una preciosa oportunidad para el servicio.
En esta obra, como en cualquiera otra, se adquiere pericia en el trabajo mismo. Se obtiene eficiencia por medio de la preparación en los deberes comunes de la vida y en el ministerio a los necesitados y dolientes. Sin esto, los esfuerzos mejor intencionados son con frecuencia inútiles y hasta perjudiciales. Los hombres aprenden a nadar en el agua, y no en tierra.* 447
(El Hogar Cristiano de E. G. de White)
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